Es una estrategia de “cuatro
puntos” que son los que cree que le faltan
para llegar al 45%.
Nacionales - Daniel
Scioli cree que está a cuatro puntos de convertirse el próximo 25 de octubre en
Presidente de la Nación, sin depender de cuántos puntos saque el segundo y sin
el riesgo que podría significar el ballotage.
El gobernador bonaerense y su entorno reconocen en la
intimidad que están estancados en las encuestas, pero creen que el panorama no
es tan complicado como pintan los últimos sondeos, ninguno de los cuales lo da
alcanzando el 45% o logrando una diferencia de diez puntos sobre el segundo.
Incluso, la mayoría lo sigue dando abajo del 40%.
Pero el sciolismo sostiene que la barrera del 40% ya la
pasó. Es que a diferencia de la primaria, donde los votos blancos y nulos
sumaron algo más del 5,3%, en la elección general los porcentajes se calculan
sobre los votos positivos. Es decir que aún si el escenario es exactamente el
mismo, con la misma cantidad de votos cada candidato, el porcentaje será mayor.
Aunque esperaban llegar al 39% en el escrutinio definitivo,
Scioli finalmente cosechó el 38.67% de los votos el 9 de agosto pasado. Ese
porcentaje proyectado sin los votos en blanco y nulos, le daría al ex motonauta
cerca del 41%, afirman en su entorno. La cifra sería unas décimas menor, pero
también hay que contemplar que el 25 de octubre podría aumentar la cantidad de
blancos (por ejemplo, hay que considerar que más de 430 mil votantes se
quedaron “sin candidato” porque cinco no llegaron al piso).
Ahora bien, ¿cómo hará Scioli para conseguir esos cuatro
puntos? Fuentes del comando sciolista explicaron a LPO que apuntan exclusivamente a dos territorios: la provincia de
Buenos Aires y Córdoba.
En el primer caso, confían en que el gobernador terminará
creciendo unos puntos como sucedió con Cristina Kirchner en 2011. Una razón que
esgrimen para aferrarse a ese supuesto crecimiento es que el FPV quedó debajo
de la marca promedio del PJ en la provincia y otra es que los sectores
populares -más afines al kirchnerismo- no se enganchan con las elecciones
primarias.
En concreto, el nivel de participación en agosto en la
provincia de Buenos Aires fue del 76,7% del padrón, unos cinco puntos por
debajo de las PASO de 2011 (81,37%). Ese año, la participación en la general
fue casi un punto y medio superior a la primaria (82,7%).
Además del poco entusiasmo, también creen que la inundación
influyó en la menor afluencia de votantes. Por ejemplo, en el Circuito 583 de
Lomas de Zamora (que comprende zonas de Budge, Cuartel IX y Villa Fiorito) un
9% del padrón no fue a votar. Se trata de una zona muy poblada donde Scioli
sacó el 67% de los votos. Eso se repitió en amplias zonas del Conurbano, donde
también se impuso con claridad el FPV. Si aumenta la movilización, puede
aumentar la diferencia, creen en el sciolismo.
El tema de discusión sigue siendo cuánto recorta Aníbal
Fernández las posibilidades de crecimiento de Scioli en la provincia de Buenos Aires.
El jefe de Gabinete mide unos 33 puntos, pero su imagen negativa es altísima.
Los intendentes, como explicó LPO,
creen que no tendrá un efecto significativo porque es muy complicado cortar la
boleta por el medio, aunque hay antecedentes de corte importante como en 2011
cuando Francisco De Narváez sacó 6 puntos más que Ricardo Alfonsín.
La otra provincia que será clave para Scioli es Córdoba.
Allí, el candidato del FPV hizo la peor elección del país y no llegó al 15% de
los votos.
Sin embargo, no creen que ese resultado se repita en
octubre, sobre todo porque ya no estará José Manuel De la Sota. “El Gallego nos
mató”, repiten en el entorno del ex motonauta, donde están seguros de que
Sergio Massa no retendrá todos esos votos.
Los otros dos distritos donde Scioli sumó muy poco fueron la
Ciudad de Buenos Aires (23,25%) y San Luis (19,58%), aunque allí el margen de
crecimiento parece más complicado.
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