Rupturista, desafiante, mordaz, la obra de este "raro
inventor" produjo un corte radical en la poesía hispanoamericana, dando
origen a un nuevo modelo literario: el antipoema.
La poesía chilena se endecasilabó
¿Quién la desendecasilabará?
El gran desendecasilabador.
Nicanor Parra
"Durante medio siglo la poesía fue el paraíso del tonto solemne
hasta que vine yo y me instalé con mi montaña rusa". Con estas palabras
Nicanor Parra reconoce el impacto que su poesía causó en la literatura
nacional. El poeta que subvirtió de manera tajante la lírica chilena en su
época, nació en San Fabián de Alico, cerca de Chillán, en 1914, en el seno de
una familia campesina. Junto a sus padres y numerosos hermanos -Violeta Parra entre
ellos-, constituían una familia de clase media provinciana, sometida a la
precariedad económica y continuos cambios de residencia. En 1932 se trasladó a
Santiago para concluir los estudios secundarios en el Internado Barros Arana.
En esta institución trabó amistad con Jorge Millas, Luis Oyarzún y
Carlos Pedraza, con quienes compartió nuevas búsquedas literarias y artísticas.
En 1933, ingresó al Instituto Pedagógico de la Universidad
de Chile, para iniciar las carreras de matemática y física.
La personalidad inquisitiva y curiosa de Parra lo llevó a explorar todo
el horizonte literario y cultural que lo rodeaba, descubriendo diferentes
estilos, lenguajes y formas de arte contemporáneo. Este proceso traspasó toda
su producción poética y lo llevó a profundizar su propia estética. En su primer
libro publicado, Cancionero sin nombre (1935), incorporó la figura
métrica del romance, el desarrollo narrativo de los poemas y el hablante
poético como personaje de los versos. Según la crítica especializada, el modelo
de este poemario fue el Romancero gitano de Federico García
Lorca, aunque ya existen elementos que prefiguran la antipoesía. La sintonía
con el romance provino del conocimiento de la cultura tradicional campesina que
lo rodeó desde niño.
En 1943 viajó a Estados Unidos becado por el "Institute of
International Education" para continuar estudios de especialización, y los
amplió a partir de 1949 en Gran Bretaña. Este período lo conectó con la
literatura y cultura de Norteamérica y Europa, lo que potenció su labor
poética. Dos años después de volver a Chile, en 1954, publicó Poemas y antipoemas, el libro que
produjo un corte radical en la poesía chilena e hispanoamericana, y marcó la
irrupción del modelo antipoético. En este volumen desarrolló su propuesta
literaria, distinta de las que practicaban los creadores chilenos en ese
momento: la antipoesía. Sus versos
cargados de ironía, utilizan un lenguaje cotidiano, directo, con un ritmo que
se adapta a la circunstancia a la que se refiere.
La cueca larga (1958) muestra otra de las fuentes de inspiración de Parra: los
festivos ritmos populares chilenos, que parodia con destreza.
Desde este momento la producción de Parra se hizo prolífica: Versos
de salón (1962), Canciones rusas (1967),Obra gruesa (1969), Artefactos (1972), Sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1977), Nuevos
sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1979), Chistes para
desorientar a la poesía: Chistes parra desorientar a la policia(1983), Coplas
de Navidad (1983), Poesía política (1983), Hojas
de Parra (1985). Cada uno de estos libros revelan las premisas del modelo
antipoético y la capacidad del poeta para hacerlo evolucionar.
Esta extensa trayectoria posicionó a Nicanor Parra como uno de los
protagonistas de las letras chilenas desde la segunda mitad del siglo XX. La
influencia de su propuesta estética sobre la cultura nacional le valió obtener
el Premio
Nacional de Literatura en el año 1969. A los reconocimientos y
homenajes que ha obtenido en Chile, Premio Iberoamericano de Poesía Pablo
Neruda (2012), se han sumado importantes distinciones internacionales, entre
las cuales destacan el Premio Juan Rulfo en 1991, el Reina Sofía en 2001 y, en
2011, el Premio Cervantes, máximo galardón de la literatura en lengua hispana.
© Memoria Chilena
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