El gobernador salteño
ratificó que “el que tiene
la lapicera manda”, desafiando al cristinismo puro.
Urtubey sigue desafiando al cristinismo y participa en el armado del sciolismo. Aquí, junto a Martín Insaurralde. |
Salta - Juan
Manuel Urtubey fue reelecto por segunda vez pero no se quedó en Salta. En el
mes que siguió a su victoria hizo actos por todo el país, se pronunció por
Scioli y repitió una y otra vez que está dispuesto a ser candidato a presidente
en 2019.
El martes participó del acto de lanzamiento de Martín
Insaurralde como candidato a intendente de Lomas de Zamora. “Junto a Martín
militamos juntos por el fortalecimiento de este proyecto nacional”, celebró el
gobernador.
Insaurralde fue aislado por la Casa Rosada por su coqueteo
mediático con Sergio Massa y lo proscribieron de la elección a gobernador.
Urtubey fue la única figura nacional en acompañarlo, un desafío al manual de
acción del cristinismo.
No fue su único gesto de autonomía este mes. El 5 de junio
se convirtió en el primer y único gobernador en pronunciarse por Daniel Scioli,
cuando aún Florencio Randazzo representaba la esperanza del kirchnersimo duro y
lo había escoltado en su consagración en Salta, por presión de Eduardo “Wado”
De Pedro.
Urtubey no siguió sus consejos. Acompañó a Scioli a Santa Fe
para apoyar a Omar Perotti y luego visitó en Tierra del Fuego a la senadora
Rosana Bertone, candidata a gobernadora y una de las primeras en apoyar la
aventura presidencial del ex motonauta.
Por sus recelos con Máximo Kirchner, Bertone no está cerca
de La Cámpora, donde milita el concejal Marín Pérez, con chances de ganar la
intendencia de Ushuaia.
Ya en el fin de semana de su re reelección, Urtubey anticipó
que no seguirá la línea de la Casa Rosada el 10 de diciembre: rechazó un
liderazgo de la presidenta durante un eventual Gobierno de Scioli y anticipó
que buscará un “rol institucional” del Partido Justicialista.
“El que tiene la lapicera es el que manda”, insistió. No fue
el planteo de Diana Conti, que sigue hablando de “Cristina eterna” y puntea un
sub bloque cristinista que pueda alcanzar 60 o 70 diputados, la mayoría del
FpV.
El resto del peronismo estará representado por ex
gobernadores como José Luis Gioja (San Juan) y Maurice Closs (Misiones) o el
salteño Pablo Kosiner, a quien Urtubey nunca quiso adjudicarse, tal vez para
desentenderse de sus cortocircuitos con Juliana Di Tullio.
De ese grupo de referentes provinciales saldrá un natural
contrapeso a La Cámpora, decidida a convertirse en una minoría del PJ con
Cristina como líder. Y Urtubey ya quiere ser su figura.
Informe: LPO
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