Kicillof reconoció ante gobernadores que la economía "está en caída libre". |
Nacionales - Axel Kicillof reconoció ante los
gobernadores que la economía está en caída libre y los mandatarios lo ven
desconcertado y perdiendo influencia. El ministro no encuentra solución a los
apremiantes problemas económicos lo que alarma a los gobernadores por su desempeño
electoral en 2015. Además, ven que Cristina Kirchner no logra solucionar
ninguno de los problemas económicos cotidianos. ¿El regreso de Guillermo
Moreno?
Axel Kicillof está desconcertado. Esa es la conclusión que
sacaron algunos gobernadores que hablaron con él en los últimos días y con los
que no tuvo problemas en admitir que no le encuentra la solución a los cada vez
más apremiantes problemas económicos.
En esas charlas, vinculadas en principio a temas de gestión,
el funcionario reconoció que la economía está “en caída libre”. La admisión
causó estupor entre sus interlocutores, que escucharon atónitos a un Kicillof
que hablaba más como analista opositor que como ministro.
Los gobernadores escucharon otra frase que los dejó
estupefactos. “No hay manera de ganar una elección con la economía así”, reflexionó
Kicillof, que dejó entrever que sabe que la situación está fuera de control,
pero siempre analizando la situación como si nada tuviera que ver, como si
estuviera en la facultad.
Quienes lo escucharon hacer estas admisiones percibieron dos
cosas. La primera y más clara es que Axel está desbordado y no sabe qué hacer
para enderezar al menos un poco el rumbo de la economía. La segunda es que está
empezando a perder poder e influencia en el núcleo duro del Gobierno.
La primera percepción no es una novedad para quienes
frecuentan el Ministerio, que la atribuyen también a la falta de experiencia en
cuestiones operativas de los colaboradores de Kicillof. Por caso, fuentes del
mercado comentan con asombro que se haya lanzado el cambio de la sede de pago
de la deuda sin haber buscado un apoyo contundente de los acreedores.
Experimentados operadores explicaron que esa medida hubiese
sido mucho más efectiva si contaba con el acompañamiento de un porcentaje
concreto de los bonistas reestructurados, pero nunca se trabajó para
conseguirlo. Más allá de algunos respaldos, como el del abogado de bonistas
italianos, no hubo una estrategia de seducción para lograr un respaldo que sea
determinante.
Otro ejemplo de la inexperiencia de los funcionarios más
cercanos a Kicillof se dio en medio de las negociaciones para salvar del
default a Impsa, la empresa de Enrique Pescarmona. Cuando se debatió el tema en
Economía, los colaboradores del ministro sorprendieron con la mala y
desactualizada información que manejaban. Quienes participaron de esos
encuentros no podían creer que manejaran números tan malos.
En cuanta a la pérdida de poder e influencia, por estas
horas comenzó a avivarse una interna entre Kicillof y su entorno y el ala
política de La Cámpora. Cuando llegó a ministro, Axel se encargó por lo bajo de
dejar en claro que no pertenece al núcleo de la agrupación, aunque por mera
especulación de ambos lados esa diferenciación nunca se resaltó en público.
Lo que sucedió luego es que Kicillof empezó a ganar una
enorme influencia sobre Cristina, que dejó todo en sus manos, aun cuando los
indicadores no lo acompañaron jamás. El monopolio de la conducción en manos de
Axel fue leído hacia afuera como un triunfo camporista, aunque puertas adentro
crecieron los resquemores.
Ahora, con el barco económico fuera de control, esa
desconfianza de algunos líderes de La Cámpora empezó a exteriorizarse y ya no
ocultan algunas críticas. Una muestra de ello fue el ninguneo que sufrió
Kicillof en el acto de Argentinos Juniors, donde se lo había mencionado como
orador pero ni siquiera fue invitado al palco.
El descontrol es tan grande que hasta empezó a sonar cada
vez con más fuerza el regreso de Guillermo Moreno para tratar de ordenar
algunos de los frentes que Kicillof no puede controlar.
La suma de todas estas situaciones es la que está generando
cada vez mayor alarma en los gobernadores, que además ven que Cristina no logra
solucionar ninguno de los problemas económicos cotidianos. En definitiva, ellos
también piensan en lo que viene y, como bien dice Kicillof, “no hay manera de
ganar una elección con la economía así”.
0 comments :
Publicar un comentario