Elena Highton de Nolasco, junto a Guillermo Posadas (der.) y F. Vittar. |
Salta – “No hay proporción entre el robo o el hurto
de una cartera y un homicidio violento, sangriento y en masa”, dijo la
vicepresidenta de la Corte Suprema de Justicia, Elena Highton de Nolasco, al
referirse a los linchamientos en diversos puntos del país. La magistrada estuvo
en Salta donde declaró que “no creo que esto ocurra por una falta de Justicia”
porque “hubo casos en que la Policía tenía agarrado al ladrón y la gente se lo
quería arrebatar para pegarle”.
La vicepresidenta de la Corte Suprema de Justicia, Elena Highton
de Nolasco, advirtió este jueves que si un grupo de vecinos ataca hasta la
muerte a delincuentes se trata de un “homicidio violento, sangriento y en
masa”, y rechazó que los linchamientos se produzcan por la falta de justicia.
“Son homicidios. No hay proporción entre el robo o el hurto
de una cartera y un homicidio violento, sangriento y en masa”, dijo la jueza
este jueves a la mañana a los medios en Salta, en el marco de unas jornadas
sobre mediación penal en la Justicia provincial.
Highton calificó a las agresiones a presuntos ladrones que
se han venido repitiendo en distintos puntos del país en los últimos días como
“bastante cobardes” porque, dijo, se llevan a cabo entre muchas personas porque
“nadie solo se animaría a hacer esto”.
“La gente está violenta y se suman unos a otros”, opinó.
“No creo que esto ocurra por una falta de Justicia”, sostuvo
y apuntó: “Hubo casos en que la Policía tenía agarrado al ladrón y la gente se
lo quería arrebatar para pegarle. Yo no sé por qué se está alentando esto como
si fuera algo bueno”.
Mediación en Salta
La vicepresidenta de la Corte Suprema participó en Salta del
acto de apertura del “II Taller de fortalecimiento de las prácticas
restaurativas en mediación penal comunitaria”, acompañada por el titular de la
Corte de Justicia de Salta, Guillermo Posadas.
En la apertura de este taller, Posadas expresó que “durante
mucho tiempo, el Estado buscó perseguir el delito con el método retributivo, en
el intento de lograr así la paz social. El castigo era concebido como la
solución al problema de la conflictividad en nuestras comunidades. Pero lejos
de disminuir, esa conflictividad fue creciendo y dividiéndonos como sociedad
porque el castigo significaba no una reparación del daño sino el correlato del
hecho delictivo”.
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