Sortean lugares en jardines de infantes
Por Martín Risso Patrón |
« Los Estados Partes
reconocen el derecho del niño a la educación y, a fin de que se pueda ejercer
progresivamente y en condiciones de igualdad de oportunidades ese derecho [...]
Adoptar medidas para fomentar la asistencia regular a las escuelas y reducir
las tasas de deserción escolar. »
[Convención sobre los Derechos del Niño Aprobada y abierta a
la firma y ratificación por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su
resolución 44/25, de 20 de noviembre de 1989]
Los Derechos Humanos, con cupo y por sorteo
Así nomás, como se lee: El escolaso termina por ser el
criterio para el ejercicio del derecho a la Educación de los niños salteños.
Los titulares de la información pública local en la prensa gráfica, lo señalan:
“Por falta de cupo, el ingreso al prejardín se hará por sorteo” [matutino El
Tribuno, edición del domingo 4 de octubre de 2015]. Se ratifica la información
sobre esta alternativa, por cartelitos colocados en las puertas de de los
establecimientos educacionales públicos que cuentan con las salitas para
niñitos de 4 años, en su primera aproximación a la Escuela.
Hay tres cosas graves en esto, que, bien está decirlo, no es
la primera vez que sucede en Salta; primero, tratar de comprender qué es eso
del “cupo”. Según la que embellece y da lustre a nuestra Lengua, ese término,
propio del verbo caber, designa, en su primera acepción, a aquella parte
proporcional que corresponde a un pueblo o a un particular en un impuesto,
empréstito o servicio. En otros términos, para la educación jardinera, el cupo
de lugares para educarse, corresponde a la proporción de niños ingresantes de
cuatro años de edad, en el caso que aquí se trata. No hay dudas: Todos los
niñitos y niñitas de cuatro, deben tener cabida, cupo, en el sistema. No porque
lo diga la RAE, sino porque lo exigen, por un lado Convención sobre los
Derechos del Niño de la ONU en su Resolución Nº 44/25 de 1989, con rango
constitucional en nuestro país, y la Ley nacional Nº 26.061 [Derechos de los
niños, niñas y adolescentes]. Según estos preceptos, los niños tienen derecho a
la Educación pública y gratuita.
En segundo lugar, hay que analizar con detenimiento aquello
de falta de cupo. Según un párrafo de la mencionada ley nacional “Por ninguna
causa se podrá restringir el acceso a la educación debiendo entregar la
certificación o diploma correspondiente [...]”. De esto infiero que la falta de
cupo, ubicación o lugar, no debe ser motivo sostenido o argumentado por el
Gobierno para no permitir al ingreso de niños al jardín por vía automática, y
que se haga solamente por sorteo. Sus obligaciones de administración claramente
son, para este caso, disponer de establecimientos suficientes y adecuados para
que cada alumnito se siente a estudiar como corresponde, en uso del legítimo
derecho que le asiste.
Finalmente, eso mismo: El sorteo. Dada la inoperancia
oficial para dotar al servicio educativo de lugares suficientes y adecuados
[“falta de cupo”], el ministro Dib Ashur mal asesorado por su equipo técnico
dirigido por la secretaria de Gestión Educativa Analía Berruezo, muestra la
hilacha, y opta por la feria, el bingo, la timba, el escolaso, como quiera
llamarse a este despropósito del sorteo para ejercer el Derecho Humano a la
Educación.
“Ciudad que crece, ciudad que avanza”
Así dice el lema de despedida de Miguel Isa de la
Intendencia de la ciudad de Salta, con el cual nos enloquecen en la radio.
Veamos qué tiene que ver esto con lo que vengo mentando. Resulta que tiene
razón el Alcalde ascendido por los votos a vicegobernador. Salta creció de una
manera sorprendente en la última década; demográfica y urbanísticamente, se
entiende. Creció, sí. Ahora, acerca del “avance”, no se sabe muy bien qué se
quiere decir con ese eslogan municipal. A ver, veamos con ejemplos: En Bombay,
India, una ciudad paradigma de crecimiento demográfico incontrolable, la basura
es un elemento inherente a la vida urbana. Ya no se puede disponer de
vertederos, porque todo terreno libre está ocupado por gente. Hay edificios de
varios pisos que, antes que albergar personas, contienen basura. La
contaminación atmosférica en México DF es tal, que hay que andar con barbijos;
en Santiago de Chile, los autos circulan en determinados días, según la
numeración de sus chapas patentes. En fin, algunas ciudades que crecen. Pero
avanzan hacia el caos ambiental, más tarde o más temprano. No hay dudas, Salta
crece; desordenadamente, crece, y así, es incierto el destino hacia el que
avanza. Con eslóganes parece que también se curra.
Esto de los cupos de la Educación infantil, es un ejemplo
del caos que se avecina, si no hay gestión.
Tres ministros, tres
Son los jefes burocráticos de tres ministerios, los
involucrados en esto que hace necesario recurrir a la suerte para poder ejercer
el derecho humano a la Educación. 1. La ministra de los DDHH, Marianela Cansino,
2. El ministro de de la primera infancia, Carlos Abeleira, y el ya mencionado
ministro educativo Roberto Dib Ashur. Ni idea, parece que tienen, de lo que hay
que hacer para resolver la deficiencia en el mentado cupo. A ver.
Parece ser que a Abeleira, lo motoriza sólo la presión sobre
algún aspecto particular de su gestión: Hoy está de guantes protectores,
atajando penales por la desnutrición; de modo que lo demás, no existe. La
educación de los chiquitos de la primera infancia no está en agenda para él.
Para Cansino, peor; sólo la muerte, los golpes, los aberrantes abusos
personales y de género son protagonistas de su verborrágica gestión. De
Educación, ONU, San José de Costa Rica, y niños jardineritos que con suerte
podrán iniciar su escuela, minga. Y para Dib Ashur, el de los números óptimos
en edilicia escolar, que son falsos, por supuesto, a la luz de esta atroz
realidad, la demografía es estática y quedó parada allá, al inicio de su
gestión, y la demanda de sillitas jardineras se ha estancado.
Pero no importa, siempre hay un as en la manga: El que se
levante temprano, y que tenga su día de suerte, y además que los astros lo
acompañen, tendrá una sillita de colores en el prejardín. El resto, a pelarse.
Así es el escolaso. A sacar número si la fortuna ayuda para estar antes en la
cola. El cupo no da pero no importa, a pesar de ser responsabilidad, absoluta
responsabilidad de la gestión de gobierno provincial. Mañana será otro día. De
los Tratados sobre DDH, de la CN y la CP, y las leyes, minga piringa.
Despotismo del más innoble cuño.
Los Derechos Humanos, por sorteo. Y el que le pega, le pega.
Así de doloroso.
Edición impresa: Semanario “Nueva Propuesta”
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