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jueves, 30 de abril de 2015

A Mauricio le llegó la hora de reconquistar a Gabriela

Por Ana Gerschenson
Horacio en julio y Mauricio en octubre: los dos siguen necesitando a Gabriela para ganar. Por estas horas de lo único de lo que se habla en el PRO es de "contener" a Michetti, de recomponer el vínculo después de su estruendosa derrota en las internas del domingo. 

De "paciencia, mucho mate y café", para que el macrismo vuelva a fluir.

La tarea principal le corresponde a Macri, ya que, en el escenario virtual de la política, fue a quien realmente se enfrentó la senadora del PRO en las PASO.

"Algo se quebró entre los dos en estas elecciones", aseguran los michettistas, que todavía no digieren el apoyo público del líder del PRO a Horacio Rodríguez Larreta.

"Gabriela forzó la situación con su capricho", justifican los estrategas de campaña de Macri, quien el domingo en el escenario no la convocó al festejo y apenas la mencionó. En todo caso, tendrán que recrear su noviazgo político.

Y es que Michetti rechazó las ofertas electorales de su jefe y se obsesionó con la jefatura de Gobierno porteña. No quiso ser candidata a vicepresidente, ni quiso pelear la gobernación de Buenos Aires, su provincia natal, instalada como "la madre de todas las batallas" para todo aquel que aspire a la Presidencia en la Argentina. Hoy el territorio bonaerense es el principal agujero electoral del PRO.

En el pasado, el propio Daniel Scioli también se había preparado años para ser mandatario electo de la Ciudad, pero en 2007 obedeció sin chistar cuando Néstor Kirchner le pidió mudarse al distrito bonaerense.

Con los números puestos, y enojos aparte, Rodríguez Larreta necesita más que nunca a su rival hasta el último domingo, aunque no sintonicen personalmente. El jefe de Gabinete no puede permitir que los votos de Michetti terminen engrosando la cosecha electoral de Martín Lousteau, y lo fuercen a una segunda vuelta. Mucho menos que la senadora del PRO se mantenga neutral en un eventual ballotage.

"Sólo si Gabriela ayuda a Horacio, si hace campaña por él, vamos a poder aspirar a ganar en primera vuelta", coinciden en el PRO al analizar el 47,3 por ciento conseguido el domingo en las PASO. Pero hasta ahora, la legisladora no ha dado ninguna señal de que lo hará.

Ayer, en su página oficial de Facebook, Florencia, una votante, le preguntó: Gaby los que te seguimos estamos con incertidumbre. Estoy muy tentada por Lousteau. ¿Qué consejo nos das?. Michetti fue evasiva: "Hola, Florencia, tu voto es tuyo. Votá con la mente y con el corazón. Cariños!". Nada de votá a Horacio, o seguí en el PRO.

Estos serán días decisivos, de mirar al mar, de pensar en su propio horizonte. Michetti sigue siendo la segunda dirigente más popular del PRO, reconocida a nivel nacional. Todavía le preguntan a Macri, cuando viaja en sus recorridos por las provincias argentinas, si Gabriela va a acompañarlo, porque los dirigentes quieren verla, quieren hablar con ella.

Por eso, el mismo domingo a la noche, un estrecho colaborador del líder del PRO volvió a ofrecerle acompañar a Mauricio en la fórmula presidencial. No hubo caso.

"Mauricio tiene que recomponer, tiene que convencerla, es el único que puede, está muy dolida", dicen los michettistas, que tienen la orden de replegarse a pensar la ciudad institucionalmente, para generar proyectos desde el Senado, donde la legisladora tiene mandato hasta 2019.

Su actitud generó alarmas internas. El eventual trabajo a reglamento de Michetti complicaría los planes electorales del PRO. Los ministros gabrielistas, como Hernán Lombardi o Guillermo Montenegro, respetuosos de los códigos políticos, ya dejaron atrás las internas. Saben que ahora hay que volver a la idea de "equipo".

Todos saben que hay que reconquistar a Gabriela Michetti. Aunque, paradójicamente, no sea candidata a nada en octubre.

© El Cronista

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