Por Gabriel Profiti |
Un clima de polarización entre la "convergencia" PRO-radical
y el oficialismo se instaló luego del sí de la UCR a Mauricio Macri, pero las
refriegas del día después y las intrigas del PJ sobre la estrategia cristinista
señalan que nada está dicho.
Ese panorama se da a tres meses del cierre del plazo para la
presentación de alianzas electorales (10/6) y de precandidaturas (20/6), es
decir con mucho tiempo por delante para las grandes definiciones, pero Sergio
Massa deberá remar ahora desde atrás para recuperar el terreno perdido en las
últimas semanas.
El líder del Frente Renovador se mantuvo todo 2014 al frente
de las encuestas pero comenzó a ceder espacio afectado por "fugas" en
el plano político, empresarial y comunicacional. Varios encuestadores que trabajan
con sus principales rivales ya lo ubicaron tercero en las preferencias del
electorado.
Luego de que la Convención Nacional de la UCR decidiera por
mayoría optar por un frente con Macri, el tigrense sufrió esta semana una nueva
decepción con el anuncio de Martín Insaurralde de respaldar la candidatura
presidencial de Daniel Scioli.
El alcalde de Lomas de Zamora había coqueteado desde el año
pasado con el pase al FR y ahora precipitó su decisión de quedarse en medio del
lanzamiento masivo de rivales kirchneristas en la candidatura a gobernador de
la provincia de Buenos Aires como Julián Domínguez, Diego Bossio, Patricio
Mussi y Sergio Berni, entre otros.
También Sandro Guzmán, diputado a punto de volver a la
intendencia de Escobar, escenificó su regreso al Frente para la Victoria en una
foto con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández y el secretario general de la
Presidencia, Eduardo Wado De Pedro.
El alcalde en uso de licencia no es de los más populares en
el conurbano pero juega en la Primera Sección Electoral, un bastión que era
infranqueable para un no massista en 2013.
El retroceso puso a los intendentes del Frente Renovador en
alerta: pidieron un replanteo en la campaña con mayor protagonismo y obtuvieron
la creación de una mesa de alcaldes para el comando electoral provincial.
Massa, por su lado, reclamó definiciones: los que se van a ir, háganlo ahora.
Cepo al frente
"Los problemas más estúpidos suelen ser los de
comunicación", dicen los radicales que repetía Raúl Alfonsín, y con esos
inconvenientes debutó el frente entre la UCR y el PRO.
El martes Adrián Ramos y Javier González Fraga, los
economistas más prominentes del radicalismo, cruzaron llamados alarmados por lo
que había dicho Mauricio Macri, horas antes en la radio: "El 11 de
diciembre se levanta el cepo" cambiario.
El comentario intentó ser morigerado por el economista
macrista Carlos Melconián, pero fue ratificado por el propio Macri. Esa medida
implicaría un shock devaluatorio y una pérdida instantánea del poder
adquisitivo de los salarios.
Lo extraño es que los equipos técnicos de ambos partidos,
coordinados por el economista Miguel Braun, presidente de la Fundación Pensar
macrista, y el radical Agustín Campero habían acordado como premisa la
necesidad de implementar una política económica gradualista que no afecte los
ingresos ciudadanos.
Ese no fue el único ruido en la naciente relación. Macri se
soltó con que no habrá un gobierno de coalición, justo cuando los radicales se
preparaban para ofrecer a sus mejores hombres para ocupar eventuales
ministerios.
"Creo que eso fue producto de que fuimos poco generosos
con ellos en los últimos días", se sinceró un prominente radical en torno
a las declaraciones post convención sobre el macrismo.
Esas diferencias intentaron ser limadas el jueves en una
reunión de las mesas políticas de ambos partidos en las que hablaron de
"convergencia" como una fórmula difusa que no desmienta a Macri ni
desaliente a la UCR.
Por lo pronto quedó claro que no habrá fórmula conjunta.
Ernesto Sanz, candidato de la UCR, dice que su
"vice" es su secreto mejor guardado. Macri, por su lado, coquetea con
Carlos Reutemann; "una mujer del interior" como proponen sus asesores
Marcos Peña y Jaime Durán Barba; o un hombre del partido entre los que apareció
el economista desarrollista Rogelio Frigerio.
Los radicales buscan contener a los derrotados de la
convención -aquellos que apostaban a un frente que incluyera a Massa- y no se
resignan a convocar a Margarita Stolbizer como candidata a gobernadora del
Frente, pero la exradical parece más bien decidida a juntar a todos los heridos
de la UCR para fortalecer su propuesta presidencial "no
conservadora".
Elisa Carrió mira desde la tribuna el comportamiento de sus
socios.
Al PJ lo carcome la
duda
Daniel Scioli reunió a su equipo de colaboradores y les
reclamó no propalar más la idea de un Plan B por si el kirchnerismo no lo deja
participar de la Primaria del Frente para la Victoria. El gobernador recibió
señales de que así será por parte del kirchnerismo duro.
Carlos Kunkel anticipó que habrá una fórmula "neoliberal
moderada" compitiendo en la interna del oficialismo junto a otra pura y
Diana Conti hizo guiños de distensión al reunirse con el hombre de mayor
confianza de Scioli, Alberto Pérez. También "Wado" De Pedro es visto
como un puente entre ambos sectores.
Sin embargo, en el PJ siguen recelando de cuál es la
verdadera estrategia de núcleo duro cristinista compuesto por la propia
Presidenta, Carlos Zannini y Máximo Kirchner.
De ese hermético grupo surgen versiones de que finalmente
Cristina promoverá un "tercer hombre", que podría ser el ministro de
Economía, Axel Kicillof, además de Scioli y Florencio Randazzo, y que la propia
Presidenta encabezaría la lista de diputados nacionales del FPV o del Parlasur.
Con la misma incertidumbre, algunos gobernadores del PJ
esperan que Cristina Kirchner firme un decreto que impida a sus rivales de la
oposición llevar en sus boletas a más de un candidato presidencial, como el
radical jujeño Gerardo Morales, quien busca competir atado a las boletas de
Massa y Macri.
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