Por Gabriel Profiti |
La distancia entre la Casa Rosada y los gremios del
Transporte le allanó el camino a Mauricio Macri para mostrar una foto de
convivencia con los referentes sindicales que determinaron el éxito o el
fracaso de las huelgas en los últimos años.
No obstante, el almuerzo compartido este martes en la sede
de La Fraternidad, con 22 secretarios generales de la Confederación Argentina
de Trabajadores del Transporte (CATT), dejó latentes algunos focos de tensión
para el caso de que Macri sea presidente.
El líder de PRO sabe que su condición de empresario no
peronista es un condicionante y su solo acceso al poder puede servir de
adhesivo para la ya encaminada reunificación de la CGT.
El radical Raúl Alfonsín sufrió trece paros generales en
seis años y la tolerancia sindical con él duró apenas un embarazo. Su
correligionario Fernando de la Rúa fue blanco de nueve huelgas en solo dos años
hasta que voló en helicóptero: el primero llegó a los tres meses de colgarse la
banda presidencial.
Según un informe de la consultora Nueva Mayoría, Carlos
Menem lidió con ocho paros generales en una década, aunque el primero llegó
después de cuarenta meses.
Más cerca en el tiempo y en un contexto de crecimiento
económico, Néstor Kirchner apenas sufrió un paro casi al final de su mandato y
Cristina Fernández no tuvo inconvenientes con el movimiento obrero en su primer
período, aunque desde que falleció su esposo y rompió con el líder camionero
Hugo Moyano ya acumula cuatro protestas generales con distinto impacto.
Esta secuencia de tres décadas convenció a un sector de la
sociedad de que solo el peronismo puede gobernar el país, más en un contexto
económico con cuellos de botella como el que se vislumbra para el primer tramo
del próximo gobierno.
Macri suele machacar sobre lo contrario. "El PJ viene
gobernando desde hace años, nos merecemos otra cosa", dice en cada
entrevista y prepara una oferta electoral con mínima presencia peronista, pero
al mismo tiempo tiende puentes con los seguidores de la doctrina de Juan Domingo
Perón.
La tarea de limar asperezas con los sindicatos fue
encomendada hace un año y medio a los peronistas del PRO Diego Santilli y Jorge
Triaca (h) y al subsecretario de Trabajo de la Ciudad, Ezequiel Sabor. También
se sumó el periodista Fernando Niembro.
Esto no es nuevo: durante su gestión en la Ciudad mantuvo
canales de negociación abiertos con los gremios, como el de los trabajadores
municipales porteños conducido por Amadeo Genta y cultivó una relación política
con Moyano padre.
El acercamiento a los gremios apunta a la gobernabilidad, lo
mismo que el acuerdo con la UCR para tener una base de respaldo parlamentario.
Si Rogelio Frigerio es elegido como su compañero de fórmula también tendrá el
mismo objetivo: se trata de un economista con linaje desarrollista y diálogo
político y no un referente de la ortodoxia económica.
Entre flores y
chispas
"En el próximo turno presidencial, la gobernabilidad va
a pasar por el sistema de transporte", fue la velada advertencia que le
hizo a Macri, Omar Maturano, referente de los maquinistas de trenes, pesadilla
de Florencio Randazzo y anfitrión del almuerzo.
Fue uno de los tramos picantes del encuentro en el que los
gremialistas pusieron reparos sobre algunos conceptos de su interlocutor y le
recordaron sus principales demandas: las deudas con las obras sociales y el
impuesto a las ganancias.
En ese contexto, el precandidato presidencial ratificó que
los salarios no deben ser alcanzados por ganancias, garantizó la continuidad de
las paritarias y se comprometió a revisar la situación de las obras sociales,
pero martilló sobre la necesidad de bajar la inflación y de mejorar la
"productividad".
Ese término puso los pelos de punta a más de uno y Juan
Pablo Brey, de la Asociación Argentina de Aeronavegantes, lo cruzó cuando dijo
que Aerolíneas Argentinas debe reducir su déficit.
"¿Qué va a pasar con los 11 mil empleados?",
interpeló Brey, sin respuesta. Macri prevé eliminar vuelos internacionales.
"No se crean este relato, estamos fuera de todo, se nos
ríen en el mundo y ustedes como movimiento obrero tienen que acompañar el
cambio", exhortó Macri en otro tramo y anticipó la convocatoria a un
diálogo tripartito entre gobierno, empresarios y sindicalistas.
El alcalde también se llevó algunas flores. Julio Insfrán,
de los capitanes de pesca, sorprendió en la reunión al anunciar que lo iba a
votar; el colectivero Roberto Fernández dijo luego que lo ve "más
peronista que otros peronistas" y Maturano habló de actualizar los precios
de los boletos del tren.
Pero ese no fue el espíritu de todos los integrantes de la
CATT, quienes también tienen previsto recibir a Sergio Massa y Margarita
Stolbizer. A Daniel Scioli no lo cuentan en este tramo de la campaña. Por su
lado, el líder del PRO busca reunirse con la Confederación de Sindicatos
Industriales, cuyos referentes son Antonio Caló y Ricardo Pignanelli, pero
ambos están cerca del gobierno y respaldan abiertamente a Scioli.
0 comments :
Publicar un comentario