[El único que vale, por cierto]
Por Martín Risso Patrón |
Los totalitarismos se caracterizan por cultivar e
imponer al Pueblo el culto a la personalidad y al Partido. Lo que nunca se
destaca, a partir de esa obvia referencia, es que lo hacen utilizando
eufemismos en los que mencionan a las formas democráticas de ejercer el Poder,
vayan como ejemplo: “República Socialista de Cuba”, “República
Islámica de Irán”, “República Bolivariana de Venezuela”, “República
Popular Democrática de Corea”, “República Democrática del Congo”...
y esto podría seguir hasta cubrir el universo de las dictaduras.
Sabemos que en
dos de los Estados que aquí se han mencionado, el Partido es la quintaesencia
del Poder [Cuba y Corea]; en otro, es un dios que usa como instrumento del
Poder a los hombres [Irán]; y en los dos restantes, el eufemismo en su más
nítida expresión, porque en ellos impera la voluntad omnímoda de alguien,
muerto o vivo, pero se enuncian, uno como democrático [Congo], y el otro como
emergente de una figura democrática, cosa que no es verdad [Venezuela]. Lo que
los iguala a todos los regímenes totalitarios es definirse como Estado según
una forma republicana, pero vacía, absolutamente vacía de contenido democrático
en la realidad. Hechos, a la vista: Elecciones “populares” amañadas, cuando
no dirigidas, voluntades supremas por sobre la supremacía del Pueblo, situadas
precisamente en líderes carismáticos y aparatos burocráticos políticos dueños
de la vida y de la muerte de propios y extraños [como en el caso de Irán,
clarísimo].
Así, en estas “democracias”, el Culto, como todo
culto, adquiere formas rituales, litúrgicas, catequísticas y emblemáticas
asentadas en la voluntad del líder carismático o del Partido. No hay otra.
A escala de la historia del siglo XX, aprendimos
que el sistema de coordinación de voluntades populares para organizar un
gobierno de Estado, tuvo al menos dos formas de expresión: El partidismo y el
corporativismo. Stalin emerge de una expresión política de una teoría
económica, que asume un mandato “revolucionario”, pero termina imponiendo
su propio nombre: Estalinismo; lo mismo con la China Popular de
Mao, que culmina en Maoísmo. En estos dos casos, el Partido comparte el
culto con el culto a la personalidad; eso emerge del partidismo.
Curiosamente, los Estados corporativos nazi-fascistas y comunistas exaltan el
Partido, por sobre la personalidad: La Alemania hitleriana de los 30 a los 45,
es Nacionalsocialista, apodada Nazi por la historia, y la
Italia mussoliniana es Fascista: “República Social Italiana”, se llamó
en esos momentos.
Peronismo
En nuestro país, en el 45, destaca la evolución
política hacia un partidismo algo particular, como contestación a la década
infame inaugurada, precisamente, en una forma dictatorial de corte oligárquico
custodiada por las armas del mismo Estado y sostenida por la oligarquía del
momento y la jerarquía eclesiástica, que había echado por tierra los sueños
democráticos de los autonomistas, de los radicales y de los socialistas. Nace
la concepción justicialista, a la que curiosamente, los reformadores
constitucionales de 1949, en su mayoría constituyentes pertenecientes a esa
nueva corriente política, ajena equidistantemente de los dos extremos
ideológicos posibles [derecha e izquierda], no le imponen como aditamento al
nombre oficial de Nación Argentina, el modificador Justicialista.
Pero fue tal el liderazgo del ideólogo, que la
ideología adopta casi de inmediato su propio nombre: De Justicialismo,
pasa a denominarse Peronismo. Posiblemente haya sido el alto
contenido emocional [dictado por el amor a su hombre, de eso no me caben dudas] que
María Eva Duarte imprime a sugestión en el ámbito social, mundialmente
reconocida como popular, el que haya impuesto el cambio. Hay quienes sostienen
que, si esto no es culto a la personalidad, que no valga... Un juicio
abierto a la Historia. Aquí sostengo que no está legitimado como tal,
sencillamente, porque, al menos, los dos grandes programas políticos de gestión
justicialista no se llamaron “peronistas”, ni tuvieron aditamento alguno de
corte partidario en su denominación. Simplemente se llamaron, el primero y el
segundo Planes Quinquenales del gobierno de la Nación.
Es que el sistema está viciado
Cuando se vacían de contenido el pensamiento y la
praxis política tanto institucionales como de debate ideológico, comienzan a
dar vueltas en las cabezas de dirigentes las obviedades hijas de la
orfandad de ideas; y eso se hace ver en el verbalismo que es objeto hoy de
estas reflexiones.
