sábado, 17 de enero de 2015

No le entra la bala

Por más que el oficialismo le pegue, el gobernador no se baja. Por qué CFK 
apuesta a un triunfo débil en las PASO.

Por Beatriz Sarlo
Hace tres días, Florencio Randazzo, en tono estudiantil de fin de curso, dijo por radio que Cristina lo elegirá a él como candidato. 

Entre risas, se mostró seguro de que la Presidenta nunca respaldará a Daniel Scioli. Randazzo jugó fuerte, aunque en tono jocoso.

La Señora, que suele tener arranques autodestructivos cuando nombra candidatos (lo prueban Boudou e Insaurralde), quizá sea capaz de perder una elección con Randazzo antes que resignarse a ganarla con Scioli. La Señora también suele sobrevalorarse y, por eso, es verosímil que piense que todos los votos de Scioli le pertenecen. Alguien debería avisarle sobre una posibilidad antipática: que algunos votos se queden con Scioli y otros vayan a Scioli desde Massa, si la Señora desprecia al gobernador.

Además, ¿quién le garantiza a la Señora que Randazzo va a conservar todos los votos que ella le entrega como si estuvieran encerrados en un cofrecito? La política debe pensarse no con la hipótesis de que todo saldrá bien, sino con la de que todo puede descomponerse. Kirchner, una vez que Duhalde lo convenció o le impuso a Scioli como vicepresidente, le hizo varios desplantes, pero lo llamó y lo tomó del brazo cada vez que hubo elecciones. Y no porque Kirchner fuera inseguro, sino porque era sensato y sabía contar. Por un momento acéptese el supuesto de que la Señora está condenada a Scioli.

La campaña que precede a las PASO del Frente para la Victoria probablemente no apasione a “la gente”. No se discute nada sustancial, porque para eso ya está el Modelo. En consecuencia, sólo queda disputar plateas en las cadenas nacionales y populares de la Presidenta. Y, por supuesto, lijar a Scioli. La vuelta de Aníbal Fernández a la escudería de Casa de Gobierno puede hacer las cosas más divertidas: no se le conocen chistes voluntarios a Capitanich ni salidas ingeniosas a Randazzo. Aníbal promete una variación del show, aunque hasta ahora ha mostrado una fraternal gentileza con Scioli, que quizás anuncie un cambio de estilo.

A pensar. Todo esto se han cansado de apuntarlo los comentaristas políticos. Por eso, me dediqué una tarde a pensar qué me diría mi viejo amigo peronista, hombre curtido en todas las batallas, primero de la liberación nacional y social, después empachado por digerirse a Herminio Iglesias, más tarde un poco desvaído por las privatizaciones menemistas, finalmente un soldado de la Señora, uno de esos cuadros de tercera fila que todo partido necesita. Ese hombre ahora no contesta mis frecuentes llamados.

Entonces, a falta de interlocutor informado, me hice la pregunta: ¿por qué a Scioli lo siguen atacando los kirchneristasEs un blanco fijo pero resiliente, una sustancia plástica que no logra ser atravesada por el insulto. Nadie puede creer seriamente que atacando a Scioli van a obligarlo a bajarse. Más bien, como todo el mundo asegura, hay una orden de la Presidenta.

Pero esto no contesta la pregunta: ¿cuál es el sentido de esa orden, salvo que la consideremos simplemente un error producido por alguna rabieta? Scioli sabe que la Señora puede no tenerle simpatía pero que lo soportó cada vez que le hizo falta, en cada elección pasada. Por otra parte, en estos días a la Señora le importa quién le garantiza que no haya muchos procesos judiciales. Y nadie ve a Scioli atizando fiscales para que procesen a la estirpe K.

Puede pensarse que la Señora prefiera ganar una elección con Scioli como candidato que perderla con Randazzo. Salvo que Randazzo inaugure el Orient Express y eso lo coloque en las encuestas más o menos a la par de Scioli, es Daniel el único que garantiza seguir en el gobierno a los viejos peronistas y a la gloriosa JP de Maximito. La Señora también querría la continuidad del Modelo. A tal efecto, confía en los “jóvenes” nombrados con puestos jerárquicos en posiciones estratégicas.

Motivos. Entonces, hay otra razón para que los kirchneristas ataquen a Scioli. Mi hipótesis: la Señora quiere que Scioli gane las PASO muy esmerilado. Que gane por la menor cantidad de votos. O sea que el Frente para la Victoria haga unas grandes PASO, muy atractivas, con cotillón de todos los colores, y quien las gane toque la línea de llegada sintiendo el aliento de sus competidores en la nuca. La imagen de la noche del escrutinio tendría que ser no la de un Scioli que ganó por dos cuerpos, sino la de un trío que alcanzó la meta con pocas diferencias y que, de ahí en más, se necesitarán entre sí.

Para el kirchnerismo sería un desastre que Scioli ganara las PASO por 15 puntos. No sé si las encuestas dicen que esto es posible. Pero la política debe bloquear cualquier posibilidad que se acerque a ese resultado. No se trata de encuestas para dentro de seis meses; se trata de lo que hay que hacer ahora, anticipándose a las encuestas.

Se objetará que a los votantes de Scioli mucho no les preocupa que lo ataquen, que Daniel tiene capital suyo, que comparte con la Señora. Aunque no pierda muchos votos cuando se lo asocia con las corporaciones contrarias al Modelo, siempre es bueno recordarle que el kirchnerismo no lo quiere mucho (de nuevo: ¿alguien pensó que eso podría llevarle a Scioli votos dudosos de Massa?).

Hoy por hoy, insultar a Scioli es una estrategia toda ganancia o win-win, como dice la Señora cuando habla en inglés.

© Perfil

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