"La salida de la
Argentina viene por el eje industrial"
José Urtubey: Cómo afianzar una burguesía nacional. |
Por Diego Genoud
Es, por donde se lo mire, el más oficialista de los
empresarios que conviven en la Unión Industrial Argentina. José Urtubey es
vicepresidente de la central empresaria pero además hermano del gobernador
peronista de Salta.
A los 39 años, el dueño de Celulosa Argentina encarna el recambio generacional que llega en cuentagotas a la UIA. Aunque cuestiona la ley de abastecimiento de Axel Kicillof –“es mala e inoportuna”- y dice que Argentina debe salir de la primarización de la economía, Urtubey se diferencia de Héctor Méndez todo lo que puede. “No soy un exégeta de Héctor. Habría que preguntarle en qué basa sus declaraciones”, responde. Además, sostiene que hace falta afianzar una burguesía nacional, el anhelo trunco del kirchnerismo, y reclama que vuelvan al país los 200 mil millones de dólares que los argentinos tienen en el exterior.
A los 39 años, el dueño de Celulosa Argentina encarna el recambio generacional que llega en cuentagotas a la UIA. Aunque cuestiona la ley de abastecimiento de Axel Kicillof –“es mala e inoportuna”- y dice que Argentina debe salir de la primarización de la economía, Urtubey se diferencia de Héctor Méndez todo lo que puede. “No soy un exégeta de Héctor. Habría que preguntarle en qué basa sus declaraciones”, responde. Además, sostiene que hace falta afianzar una burguesía nacional, el anhelo trunco del kirchnerismo, y reclama que vuelvan al país los 200 mil millones de dólares que los argentinos tienen en el exterior.
-¿Coincide en que
este año el Día de la Industria es un día de tristeza como afirmó el presidente
de la UIA?
-Ha sido un día de trabajo, como todos. Este semestre
tuvimos una caída de 3 por ciento de la actividad, si lo comparamos con los
mismos meses de 2013. La caída estuvo timoneada por la industria automotriz que
está afectada por factores endógenos y exógenos. La situación económica de
Brasil, a donde exportamos las dos terceras partes de lo que se produce en el
país, y entre los factores endógenos el proceso inflacionario que se inició en
enero. El principal desafío es ver cómo combatimos esa inflación sin que se
caiga la actividad económica.
-La caída de la
actividad ya generó destrucción de empleo.
-En el primer trimestre, el empleo fabril cayó un 1,2 por
ciento y en el segundo trimestre un 2 por ciento. Pero el acuerdo en el Consejo
del Salario no es menor, hay que mantener la fuente de trabajo.
-La suba del 31 por
ciento que se acordó está por debajo de la inflación.
-Hay que ver cómo termina el año. Que se haya arribado a un
acuerdo es algo positivo.
-Méndez dijo esta
semana que los empresarios siempre están con el poder. ¿Coincide?
-No soy un exégeta de Héctor Méndez. Son declaraciones
individuales. Habría que preguntarle en qué basa sus declaraciones.
-Citó el caso de las
grandes empresas que apoyaron a Hitler durante la Alemania nazi.
-Es un momento de prudencia y el rol del empresario no debe
estar politizado. Son declaraciones subjetivas e individuales.
La trampa de la
primarización
-¿Qué se está
discutiendo al interior de la UIA hoy?
-La competitividad sistémica, inclusive lo charlamos con la
Presidenta. Cómo volver a una competitividad pero no sólo a partir de una única
variable. Políticas tributarias, comerciales, financieras, productivas; para
las economías regionales reintegros de exportaciones, devoluciones de IVA,
agilización en mecanismos de ingresos de insumos para la producción industrial,
financiamiento al sector productivo aspectos logísticos, la cuestión energética
… Es una agenda amplia.
-Pero el tipo de
cambio competitivo es lo primero que aparece.
-Sí, pero es un error discutir competitividad a partir del
tipo de cambio. Para nosotros es una variable más.
-Hay un déficit
estructural en la industria de los años del kirchnerismo.
-Hay dos desafíos. Cómo potenciar la logística que permita
mayor conectividad en las distintas regiones en relación al puerto, sobre todo
me refiero a infraestructura ferroviaria. El Belgrano Cargas permitiría bajar
costos logísticos y dar mayor competitividad a las economías regionales del
Norte. Para que transportar un container de Salta a Rosario no nos cueste lo
mismo que de Rosario a Turquía. El otro desafío es diversificar la matriz
energética.
-¿Cuál es el balance
que hace usted del ciclo que se inicia en 2002/2003?
-Sacando este último semestre como decía, el mayor logro fue
sin lugar a dudas que se duplicó el PBI industrial y se triplicaron las
exportaciones. También se diversificó un poco la matriz productiva industrial.
Pero la coparticipación todavía está pendiente y sigue pendiente salir de la
primarización de la economía, no sólo en Argentina sino en toda la región. Hace
falta agregar valor a nuestros productos primarios.
-Sin embargo, la
Presidenta insiste en que Argentina es el único país de la región que no
reprimarizó su economía.
