Por Gabriel Profiti |
La cocina a fuego lento, típica de estas jornadas festivas,
temporiza los armados políticos para las elecciones nacionales del año próximo,
con un cimbronazo latente: el eventual acuerdo entre Mauricio Macri, la UCR y
Elisa Carrió.
Hay coincidencia entre los estrategas de campaña en que la
evolución de la economía; los comicios anticipados en municipios y provincias;
y algunas cartas secretas de los principales precandidatos irán moldeando el
escenario electoral definitivo.
En ese marco, Ernesto Sanz, considera que sólo una amplia
coalición no peronista será capaz de llegar al poder y sostenerlo por fuera del
PJ. El presidente de la UCR es uno de los impulsores del acuerdo con el PRO,
junto con Carrió, pero hay resistencia en el radicalismo y el resto de los
socios del Frente Amplio UNEN.
"Tenemos la convicción de reunir fuerzas para disputar
poder en la Argentina. Vamos a tratar de que estén la UCR, el socialismo y el
resto de los miembros de UNEN. ¿Quiénes van a acompañar? No lo sabemos, pero en
eso trabajamos", señaló un armador radical.
¿Cuál es el argumento? "El próximo período de Gobierno
tendrá un Congreso fragmentado y mucha bomba de tiempo de mecha corta. Se debe
construir una amplia coalición política de gobierno".
El razonamiento de este grupo político es que las elecciones
distritales previas a las presidenciales convocadas por distintos gobernantes
de la oposición nacional irán mostrando triunfos opositores y crearán un clima
propicio para esa coalición de partidos.
El primer ensayo serán las primarias para la intendencia de
Mendoza capital -busca su reelección el radical Rodolfo Suárez- y de la comuna
de San Carlos del 22 de febrero. Será el puntapié para un calendario largo y
extendido.
El sector aliancista de la UCR llevará la propuesta a la
crucial Convención Nacional del 14 de marzo, donde el partido debería definir
su estrategia electoral definitiva.
No es la única postura, hay quienes quieren mantenerse sólo
en el FAUnen y otros que avanzaron en acuerdos distritales con el Frente
Renovador de Sergio Massa.
De hecho, habrá provincias como Mendoza, cuyas elecciones
-provinciales- son simultáneas con las nacionales, en donde el candidato a
gobernador del radicalismo podrá llevar dos postulantes presidenciales en su
boleta.
La alternativa mendocina fue propiciada por Sanz y el
precandidato a gobernador Alfredo Cornejo, quienes promueven el acercamiento al
PRO, en detrimento de Julio Cobos.
No está claro cuál será la idea que primará en el cabildo
del principal partido de la oposición, pero lo que está claro es que el resto
de las fuerzas del FAUnen no se plegará al macrismo. De hecho, ya comenzaron a
trabajar como alternativa en pos de la candidatura presidencial del socialista
Hermes Binner.
Entusiasmados por la capilaridad nacional del radicalismo,
en el PRO aseguran que el entendimiento está más avanzado de lo que aparece en
superficie. Consideran que dos de los más reacios a la confluencia, Cobos y
Ricardo Alfonsín, terminarán dando su consentimiento, pese a que actualmente
militan en contra.
Según indicaron a este columnista, se trabaja para que el
PRO y la UCR disputen una primaria, cada uno con su lista completa, desde el
precandidato a presidente hacia abajo.
En esta hipótesis, Macri busca convencer a Gabriela Michetti
para que sea su compañera de fórmula, pese a que la senadora quiere ir por la
Jefatura de Gobierno, su viejo anhelo.
El "factor Michetti" fue el principal tema de
conversación de la cena de fin de año del Gabinete macrista con su líder en la
casa del ministro Andrés Ibarra. "Tenemos que revertir la idea de que una
candidatura a vice es negativo, cualquiera se moriría por ese lugar", sacó
como conclusión un hombre del PRO.
Algunos encuestadores como el presidente de OPSM
Consultores, Enrique Zuleta Puceiro, midieron que si Macri y la UCR van juntos
a las elecciones generales se posicionarían definitivamente como alternativa al
oficialismo y relegarían a Massa a un tercer lugar.
Carrió también juega en este tablero. Entre otras cosas,
busca promover a Héctor "Toty" Flores en la provincia de Buenos
Aires, donde habría confluencia con el/los candidatos macristas.
En las filas del Gobierno porteño consideran que además de
María Eugenia Vidal, lanzada a recorrer el distrito electoral más grande del
país, "volverán" a este entramado Gustavo Posse y Jesús Cariglino,
quienes actualmente juegan con Massa.
Otras jugadas
Pese a que sus apariciones perdieron peso en los medios,
Massa no puede ser subestimado. Es un jugador político de plenos. Todavía busca
instalarse como el candidato de la seguridad y de la estabilidad económica.
Allí concentrará sus energías.
La construcción política de Scioli tampoco está exenta de
obstáculos. El gobernador consiguió el alineamiento de un sector importante del
PJ, con eje en sus pares provinciales, pero Cristina Kirchner ya avisó que no
se la va a hacer fácil.
"No alcanza con una foto o un color", advirtió la
Presidenta hace pocos días. Cristina tiene un nivel de adhesión que puede resultar
influyente a la hora de bendecir un candidato. ¿Lo hará?
El mandatario bonaerense kirchnerizó su discurso en los
últimos meses, pero es difícil que mantenga la doctrina K en todas sus formas
en caso de llegar al poder.
Scioli propicia distensión con sectores enfrentados al
Gobierno como los productores agropecuarios, algunos de los grandes actores
económicos y el establishment internacional (iría al Foro de Davos, donde
también irá Macri).
Esta faceta "pacificadora", le sumaría voto no
kirchnerista pero le jugará en contra antes de la primaria del FPV. Ese equilibrio
entre ultras y moderados es hoy uno de sus desafíos.
Por otra parte, para Cristina convalidar a Scioli un año
antes sería transferir su poder en otra figura, movimiento contraindicado en
cualquier manual de Ciencias Políticas.
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