CFK apuesta al
fracaso del próximo gobierno y piensa dejar el campo minado.
El rol de Máximo.
Por Alfredo Leuco |
Si esto fuera periodismo de investigación, se podría titular
algo así como “Exclusivo: el plan de Cristina para volver en 2019 sin irse del
todo”.
Pero sólo se trata de una reflexión y un análisis político de las cartas
que el Gobierno puso sobre la mesa y de algunos ases que todavía tiene en la
manga.
Es la hoja de ruta de los buitres santacruceños, más conocidos como
pingüinos K.
◆ Inundar el Estado con cuadros de La Cámpora. Todos los días, en
forma sigilosa, ingresan nuevos empleados o se incorporan a planta permanente
los contratados. El objetivo es doble. Darles un sueldo alto y seguro que
mantenga la fidelidad de los militantes y dejarlos como “topos” para tener
información desde adentro de la futura administración. Y, llegado el caso,
organizarlos para que actúen como quintacolumnistas. Es difícil establecer la
cantidad de muchachos que se ocultaron en los pliegues del Estado, pero son
varios miles. Hay oficinas que están copadas casi en su totalidad: Cancillería,
jefatura de Gabinete, Secretaría de Medios, Ministerio de Justicia, Aerolíneas
Argentinas, Anses y ahora van por la cuñada Alicia y su cartera de Desarrollo
Social. Con Julio De Vido todavía no se atreven del todo. Tienen miedo de
encontrar mucho dinero negro y acuerdos delictivos que no saben cómo manejar.
De eso se encargará pronto Máximo Kirchner, un experto en transacciones
oscuras.
◆ Entronizar a Cristina como una virgen política. Convertirla en una estampita que supere a Evita. Ese fue
el objetivo de Máximo en su discurso. Bajarle el precio
a todos los otros candidatos y marcar la cancha para siempre. Cristina es una
jugadora distinta, de otra liga. Ganar en 2015 sin Cristina es como ganarle a
la Selección sin Messi, dijo un camporista. Aquí hay diversas variantes en
estudio. Instalar la consigna setentista de Kicillof al gobierno, Cristina al
poder y encanutar la mayor cantidad de diputados y senadores posibles. Algunos
plantean ir por afuera del Partido Justicialista e incluso del Frente para la
Victoria. Sería la agrupación “Unidos y Organizados” y los estrategas quieren
que Cristina compita como candidata a gobernadora o a diputada nacional en
Buenos Aires. Juegan fuerte frente a la tibieza previsible de la oposición. Eso
la dejaría como una poderosa jefa de la oposición, con poder territorial, con
gran capacidad de daño frente al próximo presidente y de defensa frente al
avance de los jueces en las causas que más la salpican de la matriz corrupta
del Estado: Ricardo Jaime, Lázaro Báez y Amado Boudou.
◆ Transformar a Néstor en una
leyenda. En el salvador de la patria. Fomentar las películas, los libros sobre
su vida y obra. Tratar de reemplazar a Perón en la memoria colectiva. O decir
que Néstor es el Perón actual. No es sólo por culto a la personalidad lo que
están haciendo al bautizar absolutamente todo con su nombre. Quieren que Néstor
parezca Dios porque está en todas partes. En escuelas, en calles, plazas, pero
también en obras faraónicas como la represa, o el Centro Cultural en lo que fue
el Correo Central o la torre más alta de la isla Demarchi que será más grande
que el Central Park, pero que se llamará Parque Néstor Kirchner.
◆ Sembrar de tropa propia las listas en todo el país. Es un subproducto del punto anterior. Condicionar a
gobernadores e intendentes para engordar su poderío parlamentario.
◆ Deslegitimar desde ahora al presidente que viene. Vaciar
su triunfo. No le ganaron a nadie es la idea que ya fue explicitada más arriba. Repetir aquel discurso de Carlos Menem en el sentido
de que Cristina está proscripta y que deberían reformar la Constitución para que sea el pueblo el que
decida quién quiere que lo gobierne. Chavismo puro. Si se impone alguien más o
menos cercano tipo Daniel Scioli, la idea es tomarle por asalto el gobierno.
“Operativo Mariotto”, se llama eso. Si gana Mauricio Macri, hacerle la vida
imposible.
◆ Recuperar el tono combativo. Sacar a la calle (lo dijo el
comandante Máximo sin eufemismos en su
discurso) los 40 mil que juntó La Cámpora en Argentinos Juniors y los 40 mil que convocó el Movimiento Evita en Ferro, más los experimentados
piqueteros de Luis D’Elía y acusar de facho represor al que pretenda poner
orden en el tránsito y en las ocupaciones masivas de terrenos.
◆ Dejar la economía exhausta.
Multiplicar el calendario de pago de las deudas y gastar la mayor cantidad de
reservas. Al más puro estilo del éxodo jujeño, incendiar las finanzas para
dejar tierra arrasada, una herencia maldita que le haga todo muy cuesta arriba
al sucesor de Cristina. Minar el terreno.
◆ Ocupar con jueces y fiscales amigos todas las vacantes.
Cubrirse la retirada y las espaldas. Exigirles que protejan a Cristina para que
jamás desfile por los tribunales. Ordenarles que apunten sus investigaciones
hacia Mauricio Macri, Sergio Massa y Daniel Scioli, entre otros. Los espías de
la inteligencia de la que tanto abusó el general César Milani, ya están
acopiando carpetas para poder extorsionar a quien se atreva a cuestionar
judicialmente a la Presidenta y a dos o tres más funcionarios del riñón. A
todos no van a poder proteger. Dicen que a Amado Boudou, igual que a María
Julia, lo van a entregar. No hay mejor defensa que un buen ataque.
Estas son algunas de las maniobras más o menos ocultas que
el cristinismo está ejecutando. Néstor, Cristina y Máximo dejarán huella en la
historia de estos 12 años y van a querer prolongar su conducción en el tiempo.
El apellido Kirchner es el símbolo de una era en donde el Estado fue
considerado propiedad de una familia y no el lugar donde un inquilino pasa un
tiempo determinado. Desde aquellos comienzos en Río Gallegos, nunca abandonaron
el poder. Nunca bajaron al llano. Siempre se llenaron los bolsillos porque uno
de sus dogmas es que no se puede hacer política sin plata. Diana Conti lo
confesó una vez con todas las letras.
Este es el itinerario político que tiene previsto Cristina
para el próximo quinquenio. Una personalidad como ella jamás se retiraría a dar
charlas por el mundo. Y este es un elemento que no puede estar ajeno de
cualquier análisis del escenario que viene. Hay algunos dirigentes que están
revisando todo a partir de estas comprobaciones. Cristina se irá del Gobierno,
pero su intención es no abandonar jamás el poder. ¿Está la oposición
suficientemente cohesionada para dar batalla a semejante destino? ¿Alcanzan las
actuales coaliciones y alianzas para gobernar frente a estos desafíos?
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