Por Gabriel Profiti |
El próximo viernes en Parque Norte, el Congreso del PJ
definirá la nueva conducción partidaria y quedará claro cuán exitosa fue la
estrategia montada para frenar el avance de Sergio Massa. En las últimas horas, los operadores del PJ oficial
intensificaron las gestiones para que varios dirigentes díscolos con
predicamento dentro de sus provincias envíen a sus congresales al encuentro
para moldear un PJ más amplio.
En verdad, el intento procura secar las vertientes de las
que busca nutrirse el líder del Frente Renovador, en su armado transversal con
base peronista.
La apuesta consiste en que participen o envíen a sus
congresales el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota; el de Santa Cruz,
Daniel Peralta, y los senadores Adolfo Rodríguez Saá (San Luis), Carlos Verna (La
Pampa) y Juan Carlos Romero (Salta). Todos ellos en menor o mayor medida
tuvieron acercamientos con Massa y/o Mauricio Macri.
En principio, no garantizaron su presencia pero enviaron
señales positivas como avalar el proceso de citación de congresales, para lo
cual cada una de las 24 seccionales provinciales del partido debe notificar a
la Justicia Federal.
La gran apuesta es convencer a De la Sota, pero el cordobés
quedó muy disgustado con la aparición de Carlos Zannini, arquitecto jurídico
del kirchnerismo, al primer encuentro movilizado por los gobernadores para
precisamente debatir esta reorganización partidaria en la transición a 2015.
De la Sota ya decidió no integrar el nuevo consejo, pero
podría enviar a los 70 congresales del PJ cordobés y disponer que su hombre de
confianza, el diputado nacional Carlos Caserio forme parte de la nueva
conducción. Lo decidirá la semana próxima.
"Hemos venido reuniéndonos con los gobernadores, pero
habíamos hecho un acuerdo y se rompió cuando apareció Zannini. Siempre
estuvimos en el PJ y sería doloroso no estar en el Congreso, pero no vemos
voluntad de debatir: los gobernadores están muy limitados", confió un
operador cordobés a este columnista.
El mandatario de uno de los tres distritos electorales más
importantes del país pretende que el año próximo el PJ ya no compita como
Frente para la Victoria y que la Nación regularice las deudas que, según
afirma, mantiene con la provincia.
La primera condición no sería problema. Varios mandatarios
buscarían cambiar la denominación del nuevo frente justicialista y archivar la
del FpV promovida por Néstor Kirchner desde 2003.
La restante es más compleja. De la Sota descree que la Casa
Rosada esté dispuesta a realizar concesiones.
"Entre lunes y jueves la rosca va a estar a pleno.
Nadie dijo que sí, pero tampoco que no", señaló un integrante del equipo
de negociadores que integran Landau, el histórico operador justicialista Juan
Carlos Mazzón y los gobernadores de Jujuy, Eduardo Fellner y San Juan, José
Luis Gioja.
Fellner será el próximo presidente del partido, pero el
resto de la conducción permanece en estado gaseoso. Incluso, la cúpula podría
ampliarse en caso de ser necesario para que todos los sectores reciban su
gratificación por seguir o volver y que los presidenciables tengan similares
puestos de privilegio.
De la Sota mantiene su intención de ser candidato a
presidente. En ese marco, no descartó sumarse al Frente Renovador de Massa y
pivotea en esa indefinición.
Operativo seducción
A Daniel Peralta, los sastres del nuevo PJ ya lo cuentan
nuevamente dentro del partido, luego de los ásperos últimos dos años de
enfrentamientos con la Casa Rosada.
La semana pasada Landau desplegó el operativo seducción con
Adolfo Rodríguez Saá, el más permeable de los hermanos de San Luis a acordar
con el PJ. Previamente el senador había sido premiado con la presidencia de la
flamante Comisión Bicameral de Fiscalización de Órganos y Actividades de
Seguridad Interior.
Adolfo, quien buscará volver a la Gobernación en 2015,
acordó enviar congresales de San Luis a la cumbre, pero no garantizó su
asistencia. Lo mismo le había prometido el gobernador Claudio Poggi -con juego
propio- al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
Los delegados de La Pampa irían divididos en tres
corrientes, la encabezada por el gobernador Oscar Jorge y las opositoras de
Rubén Marín y Verna, quien también apareció en algún momento en el álbum de
figuritas del FR.
No está claro qué hará Romero. Enfrentado al gobernador
salteño, Juan Manuel Urtubey, el senador es otro dirigente "con votos"
que estuvo coqueteando con Massa y Macri en los últimos tiempos y ya anticipó
que buscará volver al trono provincial en las elecciones que se harían en abril
próximo.
Nada de lo que ocurra el viernes será definitivo, pero Massa
se relame con un faltazo masivo. El nuevo PJ ya no tendrá a Scioli como
presidente, pero el bonaerense no se hace problemas. Luego de haber sido
custodiado por una Comisión de Acción Política ordenada por Cristina Kirchner,
ahora está detrás de la estrategia de integrar a todos los sectores para
engrosar sus posibilidades.
Scioli sabe que es el mejor posicionado de los precandidatos
del PJ. Es consciente también que no contiene al voto kirchnerista por lo que
su estrategia consiste en que esas diferencias se diriman en las primarias para
salir fortalecido a competir en las generales. Ya tentó a todos los
gobernadores que concluyen sus mandatos con espacios en su eventual Gobierno.
En el kirchnerismo duro el bonaerense es un dilema. Por un
lado es clara su estrategia de diferenciación del Gobierno nacional, pero por
otro es el único que está dispuesto a garantizar la continuidad en el esquema
de poder. "Scioli demostró que está dispuesto a integrar y repartir el
poder y eso no es un dato menor", señaló un referente de La Cámpora.
© NA
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