Por Jorge Altamira |
Gestamp, Cables Lear, línea Sarmiento, alimenticia Calsa,
paro activo de la UOM Córdoba y la huelga próxima en la siderurgia, huelga
pendiente de choferes, peleas crecientes en las empresas que suspenden, huelga
azucarera en Salta, paros de bancarios, paritarias sin arreglo en camioneros,
alimentación, neumáticos, lucha contra el impuesto al salario en Aluar y
numerosas empresas.
Hemos ingresado en una etapa crucial de luchas, como
consecuencia de la crisis industrial, el ajuste, la inflación y la perspectiva
de crisis provinciales y un derrumbe financiero. La acumulación de deudas del
Banco Central con la banca local y las cerealeras e importadores, para frenar
la inflación, acentúan la recesión económica y anuncian una nueva devaluación
fuerte a corto o mediano plazo.
La crisis industrial opera como un factor de ataque al
movimiento obrero, luego de las grandes huelgas docentes en Buenos Aires y
Salta, la ocupación de Valeo, la ex Ligget y Rieter en Córdoba y el enorme paro
nacional del 10 de abril pasado. La firma de convenios a la baja, por parte de
los burócratas de la CGT de Caló, por un lado, y la decisión de Moyano de
desensillar (aunque no aclare), por el otro, pesan como un lastre sobre la
pelea que los trabajadores empeñan en sus lugares de trabajo -mediante
ocupaciones y/o cortes de ruta. Asimismo, queda más clara la función de la ley
antipiquetes de los K, que ha sido apoyada por sus supuestos rivales: Berni ha
estado haciendo un despliegue descomunal de la Gendarmería, por afuera de cualquier
agenda de “inseguridad”.
El empeño de la burocracia por acompañar el ajuste
capitalista choca, sin embargo, con la envergadura de la crisis que el ajuste
ha provocado. Es precisamente lo que demuestran la crisis metalúrgica en
Córdoba o el enfrentamiento de la UOM con Techint y Acindar-Arcelor. El reclamo
salarial de la UTA forzaría al gobierno a aumentar los subsidios al transporte
y agravar el grave déficit fiscal, o producir un aumento descomunal del boleto.
Si la burocracia de la UTA sigue dando largas al reclamo, como lo viene
haciendo desde enero, estallarán huelgas en numerosas líneas de colectivos. En
el tramo final de la experiencia kirchnerista, se asiste a una crisis de
conjunto que impacta con fuerza en la lucha de clases como no se registra desde
hace tiempo.
El gobierno no encuentra paliativos para esta crisis, porque
se ha quedado sin recursos. El Banco Central no puede salir en su socorro, por
la simple razón de que se encuentra en quiebra; financia al Estado a fondo
perdido, lo que incrementa la inflación y lleva las tasas de interés, para la
producción o el crédito al consumo, a tasas usurarias. Un rescate
internacional, por parte de la gran banca, condiciona una gran devaluación del
peso y los tarifazos. La crisis industrial e inflacionaria desembocará en una
crisis política.
En estas condiciones, podríamos atravesar el Mundial de
Fútbol ‘a la brasileña’ -con huelgas, cortes y movilizaciones. La huelga del
pasado 10 de abril y la huelga activa de la UOM, en Córdoba, demuestran que es
posible movilizar a los grandes contingentes de los sindicatos. Al lado de la
lucha por empresa o rama está planteado el reclamo de una huelga general de
advertencia, en principio por 24 horas, para parar las suspensiones y despidos,
y ajustar los salarios, mensualmente, a la inflación. Llamamos a iniciar una
campaña por una huelga general por estas reivindicaciones.
La crisis no deben pagarla los trabajadores. Si cae la
producción, que se repartan las horas de trabajo entre todo el personal sin
reducción del salario promedio real de los últimos seis meses. Que se abran los
libros de las empresas para conocer los costos y planes de producción, y las
ganancias capitalistas acumuladas. Que se abran las cuentas de las financistas
de esas empresas y de los bancos, que revelarán los costos usurarios que se
cargan a los clientes.
Los trabajadores necesitamos un programa de conjunto. Por
eso es importante que se convoque a un Congreso de delegados del conjunto del
movimiento obrero, con mandatos de asamblea.
Llamamos a todo el activismo y la juventud a unir fuerzas en
defensa de las luchas en curso, que están aisladas, mediante una gran agitación
por la huelga general de los sindicatos en conflicto y de las CGT y las CTA,
que consista en marchas, cortes, volanteadas. Llamamos la atención de todos los
luchadores acerca de la necesidad de discutir la ocupación de las empresas que
suspendan, despidan o cierren, para prepararlas debidamente y como parte de un
plan de conjunto.
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