Eugenio Zaffaroni, el cuestionado candidato a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. |
Por Diana Cohen Agrest (*)
En estos días, la OEA elige a cuatro nuevos jueces para
integrar la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En lugar de tomar en
cuenta la "ninguneada" opinión pública sobre la dilatada trayectoria
de los candidatos, el proceso de nominación y elección de los candidatos se
lleva a cabo secretamente.
Apenas se conoce un informe reciente de un panel de
expertos convocado por la Open Society Justice Initiative, dependiente de una
organización internacional que financia organizaciones civiles liberales y
progresistas. Su director y principal financista es George Soros. De allí que,
en honor a la verdad, el panel convocado puede ser independiente de la OEA pero
no de los intereses financieros globales.
El documento se ajusta a determinados criterios de
evaluación de los candidatos. ¿Cuáles fueron las apreciaciones de este panel de
expertos sobre el candidato argentino? Respecto del criterio de la
"Autoridad moral", y sobre Eugenio Zaffaroni, el panel declara que
"ha recibido el título de Doctor Honoris Causa en más de 30 universidades
de la región y de Europa. (...) Más del 80 por ciento de los estudiantes de
derecho de la Universidad de Buenos Aires votó a [su] favor".
Es extraño que en la evaluación de la autoridad moral, se
destaquen los premios académicos y una votación estudiantil, mientras se omite
que el juez juró por los estatutos de dos dictaduras, tuvo fallos reñidos con
los derechos humanos y alquilaba doce apartamentos de su propiedad para el
ejercicio de la prostitución. Sorprende, entonces, que el panel concluya sin
más: "Todo esto da fe del respeto que ha ganado Zaffaroni a nivel
internacional y nacional, y muestra su alto carácter moral". El Panel no
probó —ni puede hacerlo— que Zaffaroni goce de una reputación moralmente
intachable.
En cuanto a la "Competencia en el campo de los derechos
humanos", quien ha seguido su controvertida trayectoria se interroga:
¿puede considerarse un defensor de los derechos humanos a quien reduce la
condena al abusador de una menor, con el argumento de que con la luz apagada no
sufrió daño psíquico? ¿A quién niega la figura del femicidio?
El panel destaca el "historial de muchos años dedicados
a la elaboración de las normas de derechos humanos en Argentina",
desconociendo que Zaffaroni es el responsable de que la Argentina sea el único
país de la OEA que carece de un régimen de responsabilidad penal juvenil —tal
como lo dispone la Convención de los Derechos del Niño—, vacío legal en el que
los jóvenes sobreviven en un limbo residual de un decreto de la Dictadura de
1976. Y en lo que toca a la elaboración de normativas, mejor arrojar a las
aguas del olvido su proyecto de Código Penal, abucheado por la ciudadanía por
la semi abolición de las penas de prisión para delitos gravísimos.
En los "Requisitos para la oficina judicial" se
incurre en una falsedad cuando se sostiene que "reúne las condiciones para
ejercer las funciones judiciales superiores bajo la ley de la Argentina",
puesto que el art. 4 del Estatuto estipula que el candidato debe cumplir las
mismas condiciones exigidas por la Ley del Estado que lo postula. Y a Zaffaroni
se lo impide su edad: según la ley argentina, un juez debe abandonar su cargo
al cumplir 75 años.
A juicio del panel, "nada en su historial muestra que
el juez Zaffaroni no ha sido independiente o imparcial en sus acciones".
Incurriendo en una nueva falsedad, el panel omite tres cargos políticos
partidarios relevantes: fue Constituyente, Legislador e Interventor. Y su
incondicional sumisión al oficialismo condujo a que sólo estuviera presente en
las votaciones de la Corte cuando su alineamiento con el gobierno lo requería.
Sorprende que un panel de expertos, presuntamente
independiente, destinado a mejorar "la visibilidad, transparencia,
consistencia y legitimidad de las elecciones", sólo evalúe a los
candidatos leyendo los antecedentes remitidos por ellos mismos, sus propios
resúmenes biográficos y sus datos personales, admitiendo incluso que prescindió
de "informes de prensa o información de segunda mano". Simplemente
confían en la palabra de los candidatos.
¿Puede confiarse en las conclusiones de este panel basadas
en la palabra –interesada- de los candidatos tras contrastarlas con la
realidad? ¿Acaso prescindir de la prensa no es una maniobra ideologizada que
privilegia los personalismos en detrimento de la voz de la sociedad civil
representada por la prensa libre?
Pese a tan elevados objetivos para quien supo conseguir los
pergaminos y miserias de público conocimiento, el enigma es: ¿por qué se
ocultan los antecedentes extra académicos del candidato? ¿A qué intereses
locales beneficia? Los gobiernos nacionales intentan socavar el poder de la
Corte Interamericana enviando candidatos adictos que someterán a la Corte a los
gobiernos que se están perpetuando en el poder en Latinoamérica, invalidando
los propios principios del organismo.
A quienes perjudica, muy claro está: a los ciudadanos
doblemente desprotegidos: por sus propios gobiernos y por la OEA, cuyo sentido
fundacional es, precisamente, custodiar los abusos de los Estados nacionales.
© Foro Usina de
Justicia (reproducido por El País, de España)
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