jueves, 1 de enero de 2015

Cuáles son los nuevos desafíos de Dilma Rousseff

La Presidenta asumió su segundo mandato constitucional 
de cuatro años.
 
La reelecta presidenta Dilma Rousseff llega para prestar juramento acompañada
por su hija Paula. (Foto: Folha de Sao Paulo).
Brasil - La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, asumió su segundo mandato de cuatro años tras prestar juramento ante el Presidente del parlamento de Brasil. La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, llegó a la sede del Congreso Nacional a bordo de un vehículo sin capota para poder saludar al público que acudió a Brasilia para presenciar la ceremonia de investidura.

“Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución; observar las leyes; promover el bien general del pueblo brasileño, sustentar la unidad, la integridad y la independencia de Brasil, así lo prometo”, juró la mandataria en una sesión solemne encabezada por el presidente del Senado, Renan Calheiros.

El nuevo mandato de la primera mujer en llegar a la Presidencia brasileña elevará a 16 años el período del Partido de los Trabajadores (PT) en el poder en Brasil, tras los ocho años de Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), el padrino político de Rousseff. Tras el juramento de Rousseff, de 67 años, su vicepresidente, Michel Temer, un abogado de 74 años, asumió el mismo compromiso.

Luego de las fórmulas de rigor en una ceremonia abierta con la interpretación del himno nacional por parte de la banda de fusileros navales, Calheiros declaró a Rousseff y a Temer investidos como presidenta y vicepresidente de Brasil, respectivamente, para el período 2015-2018.

La jefa de Estado fue reelegida para un segundo mandato en octubre pasado en la campaña más disputada en los últimos años en Brasil y con una ventaja de escasos tres puntos porcentuales sobre el senador Aécio Neves, que prometió liderar una enérgica oposición en los próximos cuatro años.

Otros desafíos que esperan a la gobernante son el gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras que puede salpicar a varios de sus alisados y un prometido y duro ajuste fiscal para enderezar la desacelerada economía, que este año tan sólo creció un 0,14 %, según las últimas proyecciones de los economistas.

Fiel a la tradición, Rousseff, de 67 años y vestida con una falda y una blusa color crema de encaje, abordó un Rolls-Royce descapotable de 1952 y recorrió, sonriente junto a su hija Paula, la vía de la explanada de los ministerios rumbo al Congreso, donde tomará juramento.

La mandataria, una exguerrillera torturada por los militares, asumió su segundo y último mandato consecutivo de cuatro años tras vencer al socialdemócrata Aecio Neves con una ventaja del 3% de votos en octubre. Una coalición de nueve partidos le garantizará mayoría en el Congreso.

La primera mujer en gobernar este país de más de 200 millones de habitantes, segundo productor mundial de alimentos y con enormes reservas petroleras, comienza el gobierno con buena parte del país en contra, una popularidad recortada (del 79% de 2011 al 52% en 2014) y un panorama desalentador para la economía.

Rousseff deberá lidiar de entrada con el escándalo en Petrobras. La empresa e inversionista más grande de Brasil está en el centro de una trama de corrupción que involucra a un cartel de las principales constructoras del país, que pagaban millonarios sobornos a cambio de contratos.

La presidenta de Brasil dijo en su discurso de investidura que enfrentará sin miedo la lucha anticorrupción en medio del escándalo de sobornos que involucra a la estatal Petrobras.

"El pueblo brasileño quiere más transparencia y más combate a todos los tipos de crímenes, especialmente a la corrupción, y quiere además que el brazo fuerte de la justicia alcance a todos de forma igualitaria. No tengo miedo de encarar esos desafíos", afirmó Rousseff ante el Congreso tras prestar juramento para su segundo mandato consecutivo.

A la ceremonia de investidura asistieron los presidentes de Bolivia, Chile, Costa Rica, Paraguay, Uruguay y Venezuela, así como los vicepresidentes de China, Estados Unidos y Argentina -en esa orden los mayores socios comerciales de Brasil- y delegaciones de otros 70 países.

En la sede de la Presidencia Rousseff también puso en funciones a los 39 ministros de su nuevo Gabinete, posará para la fotografía oficial de la investidura y se dirigirá al cercano Palacio de Itamaraty, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde fue ofrecido un cóctel para las autoridades extranjeras y otros cientos de invitados.

Informe: Agencias

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