Por Martín Risso Patrón |
Me he tomado el prudencial tiempo, aunque nunca suficiente,
para reflexionar acerca de la cuestión de Francia, la Libertad de opinión, los
fundamentalismos, la atrocidad del terror asesino, el espanto que une, la befa
hacia el otro que provoca ira y muerte de inocentes en vivo y en directo... y
así podría enumerar decenas más de motivos.
He reflexionado, dije, y no puedo menos que hacer pública mi
conclusión con entera libertad, por lo menos desde mi modesto lugar ciudadano
de a pie, y sin que esto signifique negar idéntico derecho al que piense diferente.
Me defino amante y practicante de la Libertad de conciencia,
de la Libertad de pensamiento y de la Libertad de prensa [de la Libertad, para
ser más claro], pero, si hay algo que aquí quiero denunciar es que, utilizando
esa Libertad de pensamiento y de expresión, se agravie al que tiene otro
contenido de conciencia [religiosa, política, moral, fundamentalista o no],
atacándolo precisamente en sus principios dogmáticos y a sabiendas de que, como
queda demostrado con el Islam en sus grupos radicales y armados, reaccionará de
una manera atroz asesinando "infieles".
Los dogmas son contrarios a la Libertad de conciencia y de
pensamiento; pero si éstos definen una Cultura, legitimándose en miles de
millones de conciencias, en Estados, en corrientes de Fe, en Pueblos divididos
por la vigencia de Estados políticos diferentes [como en el caso del Pueblo
Kurdo], entonces, hacen uso de la misma Libertad que tiene el que no tiene
dogmas. Son libres de tener dogmas. Para qué infligir azotes y tormentos
morales, entonces, en nombre de la Libertad de expresión, a esas conciencias
sometidas a sus dogmas; eso es tan deleznable como las conductas
fundamentalistas impuestas por las armas a los libres de pensamiento y de
conciencia.
Entreveo que lo que sucede en este siglo XXI, es que se ha
desatado una Gran Guerra, en la peor de las versiones de las guerras: La Guerra
por la posesión de las mejores tajadas de este pobre Planeta. Una guerra en la
que advierto escenarios diferentes en su expresión, pero idénticos en su
naturaleza: El escenario de la Economía [el Capitalismo voraz, sin fronteras,
versus la Soberanía de los Estados, que asisten al deterioro del medio
ambiente, al empobrecimiento sistemático y metódico de sus Pueblos, al hambre y
la corrupción sobrevinientes]; también, visualizo el escenario político con
gobiernos en sus versiones extravagantes de ideologías venidas a menos por la
contundencia del fracaso de la "dictadura del proletariado",
suplantado, por supuesto, por la dictadura de los advenedizos, corruptos y
trasnochados [Venezuela, Argentina, para mencionar a los más significativos].
Veo el escenario de la Cultura, con los chauvinismos discriminantes y
patoteriles; y en su faz religiosa, como el caso que enuncio en esta nota: Una
falsa antinomia concretada en "fundamentalismo versus
Librepensamiento"; si existe una antinomia, radica en el derecho de cada
cual de seguir los lineamientos de su conciencia, sin que esto signifique
agraviar al otro con la perversidad de viñetas obscenas y lesivas incluso del
buen gusto en general.
Hoy está bien decir "Je suis Charlie" y quedar
bien con la conciencia de uno [aunque no se sabe hasta qué punto es quedar bien
con cierto establishment]. Tomarse de los brazos y desandar las avenidas
parisinas, testigos de la atroz invasión nazi, más de cincuenta líderes de
Estados invasores, incluida la propia Mère Patrie de los argelinos, la Francia
que es también también Mère de la Libre Pensée; exacto: Invasores y coloniales,
y algún que otro colonizado obsecuente, marcharon unidos por el espanto.
"Charlie Hebdo", ha multiplicado por 500 % su
tirada hebdomadaria. Dénse por satisfechos muchachos librepensadores.
Mientras, la Yihad islámica, satisfecha también, ha vuelto a
convertir en sangre el pavimento en Occidente.
Concluyo, entonces:
-Utilizar la Libertad de Pensamiento y de Conciencia para
agraviar al Dogma, negándole entidad, es considerar al Librepensamiento, un
dogma; elemental contradicción. Una demostración cabal: "Ch-H" con su
práctica procaz del agravio, atrajo sobre sí y SOBRE PERSONAS INDEFENSAS, el
brutal asesinato terrorista, "reivindicador" del dogma. Y hoy,
víctima de las armas terroristas, argumenta "se ha lesionado el
librepensamiento".
Y si esta no es la Guerra... ¿la Guerra, dónde está...? ¿Qué
lobby político, o empresario, o religioso, o terrorista, o militar, etcétera,
se beneficia con esta atrocidad? La Gran Guerra del siglo XXI, en la que no se
sabe muy bien quiénes son los actores y quiénes lo comparsas... como diría Brecht...
Por eso y mucho más:
Yo: Martín Risso Patrón no soy "Charlie Hebdo";
tampoco Yihad.
Aclaración del director de Agensur.info: Yo SÍ soy Charlie
Hebdo. Como ayer fui y seré los cientos (miles) de niños que mueren por los
bombardeos norteamericanos, franceses o ingleses. El agravio, en nombre de la
libertad de expresión, debe ser castigado por las leyes, no por el dogma de la
muerte. Las guerras que desata la intolerancia, son producto de la estupidez
humana. Y contra esa estupidez es la verdadera batalla.
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