Justicialismo, ausente sin aviso en el discurso, la propaganda y
la praxis desde Menem en adelante. Menemismo, Kirchnerismo, Cristinismo,
la terminología litúrgica, desde los 90 en adelante, malogradas excrecencias
que ha ido minando, hasta eliminarlo, al sustrato ideológico justicialista.
Cientos, miles de avenidas, locales públicos, jardines de infantes, colegios,
hospitales, hoy se llaman “Carlos Kirchner”; y la larga marcha del
“vamos por todo”, está conducida... por el cristinismo, la Jefa, le dicen.
Culto a la personalidad. Las manos legislativas sólo se elevan a los cielos
desde donde nacen las órdenes, no hacia la República, que demanda
debate, amigos. Los latrocinios, los fraudes procesales, la corrupción aquí
y acullá, la burla sistemática de las instituciones republicanas con eufemismos
como “democratización de la Justicia” para consagrar impunidades. La negación,
reitero, del debate legislativo, que no es otra cosa que una forma de la represión
ideológica. La discrecionalidad en el uso del espacio democrático de las
comunicaciones sociales: Ahora la cadena será obligatoria cada
vez que la Jefa y su equipo de propaganda quiera hacer propaganda, violando la
sacralidad de la Libertad de prensa y desvirtuando el mandato constitucional de
que el gobernante hará uso de ella sí y sólo si alguna circunstancia
catastrófica o de gravedad institucional lo impone.
El minúsculo régimen de Salta
Ya que estoy en esto de la libertad de expresión, debo
decir que asistimos en Salta a uno de los agravios más grandes que puede
propinarse al sistema republicano: Se eliminan pautas publicitarias del
gobierno ejecutivo provincial discrecionalmente, siendo víctimas,
precisamente, los medios gráficos, radiales y televisivos que gozan, y lo hacen
conocer, de independencia del engendro político gobernante, al que da vergüenza
llamar partido, porque sencillamente, es la negación de un espacio ideológico,
y por supuesto, menos que menos, justicialista.
Destacaré, entre varios, el caso del agraviante
golpe que le propinó el minúsculo régimen de Juan Manuel Urtubey al semanario
“Nueva Propuesta”, del señor Periodista Juan Guillermo Gonza,
permanente garante de la Libertad de prensa, con el quite de la pauta oficial,
obligatoria por mandato legal, en cumplimiento de la obligación de dar a
publicidad de los actos de gobierno en todo el espectro de la información
pública. Hoy es materia de demanda judicial.
El minúsculo régimen de Urtubey copiador de las
muecas del régimen de la Jefa. Impulsor de una Justicia infestada de nepotismo;
agraviador del medio ambiente natural y cultural. Un Juez republicano, sólo
uno, por ahora, lo está poniendo en caja, con el asunto maloliente
y desquiciado de la destrucción de las peatonales del centro de la ciudad. Está
de rodillas ante la Justicia, pero mira altaneramente al Pueblo. Así le irá en
las próximas urnas, si es que no se amañan los cómputos de los votos
electrónicos. A propósito, en estos días, y vinculado con la actuación del Juez
Ángel Amadeo Longarte, quien otorgó el amparo solicitado por el abogado
Santiago Pedroza en su carácter de vecino para detener las obras de las
peatonales, tenemos un siniestro anticipo[¿mensaje?] de lo que se puede hacer
con la electrónica en esto de los votos y las estadísticas: El puntero de Isa
con cargo político Mauro Sabbadini, dispuso de las horas de trabajo
oficial del personal municipal, para que éste, por orden suya, vote
fraudulentamente en la encuesta de consulta popular [legal y legítima]. Destino
de proceso por fraude procesal en un expediente con estado judicial.
¿Tenemos el deber de vivir esto, nosotros, el
Pueblo salteño, sólo por el hecho de haber votado en mayoría a estos personajes
como Isa y Urtubey y sus secuaces legislativos...?
Mire vea, Doña Clota, me estoy cansando ya. Lo
único que le digo y entiéndalo de una vez por todas: Estos no tienen siquiera
la capacidad de generar un culto a su personalidad, porque simplemente la han
perdido besando las alfombras de la Rosada, ni partido tienen, para hacer un
culto de él. Son nadie gobernando a todos.
Aquí lo que se impone, es recuperar el único Culto
posible en la vida en Democracia; el culto a la República, matriz
garante y contenedora de la Libertad; el único Culto válido y posible si es que
queremos recuperar la dignidad que identifica a un Pueblo Libre y democrático.
© MRP
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