Se ahondan las
diferencias entre Dilma Rousseff y Lula
por la visita de éste
a Cristina Kirchner en medio de la crisis brasileña.
Dilma Rousseff expresó su preocupación y molestia por las trabas argentinas a las exportaciones de trigo. |
Brasil - Días
atrás varios medios brasileños se hicieron eco de una versión que indicaba que
el expresidente Lula Da Silva estaría viendo con buenos ojos que Dilma Rouseff
renuncie a su cargo producto de la severa crisis económica que atraviesa el
país vecino.
Al parecer, la interna política en el Partido de los
Trabajadores (PT) está alcanzando niveles impensados y algunas figuras de
primer nivel del ámbito político de Brasil ya le quitaron el apoyo a Dilma
(aparentemente fogoneados por el todavía influyente Lula).
Así las cosas, en Brasil se menciona que a Dilma no le cayó
bien la visita de Lula a la Argentina. Y menos aún la frase de Cristina
Kirchner cuando aseguró que “uno nunca deja de ser presidente”, ante la mirada
del exmandatario brasileño y de Daniel Scioli.
En este contexto, en las últimas horas La Política Online accedió a un durísimo informe de coyuntura
realizado por la Companhia Nacional de Abastecimento de Brasil (Conab), uno de
los pocos organismos oficiales que Dilma aún controla en su totalidad.
Y, como era de esperar, la Conab hizo referencia a un tema
sumamente incómodo para Cristina. Sucede que en el vecino país hay un fuerte
malestar (que en realidad no es nuevo) respecto a la política de exportaciones
de trigo que aplica el kirchnerismo.
“Los sucesivos problemas con la Argentina relativos a la
suspensión temporaria de embarques de trigo generan inseguridad en el mercado y
suba de precios de la harina y del pan”, advirtió la Conab según una
reproducción publicada en el sitio valorsoja.com.
Para el organismo oficial brasileño, la política argentina
está “amenazando los resultados de la política de combate a la inflación que,
como se sabe, perjudica especialmente a la población más pobre”.
Pero el informe de la Conab no se quedó ahí. Enseguida
apuntó que “la dependencia crónica del abastecimiento externo de trigo coloca a
Brasil en una situación de riesgo, tal como ocurre en la actualidad” (en otras
palabras, peligra la seguridad alimentaria).
“Hay que estimular el cultivo en la región centro-oeste a
través de un precio mínimo diferenciado en función del valor de paridad de
importación de trigo argentino y estadounidense”, agregó el organismo del
gigante sudamericano.
El informe de la Conab señaló además que si el 2% del área
destinada actualmente a soja en Brasil se sembrara con trigo, se podrían
obtener unas 870.000 toneladas adicionales del cereal considerando un rinde
promedio de 30 quintales por hectárea.
En tanto, hace varios años -ya con Lula como presidente- en
Brasil tomaron la decisión de comenzar a sembrar trigo en sus tierras (que son
poco aptas para este cultivo) para cortar la dependencia de la Argentina que
había empezado a aplicar trabas comerciales.
De todas maneras, si bien Brasil avanzó mucho en los últimos
años, aún está muy lejos de alcanzar el autoabastecimiento: este año la cosecha
de trigo brasileña se ubica en 7 millones de toneladas con importaciones
previstas en 5,4 millones.
Los últimos datos oficiales indican que en enero-julio de
2015 Brasil importó 3 millones de toneladas de trigo, de los cuales un 82%
provinieron de Argentina, mientras que 7,6%, 5,7% y 4% se importaron de EE.UU.,
Paraguay y Uruguay respectivamente.
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