[Las deudas, aquí y en todo el mundo, se pagan]
Por Martín Risso Patrón |
«... Argentina está
sometida a la jurisdicción de los tribunales federales de Nueva York, a lo que
Argentina dio su consentimiento.»
[Fallo ,hoy firme,
del Juez Federal neoyorquino Thomas Poole Griesa, 84,
sobre el Juicio a la República Argentina]
«... no vamos a negociar bajo cualquier
condición...»
[Kicillof,Axel, 42,
ministro de economía de la República Argentina]
¿Cómo se entiende esto?
La administración federal del patrimonio de la
República, según lo estatuye la Constitución Nacional, es responsabilidad del
Poder Ejecutivo, cuyo ejercicio periódico de cuatro años es ejercido por una
persona electa en comicios generales y libres, quién libremente selecciona a
sus colaboradores a los que se menciona como ministros. Por otro lado, con
intervención del Congreso de la República, el poder administrador ya
mencionado, puede contraer deudas financieras con otros Estados soberanos, bajo
las condiciones que se fijen en las cláusulas contractuales correspondientes, que
serán ley para las partes, a todos sus efectos.
Como Persona de Derecho, la República Argentina
constituye una unidad en el tiempo y en el espacio, mientras permanezcan las
condiciones que la consagran como tal en el universo de Estados soberanos del
planeta, que la legitimen con sus respectivos reconocimientos y lazos
diplomáticos y de hecho [culturales, históricos, etcétera]. Esta última
circunstancia tiene importancia crucial para los contratos financieros
internacionales que suscriben los gobiernos cada cual a su turno.
Sencillamente, porque, las contrapartes no firman con un gobierno, ni con un
partido político, ni con una persona o conjunto de personas, sus convenios.
Firman con un Estado. Y todos sabemos que las contrapartes pueden ser Estados,
o simples paseantes o prestamistas, o usureros, o símil aves rapiñeras, en
sentido figurado, claro. Para el caso que motiva este despacho, la República
Argentina es contraparte de personas, profesionales de las finanzas que viven
de eso... de hacer guita con el laburo ajeno por la ineptitud y la corroída
administración pública. Las deudas se pagan aquí [aunque no tanto, aquí], como
en las Europas o el Imperio.
Poner la cara
La presidente de todos y todas, y el ministro de
Economía pusieron la cara, por primera vez, según mi modesto criterio, con
seriedad y sin cachondeos. Incluso advertí cierto sutil canguelo en ambos.
Fueron explícitos y claros: estamos en el horno, y tenemos que pagar lo que los
pacientes carroñeros amasaron más de una docena de años, haciendo más y más
guita con sólo presentar papeles de reclamo. Eso sí, hubo soberbia antes del
canguelo y la seriedad de ahora: No se pagará... buitres... negocien
lo que les ordenamos, miesca... etcétera.
Lo que transcribo ahora es parte del fallo del
señor Griesa, del año 2012, que es el que hoy nos indigesta gravemente a los
argentinos y argentinas: “[...] Sin duda, se presenta una circunstancia
fuera de lo común del carácter más grave con las continuas declaraciones de la
presidente de Argentina y los miembros de gabinete de que Argentina no
respetará ni cumplirá los fallos actuales del Tribunal de Distrito y el
Tribunal de Apelaciones en el litigio del que Argentina es parte. [...] Es
la opinión del Tribunal de Distrito que esas amenazas de incumplimiento no
pueden desoírse y que es necesario tomar medidas. [...]" Un argumento
de hierro para sostener un fallo más duro todavía en contra de nosotros, los
deudores internacionales. Entonces que Kicillof mejor se calle: Las
deudas se pagan según las condiciones pautadas por contrato, no hay más que
echarle a la olla, y más, se pagarán allá,donde están los jueces que nos juzgan
por empatadores. Qué triste.
Pero esto no es de ahora
Queda claro que hay una cadena causal en esto que
hoy culmina en el garrón. A la deuda no la inventaron los Kirchner; la
inventaron los salvadores de la Patria que rajaron a De la Rúa, quién había, a
su vez, hecho lo posible también por quebrar la economía nacional con su
lasitud o flojera para gobernar.
