lunes, 29 de diciembre de 2014

Macri-UCR: un plato fuerte a fuego lento

Por Gabriel Profiti
La cocina a fuego lento, típica de estas jornadas festivas, temporiza los armados políticos para las elecciones nacionales del año próximo, con un cimbronazo latente: el eventual acuerdo entre Mauricio Macri, la UCR y Elisa Carrió.

Hay coincidencia entre los estrategas de campaña en que la evolución de la economía; los comicios anticipados en municipios y provincias; y algunas cartas secretas de los principales precandidatos irán moldeando el escenario electoral definitivo.

En ese marco, Ernesto Sanz, considera que sólo una amplia coalición no peronista será capaz de llegar al poder y sostenerlo por fuera del PJ. El presidente de la UCR es uno de los impulsores del acuerdo con el PRO, junto con Carrió, pero hay resistencia en el radicalismo y el resto de los socios del Frente Amplio UNEN.

"Tenemos la convicción de reunir fuerzas para disputar poder en la Argentina. Vamos a tratar de que estén la UCR, el socialismo y el resto de los miembros de UNEN. ¿Quiénes van a acompañar? No lo sabemos, pero en eso trabajamos", señaló un armador radical.

¿Cuál es el argumento? "El próximo período de Gobierno tendrá un Congreso fragmentado y mucha bomba de tiempo de mecha corta. Se debe construir una amplia coalición política de gobierno".

El razonamiento de este grupo político es que las elecciones distritales previas a las presidenciales convocadas por distintos gobernantes de la oposición nacional irán mostrando triunfos opositores y crearán un clima propicio para esa coalición de partidos.

El primer ensayo serán las primarias para la intendencia de Mendoza capital -busca su reelección el radical Rodolfo Suárez- y de la comuna de San Carlos del 22 de febrero. Será el puntapié para un calendario largo y extendido.

El sector aliancista de la UCR llevará la propuesta a la crucial Convención Nacional del 14 de marzo, donde el partido debería definir su estrategia electoral definitiva.

No es la única postura, hay quienes quieren mantenerse sólo en el FAUnen y otros que avanzaron en acuerdos distritales con el Frente Renovador de Sergio Massa.

De hecho, habrá provincias como Mendoza, cuyas elecciones -provinciales- son simultáneas con las nacionales, en donde el candidato a gobernador del radicalismo podrá llevar dos postulantes presidenciales en su boleta.

La alternativa mendocina fue propiciada por Sanz y el precandidato a gobernador Alfredo Cornejo, quienes promueven el acercamiento al PRO, en detrimento de Julio Cobos.

No está claro cuál será la idea que primará en el cabildo del principal partido de la oposición, pero lo que está claro es que el resto de las fuerzas del FAUnen no se plegará al macrismo. De hecho, ya comenzaron a trabajar como alternativa en pos de la candidatura presidencial del socialista Hermes Binner.

Entusiasmados por la capilaridad nacional del radicalismo, en el PRO aseguran que el entendimiento está más avanzado de lo que aparece en superficie. Consideran que dos de los más reacios a la confluencia, Cobos y Ricardo Alfonsín, terminarán dando su consentimiento, pese a que actualmente militan en contra.

Según indicaron a este columnista, se trabaja para que el PRO y la UCR disputen una primaria, cada uno con su lista completa, desde el precandidato a presidente hacia abajo.

En esta hipótesis, Macri busca convencer a Gabriela Michetti para que sea su compañera de fórmula, pese a que la senadora quiere ir por la Jefatura de Gobierno, su viejo anhelo.

El "factor Michetti" fue el principal tema de conversación de la cena de fin de año del Gabinete macrista con su líder en la casa del ministro Andrés Ibarra. "Tenemos que revertir la idea de que una candidatura a vice es negativo, cualquiera se moriría por ese lugar", sacó como conclusión un hombre del PRO.

Algunos encuestadores como el presidente de OPSM Consultores, Enrique Zuleta Puceiro, midieron que si Macri y la UCR van juntos a las elecciones generales se posicionarían definitivamente como alternativa al oficialismo y relegarían a Massa a un tercer lugar.

Carrió también juega en este tablero. Entre otras cosas, busca promover a Héctor "Toty" Flores en la provincia de Buenos Aires, donde habría confluencia con el/los candidatos macristas.

En las filas del Gobierno porteño consideran que además de María Eugenia Vidal, lanzada a recorrer el distrito electoral más grande del país, "volverán" a este entramado Gustavo Posse y Jesús Cariglino, quienes actualmente juegan con Massa.

Otras jugadas

Pese a que sus apariciones perdieron peso en los medios, Massa no puede ser subestimado. Es un jugador político de plenos. Todavía busca instalarse como el candidato de la seguridad y de la estabilidad económica. Allí concentrará sus energías.

La construcción política de Scioli tampoco está exenta de obstáculos. El gobernador consiguió el alineamiento de un sector importante del PJ, con eje en sus pares provinciales, pero Cristina Kirchner ya avisó que no se la va a hacer fácil.

"No alcanza con una foto o un color", advirtió la Presidenta hace pocos días. Cristina tiene un nivel de adhesión que puede resultar influyente a la hora de bendecir un candidato. ¿Lo hará?

El mandatario bonaerense kirchnerizó su discurso en los últimos meses, pero es difícil que mantenga la doctrina K en todas sus formas en caso de llegar al poder.

Scioli propicia distensión con sectores enfrentados al Gobierno como los productores agropecuarios, algunos de los grandes actores económicos y el establishment internacional (iría al Foro de Davos, donde también irá Macri).

Esta faceta "pacificadora", le sumaría voto no kirchnerista pero le jugará en contra antes de la primaria del FPV. Ese equilibrio entre ultras y moderados es hoy uno de sus desafíos.

Por otra parte, para Cristina convalidar a Scioli un año antes sería transferir su poder en otra figura, movimiento contraindicado en cualquier manual de Ciencias Políticas.

© NA

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