viernes, 17 de octubre de 2014

El peronismo se reinventa para seguir en el poder

Por Ana Gerschenson
El peronismo se ha especializado en permanecer en el poder en el último cuarto de siglo de la Argentina.

Desde el triunfo de Carlos Menem en 1989, no hubo gobierno que no estuviera integrado por un dirigente nacido en la cuna del justicialismo. Comenzó con el mandatario riojano, luego la Alianza en 1999 tuvo a Carlos "Chacho" Alvarez como vicepresidente, y fueron del PJ los cinco presidentes que ocuparon la Casa Rosada en tan solo una semana, y que terminaron con el interinato presidencial de Eduardo Duhalde hasta el triunfo de Néstor Kirchner en 2003, otro justicialista venido del Sur que eligió como sucesora a su esposa, Cristina Fernández, militante peronista desde su adolescencia y jefa de Estado desde el 2007 hasta hoy.

El 2015 no parece que vaya a ser la excepción a la regla que rige la relación entre poder y PJ. Lo reflejan todas las encuestas que, a un año de las elecciones presidenciales, pronostican un triple empate entre Daniel Scioli, Sergio Massa y Mauricio Macri. Los dos primeros sostienen abiertamente los postulados del General, y Macri se ocupó desde los comienzos del PRO de construir una pata peronista.

Todos cantan la marchita, hacen la V de la victoria, citan a Perón, admiran a Evita, pero algunos se identifican con el progresismo de izquierda, como el kirchnerismo, otros con ideas más de centro, como sucede en el macrismo o el massismo, y durante la década de los ‘90, el PJ menemista puso en práctica las fórmulas económicas de la derecha que encarnaba la UCeDé fundada por Alvaro Alsogaray. Porque los peronistas se reproducen, como decía Perón, y también se reinventan constantemente. Pero su principal atractivo es que garantizarían el manejo del poder real, porque conocen todos sus resortes.

En las últimas décadas, el justicialismo ha instalado en la sociedad la idea de que no existe otra agrupación política que pueda gobernar a la Argentina. Y que tener al PJ en la oposición es sinónimo de inestabilidad política, como durante la gestión de Fernando de la Rúa. Claro que, a esta altura de los acontecimientos, está visto que la continuidad del peronismo en el poder no ha sido sinónimo de eficacia en la gestión.

Ni siquiera UNEN está libre del gen pejotista. Porque aunque en un principio, cuando se presentó en sociedad el frente electoral, sus dirigentes repitieron hasta el cansancio que venían a demostrar que el único que puede gobernar la Argentina no es el peronismo, los acuerdos electorales distritales de la agrupación reflejan lo contrario.

El propio jefe de la bancada de senadores de la UCR, Gerardo Morales, selló un acuerdo con Massa para los comicios jujeños en donde se elegirá al próximo gobernador, y otros radicales están dispuestos a seguir sus pasos. A Morales se lo vio cenando esta semana con el equipo económico del tigrense. Está claro que el radicalismo también necesita su pata peronista.

Macri fue el primero en comprender que, para construir un proyecto nacional, debía incluir al justicialismo. Amigo personal del misionero Ramón Puerta, los primeros dirigentes en saltar al macrismo en la Ciudad fueron los justicialistas porteños Diego Santilli y Cristian Ritondo.

Su histórico jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, se inició en el peronismo porteño durante el menemismo; su actual jefe de campaña presidencial, Emilio Monzó, se inició en el peronismo bonaerense con el actual ministro de Transporte, Florencio Randazzo. Y esta semana, Ritondo reveló que se levantará una estatua de Juan Domingo Perón en la plaza Agustín P. Justo, frente al edificio de la Aduana.

Jorge Telerman, actual vocero de campaña de Daniel Scioli, describió así la dependencia con el PJ: "El macrismo y todas las fuerzas no peronistas siempre buscan su pata peronista porque es la única manera que tienen de ganar, de llegar al poder". Scioli, Massa, Macri o el candidato que finalmente decida UNEN asumirán la presidencia post kirchnerista el 10 de diciembre del 2015 de la mano de peronistas, aunque los critiquen, los denosten o los escondan públicamente.

Sesenta y nueve años después de aquel 17 de octubre de 1945, como decía el General, la única verdad es la realidad.

© 3D

1 comments :

  1. Buen artículo pero me deja la moral por el piso, esta realidad hay que cambiarla

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