Por Nicolás Lucca
(Relato del Presente)
Precuela. Los que no tienen agua se quejan de la sequía. Los
que tienen agua, se quejan de la falta de flotadores. Los que antes ahorraban,
ahora quieren llegar a fin de mes. Los que antes llegaban a fin de mes,
protestan por comer arroz a partir del día diez.
Lanzamos el primer séptimo
satélite de la historia argentina y pretendemos que el Gobierno acabe con la
recesión o al menos nos deje de hinchar las tarlipes. Le mandamos una carta al
Presidente de los Estados Unidos en reclamo por haber nombrado funcionaria a
una lobbista de los buitres, nos contestan que la nami ocupa el cargo hace
banda y mandan saludos para el vicepresidente doblemente procesado, para el
Canciller que tranzó con Irán y para la constructora, educadora y festejante de
los atentados terroristas en suelo americano, mommy Hebe.
Día 1. Cristina arranca la jornada con normalidad y desayuna
a las 16,30 horas. Decidida a hacer ejercicio, empieza a correr de la cama al
baño ida y vuelta. Parrilli se aviva y le sugiere ir a pasear por Barrio Norte.
Primera contra: no da para aterrizar el helicóptero en Plaza Houssay. Segunda
contra: la suite presidencial ya está ocupada. No encontraron el Hospital de
Clínicas y tuvieron que caer en el Otamendi. Queda internada.
Día 2. Primer parte médico. Cristina sufre de una fiebre
viral. Siempre vanguardista, se adelantó a los habitantes de González Catán,
Laferrere y Luján, quienes todavía boyan en un caldo de cultivo. El Otamendi
queda a la vuelta de la facultad de medicina. Parrilli aprovecha y le pide a
los cinco militantes de La Cámpora Universitaria que traigan a los muchachos
para hacer el aguante. Son todos.
Día 2. Parrilli llega temprano y se sorprende al ver que
sólo hay cuatro militantes. Le explican que al quinto lo tuvieron que devolver.
Cae Florencia con dos filmadoras, cinco cámaras de fotos, todos los amigos y un
linyera que le pareció chic. Putea porque el Tango 01 tuvo que estacionar re
lejos y porque la madre no está presentable para la cámara. Cristina no reacciona,
pero nadie se anima a pasarle la posta a Amado Boudou.
Día 3. Parte médico: La paciente responde a la medicación.
Se despierta por primera vez. Parrilli le cuenta que el país está tan relajado
que en la provincia de Buenos Aires decidieron darse un baño de inmersión
masivo. Entran los tres pibes de La Cámpora. Afirman que el cuarto está
adoctrinando en la nursery. Los muchachos animan a cantar a la Jefa. La Presi
está mareada y balbucea “qué lindo, qué lindo, seguro será lindo, un Alto
Calafate en el Hospital de niños”. La vuelven a dormir. Seguimos sin
presidente.
Día 4. Parte médico. Cristina parece volver a la normalidad
y casi madruga a las 17 horas. Pregunta si ya bajó el agua. Le dicen que no
tanto como su imagen. La dopan. Los dos camporitas le explican a Parrilli que
el tercero fue a buscar agua para el mate. No terminan de formular una pregunta
sobre Boudou cuando el funcionario les tapa la boca por temor a la maldición.
Tarde.
Día 5. Un juez se entera que un pibe nombró a Boudou y lo
imputa en otra causa por truchar el domicilio de la moto con la que sale en
todas las fotos. En el Otamendi queda un pibe de La Cámpora. El otro fue a
buscar más compañeros. El gobernador de la provincia –que vive en Tigre– acusa
al exintendente por las inundaciones. El exintendente –que vive en la
Provincia– dice que la culpa es de los que no hicieron las obras de dragado. La
Presi se despierta abombada, pero se emociona con el sms de Máximo. Pide
Netflix. Le ponen la Televisión Digital Terrestre. Manda a todos a la mierda.
Día 6. La piba de los mandados de la Secretaría Legal y
Técnica pregunta quién carajo firma los decretos. Un granadero le sugiere que
lo busque a Boudou. Pide el teléfono para ubicarlo. Le dan el de Comodoro Py.
Ofuscada, la piba se toma el subte hasta el Congreso para que el gancho se lo
ponga el vicepresidente del Senado. Zamora le dice que no tiene tinta, pero que
pruebe con el presidente de la Cámara de Diputados. Caliente, pregunta cuál es
el despacho de Julián Domínguez. “El que tiene las coronas y las palmas en la
puerta”, le responden. El personal de limpieza le cuenta que Domínguez no está,
pero que sobrevivió.
Siguiendo la línea sucesoria, con la pila de expedientes en
una mano y los tacos en la otra, la piba camina hasta el Palacio de Tribunales
a buscar al presidente de la Corte. En la puerta ve que Fayt sube al trotecito
los cuatro pisos por escalera y trata de alcanzarlo. Mientras hace sentadillas,
el Juez le explica que Lorenzetti está ocupado preparando todos los fallos que
sacarán dentro de un mes y medio, cuando se haga efectiva la renuncia de
Zaffaroni. Desahuciada y hecha sopa bajo los 30 grados y 115% de humedad, la
chica rechaza amablemente el ofrecimiento de Fayt de llevarla a cococho, para
un taxi y emprende la vuelta a la Rosada. En la radio escucha que la Presi está
en funciones. Se larga a llorar.
Día 7. La paciente permanece sedada y ni está enterada de
qué pasa en el país. Ante la normalidad de la situación, podría recibir el
alta.
