jueves, 8 de octubre de 2015

El derecho humano a la educación, con cupo y de bingo en Salta

Sortean lugares en jardines de infantes

Por Martín Risso Patrón
« Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a la educación y, a fin de que se pueda ejercer progresivamente y en condiciones de igualdad de oportunidades ese derecho [...] Adoptar medidas para fomentar la asistencia regular a las escuelas y reducir las tasas de deserción escolar. »
           
[Convención sobre los Derechos del Niño Aprobada y abierta a la firma y ratificación por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 44/25, de 20 de noviembre de 1989]

Los Derechos Humanos, con cupo y por sorteo

Así nomás, como se lee: El escolaso termina por ser el criterio para el ejercicio del derecho a la Educación de los niños salteños. Los titulares de la información pública local en la prensa gráfica, lo señalan: “Por falta de cupo, el ingreso al prejardín se hará por sorteo” [matutino El Tribuno, edición del domingo 4 de octubre de 2015]. Se ratifica la información sobre esta alternativa, por cartelitos colocados en las puertas de de los establecimientos educacionales públicos que cuentan con las salitas para niñitos de 4 años, en su primera aproximación a la Escuela.

Hay tres cosas graves en esto, que, bien está decirlo, no es la primera vez que sucede en Salta; primero, tratar de comprender qué es eso del “cupo”. Según la que embellece y da lustre a nuestra Lengua, ese término, propio del verbo caber, designa, en su primera acepción, a aquella parte proporcional que corresponde a un pueblo o a un particular en un impuesto, empréstito o servicio. En otros términos, para la educación jardinera, el cupo de lugares para educarse, corresponde a la proporción de niños ingresantes de cuatro años de edad, en el caso que aquí se trata. No hay dudas: Todos los niñitos y niñitas de cuatro, deben tener cabida, cupo, en el sistema. No porque lo diga la RAE, sino porque lo exigen, por un lado Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU en su Resolución Nº 44/25 de 1989, con rango constitucional en nuestro país, y la Ley nacional Nº 26.061 [Derechos de los niños, niñas y adolescentes]. Según estos preceptos, los niños tienen derecho a la Educación pública y gratuita.

En segundo lugar, hay que analizar con detenimiento aquello de falta de cupo. Según un párrafo de la mencionada ley nacional “Por ninguna causa se podrá restringir el acceso a la educación debiendo entregar la certificación o diploma correspondiente [...]”. De esto infiero que la falta de cupo, ubicación o lugar, no debe ser motivo sostenido o argumentado por el Gobierno para no permitir al ingreso de niños al jardín por vía automática, y que se haga solamente por sorteo. Sus obligaciones de administración claramente son, para este caso, disponer de establecimientos suficientes y adecuados para que cada alumnito se siente a estudiar como corresponde, en uso del legítimo derecho que le asiste.

Finalmente, eso mismo: El sorteo. Dada la inoperancia oficial para dotar al servicio educativo de lugares suficientes y adecuados [“falta de cupo”], el ministro Dib Ashur mal asesorado por su equipo técnico dirigido por la secretaria de Gestión Educativa Analía Berruezo, muestra la hilacha, y opta por la feria, el bingo, la timba, el escolaso, como quiera llamarse a este despropósito del sorteo para ejercer el Derecho Humano a la Educación.

“Ciudad que crece, ciudad que avanza”

Así dice el lema de despedida de Miguel Isa de la Intendencia de la ciudad de Salta, con el cual nos enloquecen en la radio. Veamos qué tiene que ver esto con lo que vengo mentando. Resulta que tiene razón el Alcalde ascendido por los votos a vicegobernador. Salta creció de una manera sorprendente en la última década; demográfica y urbanísticamente, se entiende. Creció, sí. Ahora, acerca del “avance”, no se sabe muy bien qué se quiere decir con ese eslogan municipal. A ver, veamos con ejemplos: En Bombay, India, una ciudad paradigma de crecimiento demográfico incontrolable, la basura es un elemento inherente a la vida urbana. Ya no se puede disponer de vertederos, porque todo terreno libre está ocupado por gente. Hay edificios de varios pisos que, antes que albergar personas, contienen basura. La contaminación atmosférica en México DF es tal, que hay que andar con barbijos; en Santiago de Chile, los autos circulan en determinados días, según la numeración de sus chapas patentes. En fin, algunas ciudades que crecen. Pero avanzan hacia el caos ambiental, más tarde o más temprano. No hay dudas, Salta crece; desordenadamente, crece, y así, es incierto el destino hacia el que avanza. Con eslóganes parece que también se curra.

Esto de los cupos de la Educación infantil, es un ejemplo del caos que se avecina, si no hay gestión.

Tres ministros, tres

Son los jefes burocráticos de tres ministerios, los involucrados en esto que hace necesario recurrir a la suerte para poder ejercer el derecho humano a la Educación. 1. La ministra de los DDHH, Marianela Cansino, 2. El ministro de de la primera infancia, Carlos Abeleira, y el ya mencionado ministro educativo Roberto Dib Ashur. Ni idea, parece que tienen, de lo que hay que hacer para resolver la deficiencia en el mentado cupo. A ver.

Parece ser que a Abeleira, lo motoriza sólo la presión sobre algún aspecto particular de su gestión: Hoy está de guantes protectores, atajando penales por la desnutrición; de modo que lo demás, no existe. La educación de los chiquitos de la primera infancia no está en agenda para él. Para Cansino, peor; sólo la muerte, los golpes, los aberrantes abusos personales y de género son protagonistas de su verborrágica gestión. De Educación, ONU, San José de Costa Rica, y niños jardineritos que con suerte podrán iniciar su escuela, minga. Y para Dib Ashur, el de los números óptimos en edilicia escolar, que son falsos, por supuesto, a la luz de esta atroz realidad, la demografía es estática y quedó parada allá, al inicio de su gestión, y la demanda de sillitas jardineras se ha estancado.

Pero no importa, siempre hay un as en la manga: El que se levante temprano, y que tenga su día de suerte, y además que los astros lo acompañen, tendrá una sillita de colores en el prejardín. El resto, a pelarse. Así es el escolaso. A sacar número si la fortuna ayuda para estar antes en la cola. El cupo no da pero no importa, a pesar de ser responsabilidad, absoluta responsabilidad de la gestión de gobierno provincial. Mañana será otro día. De los Tratados sobre DDH, de la CN y la CP, y las leyes, minga piringa. Despotismo del más innoble cuño.

Los Derechos Humanos, por sorteo. Y el que le pega, le pega. Así de doloroso.

Edición impresa: Semanario “Nueva Propuesta”

Edición digital: www.agensur.info

0 comments :

Publicar un comentario