Miguel Ángel Pichetto también pide que Boudou tome licencia. |
Nacionales - Un
senador del Peronismo Federal, que no estuvo en la sesión del jueves pasado
cuando prohibieron a Amado Boudou encabezarla, relató a LPO un diálogo que tuvo con Miguel Pichetto en esos días críticos.
“Miguel sabe que defender a Boudou nos lleva puesto y quiere que se tome una
licencia. En eso estamos”, confesó, como si se tratara de un miembro de su
bloque.
El legislador no fue el único ausente de la sesión que el
vicepresidente no presidió por pedido del propio jefe de bloque del kirchnerismo,
con el respaldo del resto de las bancadas.
Curiosamente, no pisaron el recinto senadores oficialistas o
aliados fijos como María Laura Leguizamón, Rolando Bermejo, Roxana Latorre y
José María Roldán.
Aunque la excusa del faltazo de Boudou fue asegurar el
quórum, la oposición nunca insinuó que iba a frustrar el tratamiento del
proyecto sobre inmunidad de Bancos Centrales extranjeros, único tema de la
sesión especial.
Por el contrario, la UCR le dio dictamen esa mañana en
comisión y anticipó que sólo le solicitaría a Boudou que se tomara licencia
pero sesionaría igual. Y Rubén Giustiniani, del socialismo, ratificó que no
quería pisar el recinto si Boudou presidía la sesión pero que luego volvería a
tratar el tema en cuestión.
¿En qué se basó Pichetto entonces para asegurar que la
presencia del vicepresidente complicaba el quórum? En el Senado no hay quien lo
dude: Fue su jugada para empezar a despegar a su bloque de las peripecias del
vice y forzar a Cristina a que lo aparte de su cargo, que implica presidir las
sesiones del Senado.
De hecho, Gerardo Morales, jefe del bloque UCR, dejó
trascender que el propio Pichetto le había solicitado que intentara convencer a
Boudou de ausentarse de la sesión y dejar que la condujera el santiagueño
Gerardo Zamora.
“Lo cierto es que todas esas cosas el jefe de bloque del
kirchnerismo las habla siempre con Cristina. No sé qué hizo esta vez”,
bromeaban en la UCR, ante al desaire al vice.
Sin embargo, viejos lobos de mar del Senado creen que la
conspiración de Pichetto contra Boudou durará lo que dure Cristina en llamarlo
al orden con un telefonazo directo. De hecho, cada vez que la Presidenta quiso
frenar una rebeldía de los senadores de su bloque, le bastó con un llamado.
Ocurrió cuando se debatió el pliego de César Milani como
jefe del Ejército: Pichetto se animó a trabajar en el bloque un consenso para
rechazarlo, pero una presión de la Casa Rosada lo obligó a dar la cara en el
recinto para defender lo que antes había criticado.
Sin embargo, nadie quiere arriesgar un desenlace a esta
pulseada. Ahora el Gobierno está sobre el final de su ciclo y habrá que ver cuánto
capital político quiere seguir consumiendo Cristina para sostener a su
vicepresidente, que empezó a ser visto en el peronismo como un lastre para la
campaña que se avecina. Una licencia desde ahora le permitiría a aquellos que
tienen que revalidarse con los votos, caminar más sueltos.
La incógnita ahora es saber si Amado Boudou va a presidir la
sesión del 30 de julio, cuando visite el recinto Jorge Capitanich para dar su
informe de gestión. De no hacerlo, su destino en el Senado estaría sobre las
cuerdas.
Informe: LPO
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