El papa Francisco se
despidió del Paraguay. Ante la humilde población del Bañado, dejó un mensaje de
fe y solidaridad.
En la última misa en el Paraguay, el papa Francisco se despidió con una multitudinaria misa en ÑuGuasu. (Foto: AFP) |
Paraguay - El
papa Francisco valoró la fe y solidaridad del pueblo bañadense por pelear
constantemente por una vida digna y luchar contra las inclemencias del tiempo.
Un emotivo encuentro tuvo el Santo Padre con la población humilde del Bañado.
Alrededor de las 08.15, Francisco ingresó a la zona del
bañado por un estrecho pasillo, donde bendijo a dos mujeres adultas mayores.
Luego, observó el mural preparado por los niños de la zona, que contenían
mensajes para el Sumo Pontífice.
Con su calidez y una sonrisa constante ingresó,
posteriormente, a un escenario preparado especialmente para este encuentro.
Momentos después, el Papa ingresó a la capilla San Juan y rezó ante el
santísimo. También bendijo las imágenes del sitio y la capilla.
A su salida, el Sumo Pontífice saludó a todo el pueblo
bañadense, que respondió con un efusivo griterío y emoción.
Francisco se sentó en una silla de cable, especialmente
preparada, y estuvo acompañado del provincial jesuita padre Alberto Luna, el
arzobispo Edmundo Valenzuela, el párroco de la zona Ireneo Valdez y el nuncio
apostólico.
"Estoy alegre por visitarlos a ustedes porque no podía
estar en Paraguay sin estar con ustedes, en esta, su tierra", fueron las
primeras palabras del Santo Padre, ante la población del Bañado, que en todo
momento expresaba su emoción.
Luego comparó la vida de la sufrida población con lo que
tuvieron que padecer María y José para dar a luz a Jesucristo.
Valoró cada una de las historias de esa gente, por su lucha
por una vida digna, por un techo y para superar las inclemencias del tiempo,
como las inundaciones. Pero resaltó que las adversidades no les quitaron la
sonrisa, la esperanza y la solidaridad, sino que las estimularon e hicieron
crecer.
"José y María también tuvieron que dejar su lugar, lo suyo, sus amigos e ir a otra
tierra, una tierra en la que ellos no conocían, no tenían casa, no tenían
familia. En ese contexto, una joven
pareja tuvo a Jesús, en una cueva que prepararon como pudieron", afirmó.
Sin embargo, indicó que empezaron a aparecer pastores y
personas igual que ellos, que también debieron dejar todo para conseguir
mejores oportunidades. "Vivían en función de las inclemencias del tiempo y
de otro tipo de problemas", expresó.
Relató que cuando se enteraron del nacimiento de Jesús, se
hicieron prójimos, vecinos y familias de María y José.
"La fe nos hace prójimos a la vida de los demás, nos
aproxima a la vida de los demás. La fe despierta nuestro compromiso con los
demás", expresó. Dijo que la
solidaridad es una virtud humana y
cristiana que los bañadenses tienen y que otros sectores deben aprender de
ello.
Luego ironizó sobre las personas que van todos los domingos
a misa, pero al momento de la verdad no son solidarios con los más necesitados.
"Si no tienes un corazón solidario, si no sabes lo que pasa en tu pueblo,
tu fe es muy débil, o es enferma o está muerta", afirmó.
Recordó que Jesucristo no tuvo problema en bajarse y
humillarse para morir por cada uno, por esa "solidaridad de hermanos. Fue
el primero en ser solidario".
El Sumo Pontífice les pidió que sigan estimulando el
espíritu misionero de la fe y que este siga contagiando los pasillos del
Bañado.
"Quizás el mensaje más fuerte que ustedes pueden dar
hacia afuera es esa fe solidaria. El diablo quiere que se peleen entre ustedes,
porque así puede dividirlos y derrotarlos. Solidaridad, hermanos, para defender
la fe, y además que esa fe solidaria sea mensaje para toda la ciudad",
sentenció.
“Los llevo en mi
corazón”
El papa Francisco agradeció el recibimiento que tuvo en este país y afirmó que no podía terminar la Santa Misa en Ñu Guasu sin
recordar a la Virgen María. “María es el regalo de Jesús a su pueblo (...) no
dejen de invocar a la Madre”, sostuvo.
Posteriormente aseguró que lleva al Paraguay en su corazón.
“Queridos hermanos, les pido por favor, que no se olviden de rezar por mí. Yo
los llevo en mi corazón, rezo por ustedes y por su país”, enfatizó.
El acto de Ñu Guasu es uno de los últimos de Francisco en
Paraguay, cierre de una etapa latinoamericana que antes le llevó a Ecuador y
Bolivia. Sus actividades en Paraguay finalizarán con un encuentro con miles de
jóvenes en la Costanera, el paseo fluvial de Asunción. Francisco es el segundo
papa en visitar Paraguay, tras Juan Pablo II, quien lo hizo en 1988.
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