Por Gabriel Profiti |
"Hay que reenfocar y volver al eje", repetían a
coro cerca de Mauricio Macri luego de la renuncia de Fernando Niembro a su
candidatura a diputado nacional por Buenos Aires. El jefe de Gobierno se
encontraba este miércoles en Rosario para anunciar uno de los pilares de su
plan de gobierno: la lucha "frontal" contra el narcotráfico, pero el
tema del día, como desde hace varias jornadas, era Niembro.
En el Ejecutivo porteño había hasta hoy distintas posturas
en torno a la continuidad del comentarista en la campaña, pero el escándalo
crecía y para muchos el límite fueron editoriales muy críticos al PRO de
diarios no alineados con el kirchnerismo. "Era como entrar a las reuniones
con un antifaz de Gatúbela. No se podía hablar de otra cosa que de Niembro,
había que darle un corte", graficó un hombre de la mesa chica macrista.
El ahora excandidato se encontraba muy afectado por las
denuncias y decidió dar un paso al costado. Macri y la mesa nacional del PRO,
que previamente lo habían sostenido, finalmente la aceptaron para reducir los
daños.
La estrategia comunicacional de Cambiemos ahora apuntará a
mostrar que la reacción del frente fue completamente diferente a la que asumió
el Frente para la Victoria en todos estos años en casos resonantes de presunta
corrupción. El Gobierno de la Ciudad insiste en que la operatoria con la
empresa La Usina fue legal, pero que pese a eso Niembro se sometió a la
Justicia y luego renunció y que la bancada macrista en la Legislatura habilitó
un pedido de informes.
Internamente la lectura tiene más aristas: hubo autocrítica
en torno a la decisión de postular al periodista de Fox y también reproches por
haber firmado contratos éticamente cuestionables. El punto es que el caso puso
en la mira a todo el esquema de contrataciones del Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires. Por eso mismo el gran interrogante abierto a partir de la salida
de Niembro de escena es si esa sola decisión amortiguará el escándalo o será un
eslabón de una serie de denuncias que el kirchnerismo está dispuesto a explotar
al máximo.
"Tienen a La Cámpora dentro de la Secretaría de
Inteligencia trabajando en esto, nos van a llenar de denuncias falsas",
presumían en la Ciudad. Hace unas semanas todo el equipo de campaña macrista se
preparaba para un seguro balotaje con Daniel Scioli. Ahora, algunos
encuestadores se animan a decir que hay posibilidades concretas de que el FPV
triunfe en primera vuelta. Es el caso de Federico Aurelio, director de la
consultora Aresco y asociados, quien aseguró que existe una diferencia de 11
puntos entre Scioli y Macri, 40,5% a 29,5%, números que en caso de que
repetirse en octubre coronarán al gobernador.
En el PRO aseguran que esas proyecciones son exageradas,
pero reconocen que el "niembrogate" algún impacto tuvo en las
mediciones de la escudería amarilla. "Quedan seis semanas de campaña y
todo puede pasar", remarcaron.l
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