Día 8. La paciente está perdida en tiempo y espacio. No
logra cerrar una oración medianamente coherente sin arrancar otra antes de
tiempo. Puede recibir el alta y volver a Olivos, siempre y cuando se respete el
reposo absoluto y la carencia de labores. Lo habitual, pero sin Cadena Nacional.
En la puerta hay una remera de La Cámpora con una nota que reza “fui a comprar
puchos”. En el camino de vuelta, la Presi pasa por primera vez en doce años por
la autopista Illia y se emociona al ver los rascacielos sin ascensor, con
ladrillo a la vista y techos de chapa. En Olivos le leen todos los saludos por
la recuperación. Capitanich le cuela su renuncia. Se avivan. En la TV Pública
aprovechan que Cristina ya se fue del Otamendi y vuelven a colocar el spot de
la Presi defendiendo a la salud pública.
Día 9. Kicillof cumple un año frente al ministerio de
Economía y decide festejarlo con la Presi en Olivos. Los regalos no tardan en
llegar: Griesa aprovecha que es el cybermonday argento y manda una nueva
sentencia de regalo con 0% de descuento, Cristóbal cierra La Salamandra y
convierte en triunfadores de El Modelo a varias decenas de exlaburantes, y
medio centenar de gremios van al paro para reclamar por ganancias. Kichi los
ningunea por gorilas. Son oficialistas. Cristina no está lúcida y pregunta si no
es demasiado tirar una bengala al cielo. El miniministro le explica que es el
índice de inflación de su año de gestión. El petróleo baja, el dólar también;
los combustibles de YPF y los pasajes de Aerolíneas, no. Nos enteremos que las
condiciones de Chevron para pactar con YPF no incluyen invitarnos a cenar
antes, ni hacernos un mimo durante, ni pagarnos el taxi después. Zannini afirma
que Cristina gobierna poquito, pero gobierna. Sin embargo, es Boudou el
encargado de promulgar la estatización de la Universidad de las Madres. Nadie
sabe quién es el presidente. Ellos tampoco.
Día 10. El día amanece con un dólar paralelo a $12,63. El
oficialismo deja de llamarlo “ilegal” y lo vuelve a nombrar “dólar blue”.
Víctor Hugo pone un vals en la radio para bardear a la oposición y los
militantes festejan en las redes sociales. Es tanto el quilombo que arman que
el dólar se despierta por el ruido y sube a $13,15 en unas horas, como para
recuperar el tiempo perdido. El Gobierno anuncia medidas: lo vuelven a
denominar dólar ilegal. Cae la tarde, no hay parte médico y todos tememos lo
peor. Al llegar la noche el país respira aliviado: no hubo cadena nacional del
regreso triunfal.
Día 11. Bossio comunica los resultados de una encuesta que
encargó para determinar en qué gastan la guita el 100% de los beneficiados por
la Asignación Universal por Hijo. La suma da 150%. Eso explica por qué la Anses
tiene guita para financiar la AUH, los prestamos del Procrear y la tarjeta de
crédito Argenta, pero se quedó sin plata para dar un bono de fin de año a los
jubilados. Con los números aclarados, el Gobierno afirma que sin la AUH, la
pobreza aumentaría un 36%. Sin sonrojarse, festejan que 11 años y medio después
de asumir, y a 5 años de implementarse la asignación, no hubo una puta mejora
que logre disminuir el índice de asistencialismo.
En la provincia festejan que las altas temperaturas evaporan
el agua. Se ahorran la guita de los dragados. Se la gastan en anteojos de sol.
En Luján se quejan de la plaga de serpientes. La AFIP manda formularios de
recategorización de monotributo a todos los habitantes antes de que a
cualquiera se le ocurra poner una fábrica de billeteras. Barone escribe un
poema comparando el color de las bichas con el de la divisa norteamericana. Los
pases de fin de ciclo incluyen a Agustina Kämpfer. Boudou se convierte en el
resumen de la evolución de la imagen kirchnerista: hace cinco años era un joven
descontracturado con la reina de la fiesta. Hoy es un panzón burócrata incapaz
de hacer una transferencia como la gente, sin poder, y sin que le dé bola ni la
renga del barrio.
Por los ministerios nadie sabe quién manda. En la City
tampoco, pero les chupa un huevo. Kicillof se reúne con Vanoli y le propone un
nuevo plan para bajar el dólar que consiste en sacar un nuevo billete de cien
con la cara de Benjamin Franklin. Vanoli contraataca y sugiere profundizar su
trabajo clausurando el país por tiempo indefinido. Para dirimir la cuestión la
llaman a Cristina. “Hagan lo que haría Néstor”, sugiere la dueña de Simón.
Kichi y Vanoli se disponen a cumplir con la orden y salen a comprar todo lo que
parezca verde y tenga un rostro humanoide impreso. Llegan tarde, las cuevas
cerraron con el verde azulado a $ 13.75. Un exitazo.
Justo cuando Capitanich propone hacer un sorteo para que
cada funcionario ejerza la presidencia por 24 horas de forma rotativa, la
cuenta de Cristina manda su primer tuit en semanas. Con problemas energéticos,
con la producción paralizada, con las empresas suspendiendo personal a rolete,
con la inflación que no nos respeta ni la recesión, con los gremios de paro,
sin bancos y sin clases, la cuenta de la Presi fue utilizada para explicarnos
que Argentina renuncia a su lugar en la Corte Internacional de Justicia para no
confrontar con Jamaica. Sí, Jamaica.
Más que nunca, todo vuelve a la normalidad.
Jueves. Posta. Jamaica. Denserio.
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