No olvidar que intervinieron los más importantes
alfiles del capitalismo sin patria, de los cuales Cavallo fue el más
contundente: Tomar créditos, estatizar deuda privada [internacionalizándola],
paralizar la industria, privatizar la Economía primaria y de servicios
estratégicos y esenciales [comunicaciones,ferrocarriles, YPF, la previsión
social, la fábrica de pirulines, la tecnología militar], la administración del
país, vea, si quiere que sea breve. El empate eterno y ficticio 1-1 del criollo
peso con el viejo verde. Bajarse los lompas: “Relaciones carnales con
estados unidos de Norteamérica”, dijo el arriba nombrado,y desde
entonces LTA, como dijo mi filósofo de cabecera que se ataba el balón en el
botín. Después de de la Rúa quedamos acorralados en corrales de distintos
tamaños. Hubo para todos, vea.
Luego comenzó la década. En la primera
etapa, una pinturita, según registra la Historia. Él, que la
tenía clara, juntó los verdes y abarrotó las reservas del Central; planteó
la negociación abriendo los corrales, recuperó la previsión social. La
demagogia de Laclau & Sra., que se salía de la vaina, todavía habría de
esperar lo único que necesitaba para entrar y hacer desastres, lo único que
daría el pasaporte al caos del circo y del pan que todavía quedaba... La Parca,
Doña, la huesuda que se lo llevó quién sabe dónde.
De todo para todos y todas, dijo
Las reservas se hicieron así de chiquitas; los
planeros industria nacional, así de grandes, la Chevron,como es y será siempre,
la Vaca, se murió; YPF para qué, no se sabe... La Patagonia en privatización
permanente en manos de testaferros punteros... Como hay que sostener el
Relato, hay que llenar de plata los bolsillos de la gente. A imprimir, se
ha dicho. De todos los tamaños y colores. Y lo peor: La deuda no se paga,
corococó, cantaban en el Patio de las Palmeras, sobre todo cuando venía ese
otro hoy difunto de los Llanos venezolanos.
Carne, bicicletas, autos, pescados, camiones,
calzones, heladeras, pantalones vaqueros para todos y todas. Y a lo ricotero
nomás, el festival siguió hasta que el ángulo de embole de los susodichos llegó
al sector rojo del manómetro, y dijeron ¡basta...!
Fue entonces que Don Griesa que la tiene gruesa,
parece, a la pluma de firmar sentencias, no se me vaya pa’l lao de los tomates
Dona Clota, por dios, hizo valer lo que ya estaba firmado por el Gobierno
argentino, en representación del Estado republicano que somos:Aplicó la
siniestra cláusula mediante la que se resignó la Soberanía nacional. Eso
solo nos hace doler el alma, vea. Cómo cuál cláusula, Doña: Someter a
la República a los tribunales del Imperio. Para explicarnos esto, no hay
jurisprudencia más que la que nos señala los tratados nazi-fascistas con los
Estados la Europa central de los años 30. Basta.
Hay que pagar
Con las orejitas chatas, Kicillof y Capitanich
dieron hoy señas de canguelo. Pero les sale del alma,vez, la soberbia: “El
Estado cumplirá con la Constitución Nacional...” afirmó lo más trucho don
Coqui en la conferencia de prensa después de la catártica charla con los
representantes del Pueblo en el Congreso. No lo puede evitar, y yo tampoco
evitaré encajarle de cross que el Estado somos todos
nosotros, la Constitución también lo es...Que si él quiso decir “pagaremos”,
se habrá referido al Gobierno del cual forma parte como empleado bien pagado,
por cierto. El poder administrador que no administra. Pero que la plata la
pondremos nosotros: jubilados, laburantes, todos y todas; y lo que es peor, que
ya no se podrá forzar más la máquina de imprimir papel pintado para hacerlo.
La fiesta de los Méndez, recuerde Doña que
no lo nombro por cábula,los Cavallo, los Duhalde [por dios], Ella misma
y su cáfila... todos todos todos los de la Década, deberán rendirnos cuentas.
Que para estas épocas todavía están bajo jurisdicción de los tribunales
republicanos, esos mismos, los nuestros, los argentinos. A no ser que
Campagnoli sea destituido y se nos acaben los Fiscales, y debamos degustar la
atrocidad de este siniestro banquete que nos tiene de invitados de piedra.
Edición
impresa en Semanario "Nueva Propuesta", Salta
Digital: www.agensur.info
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