Cristina Kirchner
baja un mensaje con el que quiere disimular que su próxima salida pueda corresponder
a un fin de ciclo.
La presidenta Cristina Kirchner está bajando un extraño mensaje. |
Nacionales - “Es sincero. Dice lo que piensa y es bien
predecible. A los otros los manejan los diarios”, dijo Cristina Kirchner a sus
seguidores al referirse a la posibilidad de una candidatura presidencial de
Mauricio Macri. La Presidenta recibe a sus principales diputados y dirigentes
en el marco de su próxima salida del poder y tratando de que no se piense que
está en un fin de ciclo. “O ponemos un candidato propio o que gane Mauricio
Macri”, expresó Cristina Kirchner.
Necesitada de no mostrarse en un fin de ciclo, Cristina
Kirchner recibe a diputados y dirigentes fieles y a todos les repite una frase:
“O ponemos un candidato propio o que gane Mauricio Macri”, dice enfática.
La presidenta quiere esconder cualquier señal de salida, en
un contexto político que tiene a dos presidenciales peronistas como Daniel
Scioli y Sergio Massa, con quienes dice no sentirse identificada.
Antes que cualquiera de ellos, Cristina prefiere que siga
subiendo Macri, con una leve mejoría en las encuestas en los últimos meses.
“Es sincero. Dice lo que piensa y es bien predecible. A los
otros los manejan los diarios”, consideró la presidenta ante un diputado
oficialista que la visitó en la Casa Rosada. Clásico de final de mandato, con
su prédica intenta evitar pronunciamientos a favor de Scioli o fugas al
massismo.
Claro que, advierten sus visitantes, el candidato propio no
parece estar definido. Los intérpretes del kirchnerismo creen que quienes primero
se mencionaron serán más rápido en ser descartados. El entrerriano Sergio
Urribarri entraría en esa lista.
En una zona gris ven a Florencio Randazzo. “Cristina no
habla de él. Lo cuida pero no le da lugares preponderantes como sí tiene Julián
Domínguez. Capaz de representarla en el Vaticano y en una cumbre de la OEA”,
dicen los diputados.
Domínguez camina el país por su cuenta y la semana próxima
lanzará el Grupo San Martín, un grupo de especialistas que quieren mostrar como
un potencial gobierno. Pero su performance en las encuestas es una incógnita.
Pero cuando Cristina habla en privado, evita nombres y habla
de “algo propio”. Hilando fino, término así sólo le puede caber a los
representantes de La Cámpora, quienes en los pasillos promueven un retiro de
cuatro años para volver con gloria en 2019.
Los kirchneristas del Gobierno que no acuden a sus mitines
se espantan ante estas afirmaciones. “Es una locura irse a los cuarteles de
invierno. No podemos quedarnos quietos”, les responden.
Pero el pronóstico camporista tiene sentido si se piensa en
su futuro: a último momento Cristina podría conseguir bancas para los líderes
de La Cámpora, que los proteja de un ataque judicial. Para lograrlo, tal vez
deje de hablar mal de Scioli y de decir que si no pone el candidato ella lo
mejor es que sea presidente Macri.
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