Capitanich está frenando los fondos para las universidades nacionales. |
Economía – Las ejecuciones presupuestarias para las
universidades nacionales “están demoradas y el año pasado también se demoraron”, dijeron
algunos de los rectores de las casas de altos estudios que son las únicas que dependen
directamente del Ministerio de Educación. Sin embargo, esos fondos los pasó a
manejar el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, que los dispone “en forma
discrecional y sin que se hayan publicado, por lo que las universidades no
saben cuánto les toca”.
El ajuste llegó a las universidades nacionales. Desde que
comenzó el año, el gobierno viene frenando el giro de fondos destinados a los
gastos en infraestructura e insumos para las casas de estudio que dependen
directamente del Ministerio de Educación.
Según pudo saber LPO,
la decisión está generando todo tipo de dificultades con los proveedores que
habían sido contratados por las universidades nacionales para obras y
refacciones, incluso en los distritos más favorables al kirchnerismo, o que son
manejadas por rectores que comulgan con el oficialismo.
En algunos casos, la situación llega a tal punto que en lo
que va del año no recibieron ni un solo peso de lo que les correspondía, según
confió a este portal una fuente de una universidad del Conurbano. Es decir que
el ministerio de Educación les adeuda más de cuatro meses en concepto de
“gastos de funcionamiento”, algo que usualmente sucedía en noviembre o
diciembre, pero no en los primeros meses del año.
En diálogo con LPO,
el presidente de la comisión de Asuntos Económicos del Consejo
Interuniversitario Nacional (CIN), el rector de la universidad de Mar Del Plata
Francisco Morea, recordó que estos fondos se encuentran pautados en lo que la
jerga se conoce como “Planilla B” y señaló que “este año está demorada, y el
año pasado también se demoró”.
Antes, la planilla B aparecía desglosada en el Presupuesto
cuando este se trataba en el Parlamento. Pero desde el año pasado la ley de
leyes sólo incluye el total que se les destinará a las universidades
nacionales, sin diferenciar cuánto de eso será destinado a los “gastos de
funcionamiento”. Con lo cual ya no están discriminados en una planilla aparte.
Según Morea, ahora estos datos pasó a manejarlos la Jefatura
de Gabinete en forma discrecional y lo llamativo de este año es que todavía no
los publicó, por lo que las universidades nacionales no saben cuánto les toca a
cada una por ese concepto.
Tras aclarar que los fondos girados alcanzan para “para
pagar sueldos y otros gastos como la luz”, Morea denunció que en lo que
respecta a los fondos para refacciones y obras “ha habido un deterioro en los
últimos años” porque “no se ha actualizado en relación a la inflación”.
“Si hace siete años los sueldos se llevaban el 85% de los
recursos, ahora la proporción pasó al 93%”, advirtió.
El rector de la UNMDP explicó que la partida permaneció
congelada durante estos años, mientras la inflación se fue comiendo el poder
adquisitivo de esos fondos. “La planilla B se mantuvo en el mismo valor
nominal, en unos $400 millones para todo el sistema universitario”, aseguró.
La situación no es la misma en todas las universidades,
porque algunas son más dependientes de los fondos nacionales que otras.
En la Universidad de Tierra del Fuego, por ejemplo,
terminaron las obras que tenían pautadas, pero confesaron que están “peleando
para continuar”. “Hasta ahora podemos seguir con las que están en marcha, pero
tenemos una indefinición para continuar el resto del año”, confió a este medio
una fuente de esa casa de estudios.
De ahí que esta problemática será uno de los temas a tratar
durante la reunión que mantendrán los rectores nacionales con el jefe de
Gabinete Jorge Capitanich, que se llevará a cabo la próxima semana.
En el ámbito universitario, algunos creen que la intención
del gobierno es ahogar lo más que pueda a las casas de estudio para forzarlas a
ajustar sus cuentas al máximo, y recién ahí empezar a liberarle la plata.
En ese sentido, de acuerdo a las planillas de Ejecución
presupuestaria publicada en el portal web del ministerio de Educación, la de
Tierra del Fuego es una de las más perjudicadas porque hasta fin de marzo se le
habían girado por este concepto sólo 230 mil pesos, la cifra más baja de las 50
universidades nacionales. A la misma altura del año pasado, ya había recibido
casi dos millones de pesos, diez veces más.
Otras que también registraron bajas fueron las de
Avellaneda, la de Lomas de Zamora, Chilecito, del Oeste, Chaco Austral, Río
Negro, y del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires, aunque en estos casos
las contracciones no son tan notables como la de la casa de estudios fueguina.
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