Después de la
muerte de Nisman, los políticos siguieron aportando letra
a la comedia en vez
de hacer una tregua.
Por Beatriz Sarlo |
Carrera de postas municipales y provinciales, en las que algunos
radicales juegan al MacriMassa, según conveniencias localizadas. El
intendente de San Isidro,Gustavo Posse,
que aspira a un récord de transferencias partidarias, enuncia chicanas de
oficio. Carrió y
Macri se sacan una foto con telón de arbolitos, poniendo cara
plácida en medio del tembladeral sobre el que Carrió afirmó, a los dos días,
que es el comienzo de más muertes, como si la foto tuviera de fondo un
cementerio parque.
¿Alguien ignora que Sanz seguirá sosteniendo que quiere ser
candidato a presidente en las PASO? Por las dudas, Sanz nos lo repite.
Promediando la semana, pobres intendentes como Cariglino, que se habían
pasado a Massa, ahora descubren que más les conviene Macri. Dato crucial
para nuestro futuro, igual que la decisión que tomará Insaurralde, exigido por
los hombres de Massa, ya cansados de esperar una decisión entre la agenda de
Jesica Cirio, el justicialismo o el Frente Renovador. Todo esto fue dicho y
actuado después de la muerte de Nisman, mientras el país seguía estupefacto. Los
políticos, en lugar de establecer una tregua electoral (no un pacto, una breve
tregua patriótica), siguieron aportando letra a la comedia. Idéntica
a sí misma, la señora
Presidenta no perdió el buen humor en China. Business as
usual.
Estoy convencida de que los ciudadanos no prestan mucha atención a esta
contradanza en la que, como en los salones del siglo XIX, los políticos hacen
una figura donde las parejas se saludan, la dama cambia por unos compases de
mano, vuelve a su compañero y sigue el baile.
El miércoles pasado a la tarde, Apemia marchó
desde el Congreso hasta Plaza de Mayo.Apemia reclama una comisión
investigadora independiente, integrada por familiares de las víctimas,
diputados e intelectuales, cuyo objetivo sería comenzar una vez más la
investigación sobre el atentado a la AMIA, con la apertura de todos los
archivos secretos. Frente al Congreso hablaron Pérez Esquivel, Laura Ginsberg y
Pablo Micheli. Sobre el camión de ATE que hacía de escenario estaban Nora
Cortiñas, Vilma Ripoll, Víctor De Gennaro y Julio Piumato, con la adhesión de
la CGT que preside Moyano.
En la calle, pocos políticos, excepto un grupo importante de dirigentes
del GEN, encabezado por Margarita Stolbizer. Pocas
horas antes, los diputados de la oposición habían ratificado acuerdos y
convocado a una audiencia pública sobre el caso Nisman. Encontraron
coincidencias más urgentes que la contradanza electoral.
El grueso de la marcha fue aportado por la Corriente Clasista y
Combativa de Juan Carlos Alderete, con la que se mezclaban banderas del
PCR/PTP, el MST y La Alameda (con la leyenda “Ni esclavos ni excluidos”).
Ausencia del PO, denunciada en algún volante. Poca gente suelta, desconcertada
porque no se reconocía ni en los estandartes ni en la composición social de la
marcha. No se vio al activismo de las redes.
Algunas señoras con sus carteles caseros, que habían llevado a Plaza de
Mayo al día siguiente de la muerte de Nisman, se preguntaban qué hacían allí
esas mujeres pobres, villeras, morochas, sentadas en los cordones con sus
chicos. Alguien me preguntó: “¿Por qué vino esta gente?”. La discriminación
divide incluso a quienes estaban allí por Nisman y la AMIA. Una sospecha: a
“esta gente morocha” no puede importarle del mismo modo que a mí. ¿Y si así
fuera? ¿Si estaban allí porque un dirigente en quien confían se los pidió? De
esas lealtades también está hecha la política.
En este paisaje no suena extravagante que Capitanich
evocara el “feliz verano” que les tocó a las capas medias. El
Gobierno desearía que no regresaran nunca a sus ciudades. Una parte de esas
capas medias votó a Cristina Kirchner en 2011, ya que no se alcanza el 54% de
los votos con la roca madre que el kirchnerismo tiene en los sectores
populares. Como sucedió en 1995 con Menem, cuando alcanzó raspando el 50%,
muchos de quienes lo votaban no se identificaban ni con su estilo ni con la
corrupción que ya era objeto de denuncias fundadas.
Así se construyen mayorías electorales que no están sostenidas por los
ideales que esos mismos votantes declaran sostener cuando no se pone en juego
la continuidad de una política económica que los satisface momentáneamente. No
se trata de condenar esas tendencias, sino de reconocerlas como fuerzas que
operan sobre una elección tanto como otras lealtades y preferencias (o más que
ellas).
Por eso fue tan sintomática la declaración de Capitanich sobre el corte
de las “felices vacaciones”. Teme que el efecto Mar del Plata se
volatice frente a la sensación de inseguridad (“si esto le pasa a un
fiscal de la Nación, ¿qué puede pasarme a mí?”). Esta es la pregunta no
formulada, quizás informulable, que recorre como un escalofrío las asociaciones
que provoca la muerte de Nisman.
La política tiene el desafío de convertir estos sentimientos vagos y
casi siempre centrados en el individuo y su entorno más próximo en un movimiento
que tenga algún rasgo colectivo, es decir que encare la construcción de
solidaridades sociales. Aunque la Presidenta suele hablar de esos sentimientos
colectivos, ella es un obstáculo y, además, los considera obstáculo. Si esos
sentimientos colectivos se organizaran, ella estaría sobrando: dejaría
de ocupar la cima de un andamiaje estatal desde el que se arrojan graciosas
donaciones sobre el pueblo.
Por supuesto que es más justo criticar a los políticos que a los
ciudadanos indiferentes o solos, movidos por coyunturas pulsátiles y, a veces,
incomprensibles. Los políticos han elegido la política como oficio, y, como en
cualquier oficio, puede juzgarse si lo hacen bien, si son honestos y
eficientes, si encuentran soluciones originales, si trabajan de acuerdo con lo
que ganan. Los ciudadanos, en cambio, no eligen la política sino que
son convocados a la arena electoral de vez en cuando. En los intervalos, si
eligen ser indiferentes, no están faltando a promesas que no hicieron.
© Perfil
es una verguenza nacional que la politica este ensuciada por dos personajes como cristina k y urtubey. por que molestarse en poner sus nombres con mayusculas? si a ellos no les importamos. la inseguridad, la escases de trabajo digno, los niños desnutridos en el norte y sobre todo: COMO ES POSIBLE QUE NO HAYA JUSTICIA EN ESTE PAIS?
ResponderEliminarpor favor paisanos, vecinos, HERMANOS!!!
ABRAN LOS OJOS, PRESTEN ATENCION! QUE EN ESTAS ELECCIONES ESTA NUESTRO FUTURO Y EL DE NUESTROS HIJOS.
CUANDO ELIJAN, O PIENSEN EN UN CANDIDATO, QUE SEA PARA EL BIEN DE NUESTRA SOCIEDAD.
PENSA QUE EL FUTURO DE TU HIJO, NIETO O BISNIETO Y EL TUYO ESTAS POR DEJAR EN MANO DE UNA SOLA PERSONA.
gracias por escucharme.
juan