Qué dicen las
normas sobre el ingreso a la cabina del avión de cualquier persona
que no
pertenezca a la tripulación.
Recalde justificó a medias el ingreso de otras personas a la cabina de aviones de Aerolíneas. |
Nacionales - Como
una suerte de descargo a medias en el escándalo Xipolitakis, el presidente de
Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, resaltó que el problema con la vedette no fue que haya estado en la cabina del
avión en el momento del despegue y el aterrizaje, como muestra el video
difundido la semana pasada, sino que lo
hizo sin cumplir con ciertos protocolos.
Esa idea de que está permitido el ingreso de cualquier
persona bajo ciertas condiciones pone a la aerolínea a salvo de que el
escándalo se extienda por la presencia de otros famosos en la cabina, también
en el momento del despegue y el aterrizaje: cuanto menos, hay una filmación del
canal CN23 –que difundió el portal LaPolíticaOnline- y otra del peluquero José Paz, que en su momento dieron a
conocer Clarín y el portal MDZOnline. El argumento es cierto, pero
salva la situación solo si se cumplieron esas condiciones.
Además de los videos, en las redes hay numerosas fotos de
famosos y no tanto en la cabina, aunque las mismas pueden ser de antes del
despegue o posteriores al aterrizaje, con el avión en tierra y por lo tanto sin
ningún riesgo para el vuelo.
Almorzando con Mirtha Legrand este fin de semana, Recalde
–que viene insistiendo en que todo hay una suerte de complot en su contra en el
marco de las elecciones a jefe de Gobierno porteño- se quejó: “Se armó un circo
mediático. Se permite que haya gente en la cabina en situaciones determinadas
(…) Las situaciones críticas son el despegue y el aterrizaje, puede haber gente
pero hay un protocolo muy serio que en este caso no se cumplió”.
Las normas sobre la admisión en la cabina de vuelo figuran
en el punto 121.547 de las Regulaciones
Argentina de Aviación Civil (RAAC).
La norma estipula como regla general que no se puede admitir
a otra persona (además de la tripulación de cabina) a menos que se trate de un
inspector aeronáutico, un controlador de tráfico aéreo, un tripulante o
despachante “cumpliendo vuelo de familiarización” o un “empleado del
explotador” vinculado a “operaciones de control de los procedimientos de vuelo”
cuya presencia en la cabina sea “necesaria para cumplir con su trabajo”.
Sin embargo, la reglamentación también permite que el
comandante de la aeronave autorice la
entrada a otras personas pero exclusivamente “por razones justificadas y cuando
a su juicio las condiciones de vuelo lo permitan, informándose debidamente
sobre su identidad”.
Así, más allá del caso Xipolitakis, tanto en el caso del
peluquero Paz como el de las cámaras de TV entrarían dentro de lo permitido siempre y cuando haya habido “razones
justificadas”.
Las normas estipulan además que “el número de personas
permitidas dentro de la cabina durante las maniobras de despegue y aterrizaje
(…) no deberá ser mayor al número de asientos disponibles” y que el comandante
debe “instruir a las personas que sean admitidas a la cabina sobre la
obligatoriedad de permanecer en silencio durante las maniobras de rodaje,
despegue, ascenso, aproximación y aterrizaje.
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