Por Germán Gegenschatz |
Un Scioli
zafando la presión de definirse dijo: “Mirá lo que logré en esta
nota: que Joaquín Morales Solá reconozca que ha evolucionado el Indec. Yo le
saqué un título a usted, no usted a mí”.
En realidad quien sacó más
que un titular fue Morales Solá. Scioli confesó que no dice nada a propósito,
esto es reconocer que definirse es perjudicial a su campaña.
Macri y Scioli, cada uno a su manera y desde su posición, vienen
cumpliendo el apotegma de Felipe Solá, “para sobrevivir en el poder hay que
hacerse el boludo”, más explícito fue Menem cuando confesó el porqué de su
indefinición antes de las elecciones: “Si decía lo que iba a hacer no me votaba
nadie”.
Hay que reconocer que Massa arriesga mucho en esta campaña porque, aún
cuando conserva sus chances de calificar para la segunda vuelta, recurre
tempranamente a una estrategia de “definiciones” y “propuestas” para asegurarse
al menos un segundo puesto en primera vuelta. Optó por otro camino, menos
indefinido que Menem, está evitando “hacerse el boludo” en los términos de Solá
quien, dicho sea de paso, tiene un rol relevante en el Frente Renovador.
¿Cómo impacta este cambio en el escenario electoral?
¿Cómo impacta este cambio en el escenario electoral?
Arriesgo que el cambio en la campaña de Massa no afectará la conducta de
Scioli. Creo que no va a hacer absolutamente nada porque su estrategia no es
hablarle a la sociedad sino a Cristina, hace todo lo posible para evitar que lo
vete y ruega que no lo saque del FPV, quiere ganar la PASO en ese frente,
después se verá.
Macri tomó nota que Massa no se baja y que eligió el camino de las
definiciones. La respuesta no se hizo esperar. El 6 de mayo en el congreso “A
todo Trigo” Macri empezó a soltar definiciones diciendo: “No va a haber ningún tipo de restricciones a las exportaciones,
ni retenciones ni ROEs”. Vélez le impuso a Macri la necesidad de
soltar definiciones y de caminar la Provincia de Buenos Aires (PBA), dos cosas
que no parecía dispuesto a hacer.
Sincericidio y propuesta fueron sinónimos en otros tiempos electorales.
Si hacemos una mirada retrospectiva el “Ahora Alfonsín”, la “Revolución
Productiva”, el “Síganme, no los voy a defraudar”, el “Un país en Serio”, vemos
las frases conceptuales que coronaron campañas electorales centradas en el
diagnóstico y la crítica, en el medio no hubo mayores definiciones en
cuestiones de la vida diaria. El discurso completo y el e-book de Massa, o las
tímidas definiciones de Macri en algunos temas como el cepo, las retenciones o
el comercio exterior de productos agropecuarios parecen una, por ahora, tímida
ruptura de la monotonía histórica.
Si la discusión de propuestas toma centralidad en el proceso electoral,
entonces Massa y Macri asomarán con mayor protagonismo, esto es bueno para
ambos. La incógnita es Scioli, que sucederá con el apoyo que hoy tiene si la
discusión pasa por definirse y el sigue aplicando el apotegma de Solá recargado
con la picardía de Menem, en medio de la impúdica búsqueda de impunidad del
gobierno.
Comparto la creencia que el mayor acceso a la información minimiza las
distancias de criterios entre los votantes de los centros urbanos quienes, en
definitiva, son los que definen las elecciones.
Veo una mayor demanda de explicaciones claras y definiciones. Identifico
pocos reclutas para revoluciones fuera de quienes tienen sus ingresos en juego.
Me parece que el grueso de la demanda del electorado pasa por lograr
tranquilidad en la calle, por bajar la inflación, tener un empleo, combatir el
narco, aflojar impuestos en general y al trabajo en particular.
En Inglaterra las encuestadoras cantaban empate y los Conservadores en
el poder ganaron como no lo hacían desde las épocas de Thatcher. Recuerdo
nuestro 2009, cuando Artemio López, Ibarómetro y CEOP vaticinaban el triunfo de
Kirchner, y Poliarquía les arrebató jirones de prestigio acertando con el
triunfo de De Narváez en PBA y el segundo lugar de Pino en la Ciudad de Buenos
Aires.
Parece que hay menos deseos de seguir así que de votar una alternativa
para mejorar sin sobresaltos económicos al menos. En la gente se están
produciendo cambios que empiezan a impactar en la campaña. Quizás ese cinismo
de “hacerse el boludo” deje de ser electoralmente correcto, espero que así sea.
© C&P - Comunidad y Política
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