Por Ana Gerschenson |
Somos todos buitres. Todos antipatria. La oposición, los
medios, los sindicalistas que hacen paro el jueves próximo.
"Queda clara la posición de medios de comunicación
opositores al Gobierno, que son en definitiva adalides e instrumentos de fondos
buitre. Queda claro que son instrumentos de los fondos buitre los sindicatos
supuestamente opositores al Gobierno. No son opositores al Gobierno. Están
financiados y bancados por los buitres los medios de comunicación, los
sindicatos y los partidos políticos que claramente están a favor de los fondos
buitre", dijo hoy suelto de cuerpo el jefe de Gabinete de la Argentina,
Jorge Milton Capitanich.
El problema, a esta altura, es que al Gobierno se le ven los
hilos de la obra que se esfuerzan en montar, en la que esta vez el enemigo se
llama Buitres.
Todo lo que no sea kirchnerista, es buitre. Le ha dado
rédito a la Presidente en los últimos dos meses de crisis financiera a partir
del default. El poder económico concentrado internacional y los especuladores
habían vuelto a atacar a la Argentina desde Wall Street.
Hubo una dosis de verdad en el planteo, porque el fallo del
juez Thomas Griesa no es respaldado puntualmente ni siquiera por Estados
Unidos.
Pero el kichnerismo siempre va por más. Siempre reacciona de
manera idéntica: asusta con dramatismo. Y lo que alguna vez fue “destituyente”
(el campo, los medios, el duhaldismo) hoy es “estar del lado de los buitres”
que quieren hundir a la Argentina.
Haga lo que haga, diga lo que diga, aquel que por estos días
critique al gobierno de Cristina y no apoye sus proyectos sin cuestionamientos
es un “buitre” antipatria. Lo repiten la Presidente, los ministros, el jefe de
Gabinete, con el libreto estudiado.
El problema es que los años pasan, los enemigos imaginarios
van cambiando y al Gobierno se le nota demasiado que especula políticamente
para que no se hable de lo que niega.
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