miércoles, 15 de julio de 2015

“El modelo de la exclusión”: Aumento de la pobreza

Por J. Valeriano Colque (*)
El Observatorio Social de Universidad Católica Argentina informó que la pobreza en 2014 afecta al 28,7 % de la población. La cifra equivale a casi 11,5 millones de personas. El número supera al del año anterior y deja cada más desactualizado al 4,7 % del Indec, que dejó de medir este indicador clave.

La Presidente Cristina Fernández avaló la cifra del organismo público el mes pasado en Roma, cuando en la asamblea de la FAO afirmó que la pobreza no superaba el 5 %.

La UCA realiza su muestra sobre 5.700 hogares en conglomerados de más de 50.000 habitantes desde 2010. El año pasado, la pobreza era del 27,5 %. Distintos representantes de la Iglesia Católica, desde hace tiempo, refutan las mediciones del Indec de la pobreza y el poco interés del gobierno para volver a medirla.

Cifras oficiales. La última polémica se desató hace un mes cuando la Presidente defendió el 4,7% de pobreza y el Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, afirmó que Alemania tiene más pobres que Argentina, frase que las mismas estadísticas europeas se encargaron de desmentir. El ministro de Economía, Axel Kicillof, un par de meses antes, hasta llegó a cuestionar la necesidad de medir la pobreza, para, dijo "no estigmatizar" a los pobres. También había reconocido que era una medición "muy difícil" de realizar.

La excusa oficial para no difundir nuevos datos oficiales es que aún no se han logrado empalmar las viejas series con las nuevas, que surgirían del nuevo índice de precios nacional.

Pobreza en aumento. Según los datos difundidos por la UCA, la pobreza no detiene su alza desde 2011 a la fecha. La consolidación de la inflación por encima del 20 % erosionó el poder adquisitivo de los asalariados, destruyó puestos de trabajo y golpeó aún más a aquellos con empleo informal.

Especialmente en los últimos dos años, la suba de salarios fue inferior al alza de precios. Según los sindicatos de todo el espectro político, la pérdida del poder adquisitivo osciló entre 5 y 10 % por año.

La medición de pobreza del Observatorio Social de la UCA es el más respetado entre las mediciones no oficiales. La Iglesia Católica realiza una tarea de campo muy cercana a los segmentos de la población más carenciados a través de Cáritas, su histórica organización presente en 3.500 parroquias y centros misionales en todo el país.

Factores que impulsan la pobreza

La inflación y la caída del empleo son los factores que impulsan la pobreza.

Esta tendencia de la pobreza, que no se detiene pese a que se estén aumentando los planes sociales, tiene como principal motor el factor inflacionario y la falta de creación de empleo.

Inflación. Diputados de la oposición informaron hoy que la inflación de junio calculada por consultoras privadas fue de 1,53 %, con lo cual la medición interanual trepó a 27,90 %.

El cálculo de los privados es similar al estimado por la Ciudad de Buenos Aires, que proyectó una suba de precios de 1,4 % en junio y 25,2 % en doce meses.

La inflación oficial de junio fue de 1 % y de esta forma el primer semestre cerró con una variación de precios de 6,7 %, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

En consecuencia, para el organismo estadístico la suba de precios interanual en junio fue de 15 %.

El estudio de la UCA determinó que una familia tipo necesita al menos tener ingresos por 5.717 pesos mensuales (promedio nacional) para no ser pobre, de acuerdo con los cálculos de una Canasta Básica Total (CBT) propia.

Esta cifra es más del doble de los 2.026 pesos que calcula el Indec para el mismo ítem.

La pobreza por ingresos aumentó en los últimos cuatro años y está entre 20 y 29 %, más allá que se mida sobre la canasta básica de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) o sobre la que toma la encuesta de la UCA.

La pobreza en la Argentina es “estructural” y se estima ese concepto de empobrecimiento en un piso de 24 %.

Sobre esta problemática no hay datos oficiales por lo menos desde 2013 y hasta el propio ministro de Economía, Axel Kicillof, reconoce la inconsistencia de los indicadores del Indec.

En relación a la falta de medición del organismo nacional de estadísticas, la falta de datos oficiales confiables no sólo priva de una necesaria información ciudadana, sino que introdujo debates políticos mediáticos que ocultan lo importante.

Al respecto, el Observatorio creó estadísticas para complementar la ausencia de información confiable, y no se trata de reemplazar al Indec.

Los números de la UCA no buscan polemizar con la falta de estadísticas oficiales, sino ofrecer datos “más reales” para promover políticas públicas a fin de atender las “injusticias sociales”.

En este sentido, casi 30 % de los hogares argentinos recibe un programa social, aunque es relativo que esa ayuda por parte del Estado haya incidido en la disminución de la situación de pobreza.

Los planes sociales están bien focalizados, pero sólo logran cubrir la tasa de indigencia básica.

Esto no es bueno para los descartables de la sociedad. En Laudato Si, su reciente encíclica, el papa Francisco habla de “los descartables de la sociedad”, los marginados del sistema, los usados y descartados por los negocios y la política y que en Argentina conforman ese casi 29 % de la población del país señalado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina (Odsa) elaborado por la Universidad Católica Argentina (UCA).

Pero el estudio no es un indicador coyuntural más que puede bajar o subir según el ciclo en el que esté la economía. El Odsa arroja la existencia de una pobreza estructural de casi 25 %. ¿Qué quiere decir que un cuarto de la población argentina esté en esta condición? Que cerca de 10 millones de personas son pobres o no pueden dejar de serlo aun cuando la economía salga del actual estancamiento y empiece a crecer.

Esta pobreza estructural existía antes de la crisis de 2002, que terminó con la convertibilidad, y todavía persiste después de 12 años de crecimiento económico, con la sola excepción de 2009 y del actual estancamiento.

La pregunta que todos los argentinos debemos hacernos es por qué no hemos podido reducir tamaña dimensión de la pobreza estructural después de los mejores años de nuestra historia económica reciente. Esta pregunta debe ir mucho más allá todavía. Si el Gobierno nacional tiene una política social que en monto de inversión, más de 730 mil millones de pesos (25 % del presupuesto de este año), no se compara con nada de lo que se hizo hasta ahora en el país, ¿por qué los “descartables” son cada vez más?

Si hay 20 millones de personas beneficiadas con la batería de planes sociales nacionales, si se entrecruzan y se interponen con programas provinciales y municipales cuya cantidad nadie sabría precisar, ¿por qué los “descartables” no dejan de aumentar?

Está claro que para desarmar esta pobreza estructural no alcanzan ni el crecimiento económico ni el distribucionismo estatal que aplican gobernantes y dirigentes de todos los niveles.

Estas son las cosas que deberían debatirse en estos tiempos electorales.

El dólar blue genera preocupación

El dólar paralelo, luego de bajar desde casi $ 16 en septiembre del año pasado a poco más de $12 entre abril y mitad de junio de este año, ha estado subiendo desde entonces.

Primero por expectativas de índole política, tras la confirmación de la fórmula presidencial oficial.

Pero en los últimos días por expectativas de índole económica, en medio de idas y vueltas relacionadas con la posibilidad de que fuera declarada ilegal la operatoria conocida como “contado con liquidación”, algo que finalmente no ocurrió.

(*) Economista

© Agensur.info

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