Agua que se pierde en la plaza Evita, un problema cotidiano de algunos paseos públicos. |
Por José Montenegro
No es novedad para nadie que el servicio de agua
domiciliaria en Salta, es totalmente deficitario, no así, seguramente, las
ganancias de la empresa que brinda (?) ese servicio: Aguas del Norte. El manejo
de esta empresa por parte de un Estado cuya desidia se transmite,
cotidianamente, a otros servicios, no solo demuestra la falta de inversión (año
tras año la misma cantinela) sino que, ni siquiera, hay un atisbo de solución,
salvo los mismos y inicuos argumentos de los funcionarios de turno cuando no
del propio gobernador Juan Manuel Urtubey.
El norte de la provincia reclama, ardientemente (en un
sentido totalmente literal) que el servicio de agua llegue a sus casas. Los
cortes son permanentes frente a las altas temperaturas de la región y, en
consecuencia, los riesgos sanitarios para la población son crecientes. Las protestas y manifestaciones populares exigen la normalización del servicio.
Nada de estos parece hacerle caer una idea al oprobioso
Gobierno local, que va dejando una retahíla de desastres de gestión que ya
tornan irrisoria las argumentaciones de quienes juegan el papel de voceros de
la irrealidad gubernamental.
Lo repetitivo de los males por la carencia de agua en toda
la provincia, contrasta con lo repetitivo del derroche que la propia Aguas del
Norte realiza o no controla en diversos puntos de la provincia. Las plazas
públicas, sobre todo las barriales, son un ejemplo de ello. Basta arrimarse as
cualesquiera de estos paseos para ver roturas de cañerías, pérdidas de agua,
lodazales en varios sectores de esas plazas sin que nada ni nadie atine a
solucionar ese problema.
Otra de los paseos públicos donde el agua es una pérdida permanente mientras falta agua en otras zonas. |
A veces, equipos técnicos (supuestamente, de profesionales)
de Aguas del Norte, se acercan con operarios a arreglar lo que saben que no
será arreglado. Las pérdidas son mayores y los charcos se extienden por mayores
superficies.
Las roturas de cañerías en las calles, son una constante
panorámica de “la linda”. Pozos y excavaciones que demoran en cerrarse y con
mala o ningún señalamiento para los automovilistas y/o peatones.
En muchos barrios de Salta, hay cortes prolongados desde las
21:00 a las 06:00, como si en ese lapso, los seres humanos que habitan Salta,
dejaran de existir o, al menos, de ir al baño. Cualquiera podría imaginarse lo
que puede pasar en hospitales del interior que no cuenten con bombas o
cisternas: el desastre sería total.
Esto es Aguas del Norte. Pueden cambiar los administradores
y efectuar operaciones marketineras y de prensa que nada hará suponer, a la
sufriente población salteña, que el servicio es, no ya óptimo, sino ligeramente
adecuado. Solamente pensar que en el norte provincial el padecimiento diario es
una realidad que nadie quiere ver. Las temperaturas se asemejan a las estivales
y llegan a casi 40°…y sin agua.
¿Alguien tiene una respuesta? Sería increíble que la den y,
en todo caso, siempre será la misma: “Estamos trabajando en eso”. O aquello de “la
falta de lluvias de la época”. Cuando las precipitaciones son abundantes,
¡también se corta el agua!
No hay respuestas, no hay ideas y lo único que sobra es
desidia. Mientras el gobernador se enfrasca en eventuales precandidaturas en
las que ni él mismo cree, el agua sigue siendo otra deuda pendiente de una
gestión que, a estas alturas, ya tiene la característica de “imperdonable”.
© Agensur.info
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