-Revertir una tendencia que viene desde 1930, cuando éramos
el granero del mundo y tendríamos que haber pasado a una incipiente fase
industrial, que se dio algo en el desarrollismo de Frondizi. No se puede
revertir en una década una tendencia que lleva ya casi 100 años.
La burguesía que no
fue
-¿Fracasó el
kirchnerismo en el intento de crear una burguesía nacional?
-No puedo hacer un análisis histórico de un gobierno que
todavía no terminó su mandato. Creo que en Argentina la década de los noventa
fue un período muy complejo, en dónde se perdió mucho de la matriz industrial.
-¿Existe ese sujeto de la transformación que quería el gobierno?
Comparado con países como Brasil, todavía nos falta afianzar
una burguesía nacional en Argentina. No es responsabilidad sólo de un gobierno
sino que también tiene que ver con el comportamiento empresarial. Nos va a
llevar décadas afianzar un espíritu de burguesía nacional.
-Parece difícil.
Incluso su empresa, Celulosa Argentina, está asociada con un fondo de inversión
norteamericano.
-No, no. Siempre tuvimos el control nosotros. Hoy el mayor
porcentual de las acciones no lo tiene ningún fondo de inversión, lo tenemos en
Argentina.
¿La economía
argentina sigue siendo más rentista que productivista?
-Hoy en día, sí. Sigue vigente esa concepción.
-¿Y cuál es el modelo
posible para las empresas, a su criterio?
-Arcor es una representante clara de la burguesía nacional,
Techint también lo es, AGD es otro caso.
-Entonces usted cree
que el camino es convertirse en multinacionales.
-No, también en el mercado doméstico hay experiencias
interesantes. Si vamos a las medianas, todo lo que tiene que ver con el cordón
colindante de la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba. Las PYMES son el
motor de la Argentina y eso es burguesía nacional. Hay que diversificar la
matriz productiva.
-Grobocopatel por
ejemplo dice que la industria sigue viviendo de la teta del Estado y no se
reconvirtió como hizo el campo en las últimas décadas.
-No, no creo. La antinomia campo-industria está superada.
Las cadenas de valor están mucho más integradas. Si creo que hay una
concentración territorial muy marcada y que hace falta llevar la
industrialización al interior del país.
-¿Argentina debe
apostar a Brasil y a China?
-Sí, pero con matices. Hoy el MERCOSUR sigue teniendo
fallas, hoy es una gran conexión entre Buenos Aires y San Pablo, grandes
centros urbanos que se conectan. Hay que trabajar regionalmente, hay
posibilidades de conectar cadenas de valor y generar competitividad en lo que
tiene que ver con el norte de Argentina y con el norte de Brasil. Los
corredores bioceánicos pueden hacer transitar mercaderías que vayan del
atlántico al pacífico sin tener que pasar por el centro del país. En el caso de
China, el mundo es multipolar y la relación es estratégica. Pero teniendo en
cuenta que hay que evitar desbalances con el ingreso de mercaderías con dumping
y tratar de salir de la primarización de la economía para pasar a la faz
industrial.
La oposición
-¿Qué es lo que cree
que no tiene vuelta atrás de estos años?
-El concepto de desarrollo sostenible. El crecimiento
económico tiene que venir de la mano de inclusión social y con respeto
medioambientales en la producción. El año 2008 enseñó que debemos seguir
teniendo una correcta administración de comercio hasta que alcancemos el
desarrollo. No se puede tener una posición aperturista indiscriminada en el
comercio exterior ni en el interior.
-¿Usted dice que ese
tipo de premisas están presentes en la oposición?
-Hasta ahora sólo escuché hablar de personas pero no de planes
de gobierno. ¿Escuchaste a los candidatos de federalismo económico, de
plataformas, de bases programáticas? Yo no. De todas maneras, hoy no me imagino
ningún candidato que diga yo tengo una posición sobre una economía netamente de
servicios. Está claro que la salida de la Argentina viene por el eje
industrial. En eso van a coincidir todos.
-¿Y qué debería
cambiar la clase empresarial para asumir los desafíos que usted menciona?
-Yo no pontifico desde afuera porque soy parte de la clase
empresarial. Pero como autocrítica pienso que hay que trabajar en la
articulación público-privado. Hoy, aunque nadie te lo diga ciertamente, tenés
200 mil millones de dólares de ahorro argentino en el exterior. Hay que volver
a invertir en el país y traer el ahorro argentino al país.
-¿Por qué cree que es
tan baja la tasa de inversión en Argentina?
-El mundo va a necesitar y necesita mucho de lo que
Argentina produce. Si logramos mayores niveles de institucionalidad, eso va a
ayudar. Habría que duplicar o triplicar la inversión, llegar al 24 o 25 % en
los próximos años.
-La oposición piensa
que recién cuando cambie el gobierno llegarán las inversiones.
-Acá no hay soluciones mágicas. Tendrían que mostrar un plan
consistente para hacer tamaña aseveración.
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