La escuadra brasileña
entró en cuartos de final al vencer por penales a un Chile que lo enfrentó jugándole
de igual a igual. Solamente la suerte fue lo poco que mostró la verdeamarelha.
Brasil pasó a cuartos de final por penales, tras sufrir ante un equipo chileno que le jugó de igual a igual. (Foto: AFP) |
Brasil – Hizo
falta llegar a los penales para determinar quién se quedaba en el Mundial.
Brasil puso en evidencia todas sus falencias, Chile ratificó todo lo bueno que
había hecho hasta aquí. Los de Filipao no pudieron, los de Sampaoli no se
animaron a ganarlo.
Planteos ajedrecísticos para el comienzo. Chile procurando
cortar el circuito medio poblando el sector de gestación y conteniendo las
subidas de Marcelo y los desequilibrios de Neymar. Aún cuando esto significaba
resignar ofensiva porque obligaba a Alexis y a Vidal a jugar demasiado
retrasados. Pero pese a que Chile no inquietaba, lo concreto es que anulado su
sistema a Brasil solo le quedaba el camino de la pelota parada. Los de Sampaoli
no tienen altura y esa defección podía ser bien aprovechada por los locales.
Y fue por esa vía que llegó el gol en un infortunio de Jara
y el trámite del partido entonces cambió de rumbo. Ahora Chile debía salir a
buscarlo con el riesgo de dejar espacios para el juego de los hombres de
Scolari. Apuraban los trasandinos sin demasiada eficacia porque Brasil se
defendía con corrección, cuando llegó el error increíble de una defensa que ya
había dado muestras de insolvencia para que el del Barcelona anotase un empate
casi impensado, que conmovió y desordenó al amarelho.
Cualquiera de los dos se pudo ir al descanso en ventaja.
Brasil porque salió desesperado a buscarlo, Chile porque siguió aprovechando
las ventajas que su rival le daba en defensa. Y no cambiaron las cosas en el
complemento.
Chile llevando el partido al terreno que más la convenía.
Metiendo presión en la salida y arrimando con insistencia al área de Julio
César. Los rojos crecían proporcionalmente al nerviosismo brasilero. Le
anularon un gol dudoso a Hulk, pero también lo tuvo Aránguiz. Y entre Chile que
no se animó a ganarlo cuando podía, que no tuvo la audacia necesaria y Brasil
que se diluyó en intentos fallidos llegó el alargue.
Y en el suplementario Brasil, empujado por su público salió
más decidido a buscarlo. Con vergüenza fue poniendo a un Chile que se derrumbaba
físicamente contra su arco, pero su fútbol siguió estando ausente. Pinilla le
rompió el travesaño a Julio César y dejó la sensación de que finalmente Chile
estuvo más cerca de evitar los penales.
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