Timerman desmintió que se haya espiado a tuiteros críticos. |
Nacionales – Como “datos falsos o, directamente,
inventados”, calificó el canciller Héctor Timerman las informaciones sobre
espionaje a tuiteros que apoyan al fiscal José María Campagnoli. La fiscal kirchnerista
Cristina Caamaño, hizo una denuncia contravencional por hostigamiento contra un
grupo de tuiteros por lo que el Gobierno envió un pedido de cooperación
judicial a la agencia norteamericana Homeland Security.
El Gobierno cayó en otro acto de esquizofrenia al desmentir
el escándalo del espionaje a tuiteros críticos que reveló Clarín y propalar al mismo tiempo a través de la agencia Télam nuevas denuncias contra ellos.
El escándalo estalló luego que el periodista Daniel Santoro
revelara que el Gobierno envió un pedido de cooperación judicial a la agencia
norteamericana Homeland Security para conocer los datos personales de un grupo
de tuiteros que apoya al fiscal José María Campagnoli, suspendido por
investigar a Lázaro Báez.
Este departamento es una poderosa dependencia de la Casa
Blanca -el tercer ministerio en tamaño- creado tras el 11-S con el objetivo de
proteger a ese país de los ataques terroristas. Bajo su órbita están las 24
agencias federales de seguridad.
Según la nota de Santoro, el proceso comenzó en enero cuando
la fiscal Cristina Caamaño, enviada por el kirchnerismo para intervenir la
fiscalía de Campagnoli en Núñez-Saavedra, hizo una denuncia contravencional por
hostigamiento contra un grupo de tuiteros.
Miembros del equipo de Campagnoli, a su vez, hicieron una
denuncia penal contra Caamaño por abuso de autoridad. En su apuro por quedar
bien con la Casa Rosada, esta fiscal llegó al extremo de desarticular a este
equipo de investigadores y esparcirlos en distintos destinos.
Luego la fiscal Daniela Dupuy impulsó una causa en su fuero
-es el que investiga los ruidos molestos, por ejemplo- y solicitó al jefe de la
División Delitos Tecnológicos de la Policía Federal, Walter Bernal, que arbitre
“todos los medios a su alcance” para recabar datos de los tuiteros denunciados.
Se trata de @SergioFDoormann, @richito18,
@eleduMOP, @ProcuLegitima, @Vigoroth92, @CarlBonifatti74%, @mariaFerrante,
@anamagarupstre, @scarlet1864, @anabelochio, @andres.
Esquizofrenia
Luego que estalla el escándalo por la nota de Santoro, la
Cancillería que encabeza Héctor Timerman sacó un comunicado para atacar a Clarín con el palabrerío tradicional:
“El presente comunicado, a la vez que sirve para informar que la Cancillería no
ha realizado las gestiones ante el gobierno de los Estados Unidos descriptas
por Clarín, sirve para alertar a la
población que no se deje engañar por campañas de medios y personas que
invocando poseer información tienen como único objetivo engañar a sus
consumidores”, señaló en su texto el Ministerio de Relaciones Exteriores.
“La de hoy es una más, seguramente no la última, que luego
se demuestra están basadas en datos falsos o, directamente, inventados”, dice
otro pasaje del comunicado de Timerman.
Así, con este insólito parte, la Cancillería logró atacar a
los medios sin brindar absolutamente ninguna explicación. En el borde del
ridículo, el comunicado de Timerman llega a decir incluso que el artículo de
Santoro está "basado en datos falsos o directamente inventados"
cuando la nota está basada en un documento que el Homeland Security mandó a la
empresa Twitter en San Francisco y ésta a los tuiteros críticos investigados en
una causa contravencional.
El pedido al Homeland Security fue tan ridículo, que
Washington comunicó a los tuiteros que apoyan al fiscal Campagnoli que se cerró
la investigación en su contra porque se trata de opiniones políticas y no temas
penales.
Santoro volvió a escribir sobre el tema y aseguró que “el
intento de desmentida de Timerman habla de una "campaña" como si el
pedido del gobierno argentino no existiera y él no fuera parte de la misma
administración que puso en marcha este mecanismo de cooperación internacional
-preparado para investigar la pedofilia- no hubiese existido”.
El burdo recurso del Gobierno para desligar a la Cancillería
fue operado a través de la agencia oficial Télam,
que en un cable aseguró que “la solicitud fue de la propia justicia” y que “en
rigor, la denuncia fue presentada en el mes de marzo por la fiscal Caamaño
luego de recibir decenas de amenazas a través de la red social Twitter, con el
objetivo que se procediera a investigar la existencia de los delitos de
hostigamientos y informáticos”.
Quién es Caamaño
Cristina Caamaño fue funcionaria de la actual gestión
nacional: En 2010, Cristina Kirchner la llevó al recién creado Ministerio de
Seguridad, a cargo de Nilda Garré, luego de su trabajo como fiscal en el crimen
de Mariano Ferreyra, que terminó con la condena del sindicalista José Pedraza a
15 años de prisión.
La Presidenta había sacado esa cartera de la órbita de
Aníbal Fernández y le ofreció entonces a Caamaño el cargo de titular de la
secretaría de Seguridad. Con la llegada de Sergio Berni, pasó a cumplir
funciones como secretaria de Cooperación con los Poderes Judiciales, hasta que
le aceptaron la renuncia con la llegada al frente del ministerio de María
Cecilia Rodríguez.
El 13 de diciembre del año pasado, la Procuración General de
la Nación designó a Caamaño en la Fiscalía de Instrucción de Distrito de los
barrios de Saavedra y Núñez, en reemplazo de Campagnoli, que fue destituido de
su cargo tras un pedido de la procuradora general Alejandra Gils Carbó.
Pese a los vínculos innegables entre Caamaño y el Gobierno,
según Télam la propia fiscal reafirmó la posición de la cancillería argentina y
señaló que “el gobierno nacional no tuvo ningún tipo incumbencia en este caso,
todos los procedimientos y pedidos de información fueron cursado por la
justicia porteña a través de las divisiones de delitos informáticos”.
Y lo más curioso de la desmentida es que la propia agencia
oficial confirmó que Caamaño volvió a denunciar este martes a los tuiteros: la
fiscal aseguró a Télam que “desde el
día de ayer comenzaron a amenazarme nuevamente desde Twitter con frases como
“nos querés mandar al FBI hija de puta” o “devolvele la fiscalía a Campagnoli”,
y al principio me tomó por sorpresa ya que desde el día que radiqué la
denuncia, no volví a estar en contacto con la causa”.
Caamaño se volvió a perder la oportunidad de utilizar la
herramienta de bloqueo de usuarios que brinda Twitter, como en marzo, cuando
prefirió recurrir a la inteligencia norteamericana pese a la retórica
antiimperialista que intenta instalar Cristina Kirchner.
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