Por Ana Gerschenson |
Desconcierto, rabia, pase de facturas y autocrítica: el
frente Progresistas todavía no entiende que pasó en las PASO. Y es que los dos
referentes del espacio, Hermes Binner en Santa Fe, y Margarita Stolbizer a
nivel nacional, tuvieron una performance olvidable el domingo pasado.
Stolbizer arañó un 3,51% de votos a nivel nacional, y estuvo
a punto de perder con el candidato de la izquierda, Nicolás del Caño (3.31%). Y
peor le fue a Binner, quien salió cuarto en el recuento, como candidato a
senador por Santa Fe.
En el frente Progresistas, que armó Margarita, todo es
debate y autocrítica. La diputada por GEN repitió en los últimos dos años que
no quería ser candidata en estos comicios, ni siquiera para la gobernación de
Buenos Aires, su distrito.
Pero el santafesino decidió en marzo no competir en las
presidenciales, y "le tiró la candidatura presidencial por la cabeza"
a Stolbizer, se quejan hoy, con los números puestos, en Progresistas.
Margarita armó un plan presidencial apurado, aunque
consistente, pero se concentró en demostrar que era una candidata decente. Fue
un error.
La debacle es más profunda. Comenzó con el fracaso de UNEN,
justamente una agrupación que pretendía concentrar a los referentes del
progresismo nacional para competir en estas elecciones. Pero lo egos pudieron
más que la construcción política. Binner, Stolbizer, Elisa Carrió, Pino Solanas
y Ernesto Sanz, entre otros, comenzaron ya peleando por los lugares en la foto
de presentación del Frente. La ruptura fue inevitable. También la decepción de
sus votantes.
Así las cosas, con el radicalismo y "Lilita"
asociados con Mauricio Macri, un sector grueso del progresismo decidió por
Cambiemos en las PASO del domingo. Es la primera lectura que hacen en GEN, el
partido de Stolbizer.
"El histórico votante progresista evolucionó a un lugar
donde creía que había competitividad. Macri terminó siendo el emergente
competitivo de lo que era UNEN", analiza, con cierta resignación, el
director de AFSCA y "margarito" Gerardo Milman, ante una pregunta de 3Días.
En el equipo de Stolbizer abundan las reuniones de análisis
de lo que pasó, pero sobre todo, de cómo encarar las elecciones de octubre,
cómo hacer para reconquistar al electorado de centro izquierda sin morir en el
intento. "No va a replantear su discurso, va a seguir diciendo lo que
piensa", adelantó uno de sus colaboradores más estrechos.
La postura ya generó críticas internas. "La gente sabe
que Margarita es una candidata decente, pero también tiene que hablar de otras
cosas, de republicanismo", sugieren en el Frente. Todos coinciden que,
como están las cosas, la única opción es apuntalar a los legisladores de
Progresistas con opciones de ingresar al Congreso. Son tres los distritos en
los que la agrupación tiene chances: Buenos Aires, con 4,33%; la Ciudad de
Buenos Aires, en donde ganó la interna Victoria Donda, y en Santa Fe.
En Santa Fe, Binner fue con boleta corta. "Dijo que
Margarita era su heredera y después no llevó su boleta presidencial por los
acuerdos provinciales del socialismo con la UCR", se quejan los margaritos.
Al socialista le costó muy caro la indefinición, no ganó siquiera en Rosario,
su ciudad.
La depresión de Stolbizer son los números tan bajos. En
Buenos Aires, su provincia, cosechó el 4,36% de los votos. Lejos del 11,68% que
obtuvo en 2011 como candidata a gobernadora. Y en territorio porteño, que ha
sabido abonar los espacios de centro izquierda, sacó 6,75% de votos, la mitad
que el FR de Sergio Massa.
En Progresistas hay quien cree que Margarita debería hacer
un gesto, ya que sus posibilidades de alcanzar la Presidencia son remotas.
"Debería hacer campaña por sus legisladores, pedir a los votantes de
centroizquierda que corten boleta, pero que apoyen a los candidatos que pueden
llegar al Congreso", confesó un armador del espacio. Pero no es lo que
Margarita está pensando hoy. "No hay que autoflagelarse. Vamos a ser menos
guerreros y más positivos", aseguran en el entorno de Stolbizer. Muy a
tono con los dos candidatos que salieron primeros. El "con fuerza y con
esperanza" de Daniel Scioli, y el "vamos juntos a la felicidad"
de Mauricio Macri. El progresismo no está de moda en estas elecciones. La
"buena energía", sí.
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