Se trata de Eva Perón, allieva de Nervo (Eva Perón,
alumna de Nervo)
que se lanzará durante noviembre y diciembre.
En Italia será presentada la novela Eva Perón, allieva de Nervo, de la escritora salteña Liliana Bellone. |
Durante los meses de noviembre y diciembre se lanzará al
público italiano con la presencia de la autora en las ferias de Milán y Roma y
en las universidades de Venecia, Salerno y Nápoles, la novela Eva Perón, allieva de Nervo traducción
italiana de Eva Perón, alumna de Nervo,
de Liliana Bellone que fuera editada por el Congreso de la Nación en 2010.
Dicha novela recibió la elogiosa crítica de académicos italianos, por lo que surge la necesidad de
esta traducción y edición.
La novela recorta la figura de Evita desde múltiples puntos
de vista narrativos y la sitúa más allá de los clisés y las visiones míticas y
legendarias. Se construye de este modo una figura humana, determinada por los
fantasmas de la infancia, las lecturas y recitaciones escolares y juveniles en
las que Amado Nervo tiene un lugar preponderante, la amistad con poetas y
escritores como Discépolo, Marechal y Manzi, con actores, directores y actrices
de teatro y cine, como Eva Franco,
Pierina Dealessi, Lucas Demare, Pedro Blomberg, Mario Soficci, Adelqui Millar,
Marcos Zucker, Rita Molina, Hugo del Carril, la actividad radial y finalmente
la militancia surgida luego del encuentro con Perón, el hombre-padre que
devolverá a Evita un nombre retaceado por su condición de hija natural y la
elevará al lugar de Señora y Primera Dama.
Sueños, poesía, dolor, sufrimiento y estoicismo marcados por un deseo inclaudicable y por identificaciones femeninas, en especial
con la madre, Juana Ibarguren y con Aurelia Tizón, la primera mujer de Perón,
se conjugan en un universo narrativo de notable
ritmo poético.
Evita y el Che, dos hijos de la Argentina, se constituyen
como íconos universales signados por su prematura muerte y la elección de una
causa más allá de todo recaudo, una martirologio heroico, que los torna
inmortales y revividos constantemente a
través de las generaciones.
La novela muestra a una Evita niña y adolescente marcada por
los poemas del mexicano Amado Nervo, como así también de Rubén Darío, Lugones y
José Martí, poetas que eran leídos en todo el continente y que ella recitaba de
memoria. Hay en Nervo una impronta tanática que se transmite a la joven
lectora, y que de algún modo aparecen en su vida (y en el estilo enfático de
sus discursos): poemas como "¡Muerta!",
"¡Qué bien están los muertos!"
o "La Bella del Bosque
Durmiente", donde la protagonista anhela permanecer incorruptible,
eternamente joven, en una caja de cristal. La escuela pública sarmientina, sus
lecturas, el cine de la época, con films como "Cumbres Borrascosas" , "María Antonieta", "Lo
que el viento se llevó", con actores como Merle Oberon, Norma Shearer,
David Niven, Gary Cooper, se constituyeron en modelos de la jovencita nacida en
Los Toldos y educada en Junín, modelos que tenían que ver con la ideología y
los sueños de la pequeña burguesía argentina.
El entorno familiar, la madre, los hermanos, el padre
autoritario y rico al que casi no conoció pues no los había reconocido, su
pasaje por el teatro y el cine, por la radio, su amistad con Homero Manzi, Marechal y Enrique
Discépolo, con los actores y actrices de la época, muestran a una joven que no
es vulgar. El encuentro con Perón, su entrega y su muerte aparecen signadas por
un Hado Fatal que remite a la tragedia "Antígona
Vélez", escrita por Marechal por expreso pedido de Evita.
Un poeta, personaje imaginario, Joaquín De Genaro, es quien
muestra aspectos íntimos de la compleja psicología de Evita, sus miedos, sus
identificaciones, su tendencia casi enfermiza al sufrimiento, su femineidad, la
búsqueda de un padre, que es la búsqueda de un nombre, el deseo
inclaudicable... Escrita en cuatro partes, número muy significativo en la vida
de Perón, esta novela tiene el "respiro" (ritmo narrativo como señala
Humberto Eco) del soneto.
© Agensur.info
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