Con la excusa
regional, quieren “cartel francés” para CFK en la elección nacional.
La
oposición, ¿con lista única?
Por Alfredo Leuco |
Cristina encabezará la lista de 19 candidatos a
diputados para el Parlasur, que se eligen con el país como distrito
único. Es decir que en toda la Argentina habrá una boleta presidencial del
Frente para la Victoria que llevará a Daniel Scioli o a Florencio Randazzo,
según quién gane las PASO, y otra que tendrá a la Presidenta encabezando la
nómina, tal vez con fotos de Perón, Evita y Néstor.
Los más gurkas, los que
menos respeto tienen por las instituciones, pretenden que el tramo de los
legisladores del Mercosur vaya primero en la tira de papeletas. Y que
recién después vayan colgadas las que ofrecen los posibles jefes de Estado. Los
que todavía sienten un poco de vergüenza por semejante salvajada de poner un
cargo formal y deliberativo por encima de la máxima autoridad del país
sostienen que se podría inventar una especie de doble boleta más angosta que
comparta la cabeza de la boleta larga. Esta variante sería aceptada con alegría
por todos los kirchneristas. Scioli o Randazzo, porque apuestan a ser los
herederos de Cristina, y la Presidenta, porque podría retirarse del
gobierno diciendo que fue la dirigente más votada de 2015 junto al candidato
presidencial.
Esta es la trampa política legal pero ilegítima que Cristina maquina
para los próximos comicios. Le interesan los fueros, por supuesto. Serían un
escudo ante el avance de la causa por
lavado de dinero de la corrupción de una presidenta, y por lo tanto
la más importante de toda la historia argentina. Pero si fuera candidata a
diputada nacional por la provincia de Buenos Aires, tal como dijo Jorge
Capitanich, también obtendría esa protección.
Ella va por más. Por quedar en la historia como la que se retiró de la presidencia
sin que pudiera ser derrotada electoralmente. Eso la consolidaría como una jefa
de la oposición implacable. Con una fuerza parlamentaria envidiable, con fondos
y recursos millonarios, con parte del Estado y media Justicia copada y
domesticada producto de la implementación
del nuevo Código Procesal Penal y con militancia piquetera y
camporista suficiente como para ganar la calle y hacerle la vida imposible al
que venga. Aunque los que vengan se llamen Scioli o Randazzo. Este es el sueño
de Máximo Kirchner, quien por momentos cogobierna con su madre. Tres operadores
de la oposición consultados por Perfil coincidieron en la chicana
muy del Chavo actualizada por la muerte de Roberto Bolaños: “No contaban con mi
astucia”. Es que está en ciernes una movida que, igual que en el yudo,
podría utilizar la fuerza del oponente en su contra.
¿De qué se trata? De que toda la oposición firme una agenda de Estado
que incluya compartir sólo la boleta de diputados al Mercosur. Es una
iniciativa política audaz que saltaría por arriba de la cantinela de llantos y
lamentos de muchos diputados y senadores que se la pasan comentando las
acciones de Cristina sin encontrar otra solución que votar en contra sin que
eso modifique nada. Hay una coincidencia generalizada pese al intento de
victimización de Oscar Parrilli: no se puede proscribir a Cristina.
Por el contrario, es una gran oportunidad de demostrar lo que dicen las
encuestas: que más de siete de cada diez argentinos quieren un cambio que cierre
definitivamente la era kirchnerista.
¿Cómo sería esto? Recién hubo algunas conversaciones que trascendieron
en la reunión de la UIA y en la cena de la fundación SUMA de Gabriela Michetti.
La especulación dice que es una manera de convertir la primera vuelta
en una segunda de hecho, si en la categoría del Parlasur van todos los
líderes opositores juntos. No hay alianza electoral entre los
partidos. Cada uno llevaría su propia boleta presidencial. Pero compartirían la
otra bajo un rótulo en común, algo así como “Argentina: la república contra la
trampa”.
Versus. La lista del Frente para la Victoria llevaría a Cristina a la cabeza y
competiría con otra que reuniría a Macri, Massa, Binner, Cobos, Sanz, Carrió,
Pino, De la Sota, y así hasta completar los 19 lugares. El orden sería por
sorteo para que nadie se queje. El objetivo es que los diarios del lunes tengan
dos títulos de similar importancia: la información de quiénes pasan a la
segunda vuelta para dirimir quién será presidente en 2015 y que la oposición
republicana sacó más del 70% de los votos frente a la lista liderada por
Cristina. Sería la única forma de abortar democráticamente la “trampa” que está
pergeñando la Presidenta. Sería game over para el liderazgo de Cristina.
Y ese límite a su poder sería bien visto incluso por Scioli o
Randazzo que, de ganar, les gustaría iniciar una nueva etapa
con menos “luisdelías” y más justicialistas.
Un allegado a Macri y otro a Massa confirmaron a PERFIL, off
the record, que les parecía una buena alternativa y un digno objetivo. El
presidente del radicalismo, Ernesto Sanz, ante la
pregunta de si ese acuerdo era posible, dijo por radio Mitre: “No sólo es
posible, es absolutamente viable, necesario e imprescindible”.
Todo esto tiene como antecedente el compromiso de 2011, donde la oposición
estuvo a punto de concretar una lista común de consejeros a la Magistratura.
Algo similar se está gestando para generar un respaldo
contundente al juez Claudio Bonadio. Por ejemplo, impulsar una
comisión bicameral que investigue los delitos cometidos por la familia Kirchner
y Báez en Hotesur.
Por sus características personales, Gabriela Michetti suele amalgamar
voluntades de camisetas partidarias diversas. Su actitud siempre dialoguista
permitió que el jueves a la noche compartieran una jornada para recaudar fondos
radicales como Sanz, Aguad y Javier González Fraga junto a Elisa Carrió o
algunos massistas como el sindicalista Hugo Quintana o el ex ministro de
Justicia Alberto Iribarne. Todos bajo el mismo techo en una noche donde Macri y
Michetti fueron los anfitriones.
Esa vocación societaria, aunque sin mixturarse entre partidos, contrastó
con algunas peleas sonoras para el habitual silencio verticalista del
cristinismo. Sergio Berni, en una declaración, les mojó la oreja a Nilda Garré
y a Horacio Verbitsky. Dijo: “Ya sabemos de dónde viene Garré. Tiene un fuerte
compromiso con el derecho de los delincuentes y yo me ocupo de luchar contra la
delincuencia y por los derechos de la sociedad”. Pregunta nada ingenua: ¿de
dónde viene Garré? ¿Qué quiso decir? ¿Le pasó la factura por haber integrado el
gobierno de Fernando de la Rúa o Montoneros? ¿No debería irse alguno de los dos
del Gobierno? ¿Pueden convivir quienes piensan en forma tan antagónica? ¿De
qué lado está Cristina? ¿De su juventud filo monto o de los votos de hoy, filo
mano dura?
© Perfil
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