El libro que investiga la masacre escolar en Carmen de Patagones. |
Judiciales – A punto de cumplirse 10 años de la primera
masacre escolar en la Argentina, la causa civil está paralizada y nada se sabe
del autor de los crímenes, Juniors, el joven de 15 años que mató a tres
compañeros e hirió a otros cinco en su escuela de Carmen de Patagones. La
editorial Letras del Sur acaba de publicar el libro "Juniors, la historia
silenciada del autor de la primera masacre escolar de Latinoamérica", escrito
por los periodistas Miguel Braillard y Pablo Morosi.
El próximo 28 de septiembre se cumplirán 10 años del caso de
Juniors, el joven de 15 años que mató en el aula de su escuela de Carmen de
Patagones a tres compañeros e hirió a otros cinco con el arma de su padre, que
era agente de la Prefectura Naval Argentina.
En diálogo con NA,
Claudio Miranda, tío de Evangelina, una de las víctimas fatales, confirmó que
aún no se resolvió el juicio civil que le hicieron al Estado por daños y
perjuicios.
"Quedó todo en la nada. Nadie se atreve a firmar ningún
papel para que los familiares cobren el dinero", contó Miranda casi
vencido por la desesperanza.
Además, el hombre recordó que él ya se lo había adelantado a
su madre, la abuela de Evangelina, que falleció en 2007: "Yo le había
dicho a mi madre que no esperara nada que no nos iban a dar nada. Así está todo
en Carmen de Patagones, y en todos lados, siempre queda en la nada".
Evangelina Soledad Miranda, unas de las víctimas fatales de
la masacre, vivía con su abuela paterna y sus hermanas, ya que había sido
abandonada por la madre al nacer.
"Ella quedó en la línea de fuego. Su reacción de girar
el cuerpo fue estéril. Un proyectil le entró entre las costillas y la abatió en
el centro del salón", recordó el tío de Evangelina.
Detrás de la joven estaban Cintia Isabel Casasola, Natalia
Yanela Salomón y Nicolás Leonardi, también alcanzados por las balas".
El relato es un extracto del libro "Juniors, la
historia silenciada del autor de la primera masacre escolar de Latinoamérica",
que acaba de publicar la editorial Letras del Sur.
El libro escrito por los periodistas Miguel Braillard y
Pablo Morosi, es producto de una investigación que apunta a retratar al autor
de la tragedia de Carmen de Patagones, hurgar en su infancia, las
características de su familia, sus hábitos, sus gustos, sus fantasías.
En la introducción del libro, los autores explican que con
el trabajo que realizaron intentan además "recrear el clima y las
situaciones que rodearon al hecho, repasar las impresiones de aquel momento
estremecedor, cargado de dolor y perplejidad, rastrear el derrotero del joven
bajo la tutela del Estado y las decenas de informes diagnósticos que intentaron
desbrozar la lógica que lo llevó hasta esa decisión límite que no sólo cambió
su vida para siempre, sino que marcó a toda una comunidad aún conmovida por
aquel infortunio".
Por su parte Manuel Maza, abogado de diez víctimas contó a NA que las trece demandas civiles están
en el Juzgado Federal N° 2 de Bahía Blanca y se encuentran frenadas por los
trámites burocráticos.
"Los procesos son muy lentos porque son varios los
demandados. En la Corte provincial estuvieron más de dos años y ahora esperan
en los juzgados de Bahía Blanca", explicó el letrado.
Los demandados en el juicio civil son los padres de Junior,
quien hoy tiene 25 años, la Prefectura Naval -el arma que usó era de su padre
prefecto-, y la provincia de Buenos Aires porque el hecho ocurrió dentro de la
escuela provincial N° 202 Malvinas Argentinas.
En el libro que será presentado el próximo martes 16 a las
20:00 en Casa Cultural Quetzal, en el barrio porteño de Palermo, los autores
reconstruyeron en el primer capítulo el momento en el que Junior comete los
crímenes.
"Eran las 7:35 cuando se puso de pie. Dio tres pasos
hasta quedar a centímetros del pizarrón... En un movimiento que pareció
ensayado Juniors giró al tiempo que extrajo el arma de uno de los bolsillos
internos del abrigo...Desde la última fila, Graciela había visto a Juniors por
el hueco de un pupitre y le asombró que la expresión de su cara era la de
siempre, muy tranquila".
Y sigue: "Pamela recordó que cuando no pudo tirar más,
Juniors bajó la cabeza y salió para afuera, sin mirar nada más".
El relato indica que Juniors quitó el cargador de la
Browning que se había quedado sin municiones y lo arrojó detrás de la puerta. Y
salió al pasillo mientras colocaba un segundo cargador que tenía en la campera.
Al final del corredor vio al kiosquero Vicente Sofi que se
había asomado para observar lo que pasaba y también a él le disparó.
La bala rebotó en la pared y se incrustó cerca de una puerta
lateral. Intentó volver a disparar, pero el arma se le había trabado.
Dante (otro compañaero de curso) contó ante la Justicia que
tras el primer disparo se parapetó detrás de uno de los bancos y sólo se
levantó cuando escuchó "el ruido característico de cuando se gatilla y el
arma no tiene más balas".
" ¿¡Qué hiciste, boludo!? le recriminó, sin esperar
respuesta. Juniors estalló en un llanto cargado de angustia y se dejó caer de
rodillas.
Cerca de una de las puertas de acceso al edificio, el chico
fue interceptado por los policías y según quedó escrito en el acta de aquel
día: "no opuso ningún tipo de resistencia".
Hoy nada se sabe de Junior que hasta el año 2010 fue
tutelado por el área de Niñez de la provincia de Buenos Aires. Algunos dicen
que vive en alguna localidad del Gran Buenos Aires y otros que podría estar en
el norte del país.
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