Por Ana Gerschenson |
El diputado nacional Julio Cobos se convirtió el sábado
último en el primer diputado argentino en visitar las islas Malvinas después de
la guerra de 1982. Y también en el primer legislador nacional en tener su
pasaporte sellado por el Falkland Islands Government (Gobierno
de las islas Malvinas) al ingresar al archipiélago
austral, técnicamente territorio argentino.
La presencia del mendocino, quien también es precandidato a
presidente, se dirime entre el eventual antecedente que genera su viaje en el
marco del reclamo argentino y la vital importancia de la presencia de un
dirigente nacional en las islas de la que tanto hablan los políticos
argentinos, pero ninguno conoce.
Recién en 1999 los ciudadanos con documentación argentina
pudieron volver a pisar suelo malvinense, prohibido por los británicos desde el
conflicto bélico. Ese año, en el marco de la política de seducción a los
kelpers, que llevó adelante con vehemencia el ex canciller Guido Di Tella, se
firmó su acuerdo con Londres en el que se establecía que para visitar las Islas Malvinas, un ciudadano argentino
necesitará un pasaporte argentino válido por la
duración de la estadía prevista, y
precisaba en su segundo punto que los
pasaportes argentinos presentados por visitantes serán
sellados sobre las mismas bases que cualquier otro pasaporte presentado por
visitantes a las islas.
Justamente, uno de los principales opositores a este
entendimiento con el Reino Unido, fue el fallecido embajador Lucio García del
Solar, de origen radical, como Cobos.
En una columna de opinión publicada en el diario Clarín
luego del acuerdo de 1999, Del Solar recordó que en 1971, en conversaciones
bilaterales con Londres, a la pretensión británica de que los visitantes
argentinos viajaran con pasaporte, nuestra diplomacia de aquel entonces,
juzgando inaceptable semejante requisito para hacer pie en un territorio que se
considera nuestro, propuso la cédula de identidad. Rechazada por la parte
británica, la cuestión se resolvió con un documento neutral: el Certificado
Provisorio, conocido como la tarjeta blanca, que fue usada para los viajes
tanto de los argentinos como de los malvinenses.
Del Solar hizo historia siendo representante argentino ante
Naciones Unidas en 1965, año en el que logró que la ONU votara la resolución
2065, que insta a la Argentina y el Reino Unido a sentarse a negociar la
soberanía de Malvinas.
Otro diplomático de carrera, hoy ligado a UNEN, César
Mayoral, también expresó su sorpresa por el viaje de Cobos. El ex embajador
ante la ONU y China, aseguró El Cronista que llama
la atención el hecho de entrar con un pasaporte
argentino a un territorio que reivindica la Argentina.
Opuesta, por supuesto, es la postura del ex vicecanciller de
Di Tella, Andrés Cisneros.
Consultado por este diario sobre el viaje del diputado
mendocino, afirmó que el fetichismo del pasaporte es un
error. Porque no genera mayores derechos para Gran Bretaña, en razón de la
condición jurídica que la ONU le reconoce es como ocupante de las islas y
existe el paraguas de soberanía.
El paraguas de soberanía es el mecanismo por el cual Londres
y Buenos Aires acordaron en 1989 que ninguna de las negociaciones bilaterales
afectaría el status quo sobre el reclamo de ambas naciones.
¿El sellado del pasaporte del diputado nacional Julio Cobos
quedó resguardado bajo ese paraguas o genera un antecedente de reconocimiento
del gobierno de las islas Malvinas que perjudica a la Argentina? La respuesta en la diplomacia,
con claridad, no es unánime.
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