La democracia
deliberativa y la institucionalización
de una esfera pública mundial
Jürgen Habermas: defensa de la democracia deliberativa. |
FECHAS
1929 Jürgen Habermas
nace en Dusseldorf. Estudia Filosofía, Historia, Psicología y Economía en
Gotniga, Zürich y Bonn.
1953 Publica su
primer ensayo crítico de la obra de Heiddegger: Pensar con Heidegger contra Heidegger.
1954 Defiende en la universidad de Bonn su tesis sobre El Absoluto y la historia: de las discrepancias en el pensamiento de Schelling.
1956 Durante tres
años fue ayudante y colaborador de Adorno en el Instituto de Investigación
Social de Frankfurt.
1968 Publicó Conocimiento e interés, obra que le dio
enorme proyección internacional.
1971 Durante 12 años
fue director del Instituto Max Plank para la “investigación de las condiciones
de vida del mundo técnico-científico”.
2003 Premio Príncipe
de Asturias de Ciencias Sociales.
SU PENSAMIENTO
Las normas de la acción solo pueden considerarse
justificadas si satisfacen el criterio del principio de universalización: esas
normas serán válidas cuando ganan el reconocimiento del universo afectado. Así
es la ética discursiva que Habermas enuncia.
Habermas estudia la sociedad como un conglomerado de
sistemas complejos donde el autor desaparece transformado en procesos. En su Teoría de la acción comunicativa, son
acciones aquellas manifestaciones simbólicas: la acción regulada por normas y
acción dramatúrgica, la que entra en relación con el mundo objetivo. Habermas
plantea la necesidad de una pragmática universal; una ciencia del lenguaje
basada en estructuras universales.
Karl Marx es una referencia permanente en la obra de
Habermas pero también el pensamiento de Kant. La relación estrecha entre la
filosofía de la razón de éste y la teoría empírica de Marx, es algo que
Habermas asume como síntesis propia. La integración de filosofía y ciencia
social en una Teoría Crítica de la sociedad es rasgo distintivo de su obra.
Su primera obra, Historia
y crítica de la opinión pública, profundiza en la distinción entre opinión
pública manipulada y opinión pública crítica, en el fondo, un análisis
estructural de la esfera pública.
En otra posterior obra, Habermas se enfrenta con un análisis
corrector de su inspirador, Karl Marx, a fin de, mediante una seria crítica,
regenerar su valor. Así, según Habermas, para Marx el trabajo es un instrumento
más del fin productivo. Habermas cree que el cambio social –desde su
perspectiva de la segunda mitad del siglo XX– más bien será simbólico, en el
ámbito de la comunicación y consenso entre los individuos. Es una reflexión
semejante a la que hacen Adorno, Max Horkheimer y Gramsci.
A partir de la publicación en 1981 de su obra fundamental, La teoría de la acción comunicativa, sus
reflexiones se han orientado hacia la fundamentación de la ética discursiva, en
defensa de la democracia deliberativa, de los principios del Estado de Derecho
y, como tantos otros contemporáneos, de la institucionalización de una esfera
pública mundial.
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