Por Ana Gerschenson |
“Néstor Kirchner me dijo que vaya contra quien sea, que no
hay impunidad para nadie", dijo el fiscal especial para la causa AMIA,
Alberto Nisman, en 2013. Y hoy siguió las directivas del fallecido ex
presidente al pie de la letra.
Cristina terminó siendo la contracara de Néstor en lo que
concierne a la asistencia del Estado para el esclarecimiento del atentado
terrorista más tremendo de la historia argentina.
El santacruceño fue el creador de la Unidad Especial de
Investigación de la causa AMIA, fue quien designó a Nisman en el cargo, levantó
el secreto sobre el expediente judicial y reconoció, mediante un decreto, la
responsabilidad del Estado por no haber esclarecido ni prevenido el ataque a la
mutual judía.
En su último discurso ante la ONU, el ex presidente denunció
la falta de colaboración del gobierno iraní en la investigación del atentado.
La Presidente siguió idéntico discurso hasta el 2013, cuando
se anunció un acuerdo con Teherán de apenas nueve artículos, por el que se
disponía la creación de una Comisión de la Verdad, el intercambio de
información, y un encuentro entre las autoridades judiciales argentinas e
iraníes para analizar la posibilidad de indagar a aquellos ciudadanos iraníes
acusados de haber participado en el atentado. Nada de eso se cumplió.
El acuerdo debía ser aprobado por los Parlamentos de ambas
naciones. Y sólo el Gobierno argentino lo envió con órdenes de tratamiento
urgente a ambas cámaras, donde se aprobó a pesar de los cuestionamientos de la
oposición, entidades judías, especialistas en derecho internacional y el propio
Nisman.
Hoy, con la denuncia del fiscal en la Justicia, comienzan a
entenderse las razones por las que Teherán no sometió a votación el acuerdo. Y
es que Interpol se negó a dejar sin efecto las circulares rojas, que implican
la captura internacional de altos dirigentes de la política iraní. Una promesa
implícita del gobierno argentino.
El compromiso, según Nisman, fue parte de un acuerdo
extraoficial ordenado por la Presidente para aliviar la asfixiante crisis
energética que atraviesa la Argentina. Granos por petróleo, y restablecimiento
de relaciones comerciales con el país acusado por la Justicia argentina de
haber ordenado la explosión del 18 de julio de 1994 en Once.
Cristina Kirchner, en su último año de mandato, ha sido
acusada hoy de negociar recursos en secreto sobre los 85 muertos del atentado a
la AMIA. No hay palabras.
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