Banderas
negras y rojas flamearon en la Plaza
[Con batucada carioca]
Por Martín Risso Patrón |
Después
de perpetrar un grave atentado contra el sistema democrático, jovencitos y
jovencitas fashion con ropas y zapatillas de corte neoliberal
y al compás de batucadas del Carnaval mais grande do mundo, festejaban
en la P9J de la ciudad, su conquista: Habían logrado abortar una
asamblea en la que varios ciudadanos expondrían sus razones para sostener u
oponerse a la suba de un boleto de transporte urbano, y a las limitaciones a
los abusos de la gratuidad para los estudiantes.
Banderas
negras que evocaron las marchas fascistas de la marcha de Roma saludadas por
Mussolini; banderas rojas como las bendecidas desde un palco burocrático por
Stalin; batucadas que eran un mimo del carioca y gordo Rey Momo. Jovencitas y
jovencitos que momentos antes habían actuado tal cual como las Ordnertruppe
Sturmabteilung hitlerianas [SA, tropas de choque urbanas al
mando del ex presidiario Emil Maurice en los años 20, que tenían la
misión de romper mítines políticos opositores y cualquier expresión democrática].
Con look fashion neoliberal. Para decirlo breve y contundentemente: Lumpen,
chicos pequeñoburgueses sin conciencia de clase, ni de nada, en lo que a la
vida en comunidad se refiere. Mezcla de misiones, prácticas y vestiduras de una
parte de la juventud, esterilizada. Preguntar a los punteros que los mandan.
Alguien
me sopló que los trapos negros con un símbolo algo esotérico al centro, eran de
la corriente anarquista de moda. Inmediatamente le pedí perdón a Bakunin, en
bien de la honestidad histórica, no en memoria de él, que no me interesa. En
resumidas cuentas ,festín de lobos urbanos, un día de mañana luminosa en
la plaza del 9 de Julio, Salta. Habían quebrado un eslabón en la vida diaria de
los ciudadanos, y batuqueaban y también fumaban.
Poniendo
orden en esta crónica
La
vulgar patoteada en el estadio en el que se iba a celebrar una audiencia
pública [que merecerá también sus buenas críticas en este informe], dejó
destrozos, heridos, pintarrajeos y desolación. La naturaleza de este
acontecimiento, exige aclarar aquello de Mussolini, Stalin y Hitler que está
escrito en el párrafo anterior. Claro, porque no representaban estas minúsculas
[por ahora] hordas fashion anarcosindicalistas, neoliberales y cariocas,
a ninguno de ellos en particular, y a todos a la vez en su perfil más asqueroso
y compartido: La violencia para tratar al ciudadano y a las
instituciones de la República y todo lo que signifique orden. Roto el
eslabón democrático, salieron de carnaval. Los trotskistas negaron su
participación por boca de su dirigente máximo local. Ninguna otra tendencia u
organización lo hizo. Policías heridos, ciudadanos de a pie sentados desolados
y en silencio y también golpeados, con un papel en sus manos en el que
seguramente habían enumerado los acordes de su campana de palo, y el
excrementicio desorden y destrozo en un estadio que es de todos.
¿Y
de la herramienta democrática, qué?
Nada,
Paisanos; nada de nada. Veamos. Las audiencias públicas no tienen otro mérito
que el de lavar con el agua de enjuagar conciencias, la conciencia de los
mandamases de turno. Sus resultados no tienen condición vinculante; en otras
palabras, sus actas van a parar directamente a los inodoros burocráticos
después de ser usadas por los que lavaron con ellas sus conciencias y otras
partes. Campanas de palo, he dicho; legalizadas por decretos,
deslegitimadas por las carcajadas conjuntas de los eternos beneficiarios de las
prebendas que les regala el gobierno, y los burócratas del ídem que pecan por
la paga.
No
se sabe muy bien por qué se convoca algo para discutir decisiones que están
tomadas de antemano en las recámaras del Poder político, en el mejor de los
casos. Y en su costado más siniestro, largar la pelota para que discuta el
despistado y honesto ciudadano, para hacer justamente lo contrario; un
postulado de la ley de Murphy, mire vea: Los argumentos que benefician al
Pueblo están siempre en relación inversa con los intereses del Poder y la
corrupción; de modo que, si en una AP se decide, por ejemplo, “...sí al
recorte de prebendas a los estudiantes que mal utilizan sus boletos –en un gran
número, no todos- y no a la suba selectiva de os precios del ticket que
paga el Pueblo trabajador, para subsidiar la gratuidad de otros...”, el
gobierno que debió utilizar la herramienta de discusión, hará lo contrario.
Sencillamente porque una resolución de ese tipo es un tiro a la línea de
flotación dela corruptela.
Pero
entonces: ¿Por qué la batucada lumpen?
Sencillamente
porque, aun a sabiendas de que habrá un resultado de corte populista,
los punteros de todo pelaje explotarán la situación “...por un porsia...”
según sopa Doña Clota que acaba de relojear lo que estoy escribiendo. El
control del populismo que siempre, siempre, siempre beneficiará a todos, menos
al que labura y paga impuestos, que es el que levanta la cuenta que trae el
mozo mientras los demás chupan los huesos del festín. Así nomás.
De
otra manera, no habría justificación lógica alguna para tanto lodo en el que estamos
todos embarraos... Ese mismo légamo hediondo del que brotan banderas negras
y rojas y calzas y jeans y zapatillas al tono al compás batuquero. Apostillo
aquí que lo de Mussolini, Stalin y Hitler, eso sí, eso mismo, es lo
único coherente en este caos, porque las dictaduras
históricas modernas son las únicas que proporcionan un modelo que garantiza a
los déspotas posmodernos, poder utilizar el Poder para someter al Pueblo y se
materializa en la manutención de tanto lumpen, sea éste ilustrado, o no; y si
es joven y cholulo, mejor. De no [Doña Clota dixit],
preguntar a los punteros.
Edición impresa: Semanario "Nueva
Propuesta"
Edición digital: www.agensur.info
0 comments :
Publicar un comentario