Se trata de tres conscriptos
y un suboficial que habrían sido ejecutados por oficiales de Inteligencia del
Ejército durante la última dictadura militar.
El general Milani deberá enfrentar una denuncia por cuatro asesinatos. |
Judiciales - El
jefe del Ejército, César Milani, enfrenta una nueva denuncia por crímenes
cometidos durante la última dictadura militar, que se suman a la causa en la
que está imputado y con un pedido de indagatoria por la desaparición del
soldado Alberto Ledo.
El ex legislador tucumano Enrique Romero pidió al juez
Daniel Bejas que adjunte al expediente del caso Ledo documentación que podría
vincular al general Milani con el asesinato de otros tres soldados y de un
suboficial del Ejército durante la última dictadura militar.
Se trata de los conscriptos Carlos Alberto Fricker, Juan
Ángel Toledo Pimentel y Carlos Cajal, y del sargento Alberto Lai, quienes,
según la denuncia de Romero, habrían sido ejecutados por oficiales de
Inteligencia del Ejército entre el 9 y el 17 de mayo de 1976, un mes antes de
la desaparición de Ledo, ocurrida el 17 de junio.
El dirigente, que en 2002 denunció la existencia de una fosa
común en el lugar denominado "Pozo de Vargas", también aportó
documentación que revelaría cómo los agentes de inteligencia del Ejército
"marcaban" a quienes luego pasarían a formar parte de la larga lista
de muertos y desaparecidos durante la última dictadura, detalla el diario.
Los papeles presentados por Romero ya habían sido elevados a
la justicia federal por el fallecido exsecretario de Derechos Humanos de la
Nación Eduardo Luis Duhalde en 2010, antes de que el general Milani fuera
designado al frente del Ejército. Según el exparlamentario, la documentación
original aportada por Duhalde está "guardada en la caja de seguridad"
del juzgado de Bejas, por lo cual solicitó que el material sea incorporado a la
causa.
Además, los documentos confirmarían la participación de
Milani en tareas de inteligencia durante el Operativo Independencia, entre
fines de 1975 y principios de 1976, al mando del fallecido represor Antonio
Domingo Bussi.
Romero recordó que Fricker "fue asesinado de un tiro en
la nuca por personal de Inteligencia del Ejército", a las órdenes del
fallecido general Antonio Bussi, el 9 de mayo de 1976, en la localidad tucumana
de Famaillá.
En tanto, el conscripto médico Toledo Pimentel, el soldado
enfermero Cajal y el sargento Lai murieron una semana después, cuando estalló
una bomba en la ambulancia en la que se trasladaban. Respecto de este episodio,
Romero señaló que la explosión se produjo una semana después de que Toledo
Pimentel atendiera a Fricker cuando agonizaba por el disparo que había
recibido.
Las cuatro víctimas -además de Ledo- revistaban en el
Batallón de Ingenieros de Construcciones 141 de La Rioja, desplegado en
Famaillá, donde se desempañaban el entonces subteniente Milani y su superior
directo, el capitán Esteban Sanguinetti, quien fue procesado y está detenido
por el crimen de Ledo.
Romero requirió que se ordene unificar la investigación de
esas cinco muertes y, en consecuencia, se disponga su acumulación en el
expediente Ledo, "basado en el hecho de que hay suficiente prueba para
pensar que todos estos soldados fueron muertos por personal de Inteligencia del
Ejército en una sola compañía en el período de dos meses".
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