El arzobispo de Salta pronunció una homilía en la que exhortó a luchar contra
la droga y pidió a los narcotraficantes que "paren la mano.
Salta – “Desde la
fe, desde el compromiso cristiano, no podemos utilizar a los pobres al servicio
de intereses personales o políticos, afirmó el arzobispo de Salta, monseñor
Mario Cargnello, durante la homilía que pronunció en el Monumento 20 de
Febrero, en la celebración de la Fiesta del Milagro realizada en Salta.
Miles de personas (los cálculos oscilaron entre 500.000 y
800.000) acompañaron las imágenes de los Santos Patronos de Salta, el Señor y
la Virgen del Milagro, durante todo el recorrido desde la Catedral Básilica
hasta el Monumento 20 de Febrero y su regreso a la iglesia matriz de la ciudad.
En el monumento, Cargnello pronunció su homilía en la que
pidió buscar un nuevo espíritu marcado por la solidaridad y al dirigirse a los
dirigentes políticos y legisladores, dijo que “cuánto daño se hace al proponer
o aprobar leyes sólo porque son políticamente correctas sin importar el bien
común de los hijos y los nietos”.
Expresó que el compromiso con los pobres “no consiste
exclusivamente en acciones o en programas de promoción o asistencia sino, ante
todo, en una atención puesta en el otro considerándolo como uno conmigo. Desde
la fe, desde el compromiso cristiano, no podemos utilizar a los pobres al
servicio de intereses personales o políticos”.
También se dirigió al sector empresario al que pidió que “tengan
la mirada y la audacia para generar trabajo, cuidando la dignidad con el pago
justo”.
El purpurado agregó, que la educación es “una tarea que
sostiene el presente y asegura el futuro”, destacando que “nuestros niños y
jóvenes tienen derecho a una educación de calidad, que todos nos comprometamos
a incluir educando”. Asimismo, sostuvo que “para la Iglesia la educación
religiosa escolar no es una cuestión de proselitismo, sólo se pretende servir a
la humanización de la educación”.
También hizo referencia a la drogadicción y aludió a los
narcotraficantes a quienes que “paren la mano”. “No podés comer sobre el
cadáver de jóvenes que se nos mueren, no podemos construir un mundo de gente
que se arrastra con un vicio maldito”, dijo Cargnello.
Tras la homilía, se hizo la renovación del pacto de
fidelidad, ceremonia que marcó el momento culminante de la celebración. En
horas de la noche, las imágenes de la Virgen de las lágrimas, Cruz primitiva,
Señor y Virgen del Milagro retornaron al templo, al que ingresaron ante el
saludo de los fieles.
Informe: Agensur.info
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