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sábado, 8 de noviembre de 2014

Huir hacia delante

Con Cristina y su vice en silencio, el coro presidencial sigue desafinando. 
Un spot zoológico en la campaña de Massa.

Por Alfredo Leuco
Hay una Argentina insólita y descabezada que huye hacia delante casi por intuición. 

Atravesamos una semana inquietante donde nadie vio ni a la Presidenta ni al vice. Cristina en medio del secretismo y de una enfermedad más complicada de lo previsto. Y Amado Boudou, clandestino y llegando a la cumbre del papelón de Estado porque no registró legalmente ni a su amada Harley Davidson. 

Por default, ocupó toda la escena uno de los personajes más desprestigiados, la versión presuntamente antiimperialista de Jorge Capitanich que no habla, diría un semiólogo, porque parece hablado por la ira de Cristina. El diccionario del ridículo del Coqui primero dijo que la Corte Suprema con un fallo había arrasado la institucionalidad republicana, luego los desafió a que armaran un partido y se presentaran a las elecciones y, finalmente, ironizó sobre Ricardo Lorenzetti acusándolo de hacer campaña proselitista. Sin embargo, nada supera su doctrina autoritaria cristinista de acusar a medio mundo de golpista, de fogonear la fantasía de que hay un terrorismo económico destituyente asociado al periodismo que comete “apología del delito” por hacer su trabajo que es informar lo que ocurre aunque se trate de una protesta policial en Santa Cruz.

Lo grave es que esta avanzada hacia el chavismo maduro no se queda sólo en las palabras. Las últimas leyes aprobadas por un Congreso quebrado y convertido en escribanía kirchnerista, están disfrazadas de buenas intenciones pero todas apuntan a legitimar persecuciones de distinto tipo. Un periodista en Santiago del Estero padeció la Ley Antiterrorista. Otro de Bahía Blanca acaba de ser procesado por no querer revelar sus fuentes y eso viola el Estado de derecho y los pactos internacionales de Derechos Humanos. Y el operativo de pinzas entre la Ley de Medios y la de Telecomunicaciones tiene un único objetivo: asfixiar al periodismo independiente y fomentar el periodismo chupamedias.

La gran novedad es que uno de los más fieles y eficientes legisladores se rebeló en la granja del Senado. Miguel Pichetto, el jefe del bloque oficialista, expresó con una fiereza desconocida, el rechazo de sus pares a una normativa tan grosera que al dinamitar al grupo Clarín, también destruye a los canales de cable de Vila-Manzano, Alberto Pierri y a 700 empresas pymes del interior que en su mayoría son emprendimientos familiares que invirtieron en fibra óptica con mucho esfuerzo. No es fácil explicar la reacción de Pichetto que de inmediato se llamó a silencio. Los rumores dicen que tuvo un cruce telefónico tremendo con Julio De Vido. Y que los pases de facturas fueron subiendo de tono. Empezaron acusando de traidor al senador por aspirar a ser gobernador de la mano de Daniel Scioli y terminaron gritando recriminaciones mutuas sobre unas valijas de dinero negro que no fueron repartidas. Hay que seguir de cerca y con lupa los remezones del terremoto porque va a haber más novedades para este boletín. Sobre todo por el aporte informativo que hizo Gerardo Milman acerca de un fondo buitre como Black Rock que es accionista de Telefónica y que Jorge Lanata multiplicará mañana en canal 13.

Kicillof, Recalde y Wado de Pedro, los tres jinetes del apocalipsis de La Cámpora no le dieron buenas noticias a Cristina en su lecho de enferma.

Axel, el superministro de Economía, con la venia de la Presidenta, logró el milagro de tirar abajo todos los pilares del modelo de Néstor Kirchner. Roberto Lavagna, coautor de aquel esquema virtuoso, confirmó que ya no queda nada. Se cayeron a pedazos el superávit en las cuentas públicas, el dólar competitivo, la baja inflación y el alto consumo. Nadie ahorra en pesos y la inflación se va a ubicar entre el 35 y el 40%. Pero “Kichi” dice que tiene todo estudiado.

Mariano Recalde no pudo explicar por qué Aerolíneas Argentinas paga el combustible 24% más caro ni la hecatombe comercial de la empresa que dice conducir. La AGN (Auditoría General de la Nación), que es el único organismo de control no congelado ni colonizado, dio datos escalofriantes. El más impactante habla de una pérdida de 1.100 millones de dólares en un año y medio pero los cálculos hasta la actualidad hablan de más de 3.500 millones de dólares, fortuna con la que se podría haber construido 160 hospitales o 550 escuelas.

El diputado Eduardo “Wado” de Pedro, a quien pintan como el más moderado de los fanáticos, sin embargo repitió la misma lógica de agitar los fantasmas del caos y la desestabilización que producen los opositores. Le tocó el turno a Sergio Massa al que responsabilizó de los saqueos que van a venir, según Wado, en diciembre. El jefe del Frente Renovador que en las próximas horas exhibirá otra foto radical y sorpresiva con Nito Artaza en Corrientes, apuesta a vincular su figura con la palabra “Distinto”, en los spots publicitarios del creativo Ramiro Agulla. Trascendió que van a utilizar a un tigre de verdad recorriendo con andar felino las calles del distrito que lleva su nombre y mostrando sus logros de gestión. Hay un enigma que Massa todavía no resolvió. ¿Le conviene recibir con bombos y platillos al flamante esposo, Martín Insaurralde que todavía oculta sus cartas pero que vota con las dos manos las leyes más autoritarias del cristinismo? Cristina ya le bajó el pulgar. Ella lo eligió para encabezar las listas en su momento, tal como hizo con Boudou. El jueves, durante su casamiento por civil, C5N mostraba a los novios en simultáneo con imágenes de las inundaciones en Lomas Zamora con la pantalla partida. Más claro, agua.

Mientras Cristina gobierna con mensajitos de texto, parece que no solamente ella está enferma. El país también padece sigmoiditis. La inflamación crece en un país que tiene su sangre infectada de corrupción y los ciudadanos padecen fuertes dolores estomacales ante la pelea frívola de los funcionarios frente al drama de las inundaciones. O con la multiplicación de la persecución administrativa con las listas negras como padeció Laura Haag en la Secretaría de Energía o el copamiento del Estado en general y la Justicia en particular con soldados camporistas. Julio Piumato lideró una protesta inédita porque “el ministerio público fiscal es una verdadera Gestapo del régimen”. Como si esto fuera poco, Mariana Zuvic, responsabilizó a Máximo Kirchner por el incendio del supermercado de su esposo, el diputado y probable gobernador radical, Eduardo Costa.

El resultado de esta grave dolencia institucional es que a la República le sube la fiebre cuando comprueba que todos los remedios que el Gobierno utiliza son peores que la enfermedad.

© Perfil.com

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