Ricardo Lorenzetti abrió el año judicial. (Foto: DyN) |
Judiciales – “Es necesario que tengamos un mínimo de
previsibilidad para que las personas puedan pensar en un futuro y eso significa
fortalecer el Estado de derecho, las Instituciones, la independencia de poderes”,
dijo el titular de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo
Lorenzetti, en la apertura del año judicial. Lorenzetti expresó que “es innegable
avance del narcotráfico” y añadió que “el narcotráfico y la droga están
afectando el Estado de derecho”.
El presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación,
Ricardo Lorenzetti, aseguró que “es necesario un mínimo de previsibilidad para
que las personas puedan pensar en un futuro y eso significa fortalecer el
estado de derecho, las instituciones, la independencia de poderes, las
políticas de estado participativas y perdurables”.
Fue en el acto de apertura del año judicial que se realizó
este jueves, en la Sala de Audiencias del Máximo Tribunal, y al que asistieron
funcionarios de los tres poderes del Estado y representantes de organizaciones
sociales y asociaciones civiles.
A continuación, parte
de la disertación del titular del Alto Tribunal:
Es frecuente hablar de
las personas que ocupan el poder; nosotros queremos hablar de los valores que
perseguimos, porque las personas que están en el poder pasan, lo valores
permanecen. No hablamos del día a día, hablamos problemas que se reiteran desde
hace muchos años. Esa es y debe ser la agenda de la Corte: enfocarse en
problemas concretos del pueblo y en determinados valores constitucionales
perdurables.
Es mucho lo que se
puede decir y discutir, pero la historia es clara: generaciones enteras se han
frustrado y los costos los pagan siempre los mismos. Los problemas perduran,
porque perdura la matriz que los produce. Es necesario que tengamos un mínimo
de previsibilidad para que las personas puedan pensar en un futuro y eso
significa fortalecer el Estado de derecho, las Instituciones, la independencia
de poderes, las políticas de estado participativas y perdurables.
Es innegable avance
del narcotráfico. El narcotráfico y la droga están afectando el Estado de
derecho. No podemos perder tiempo en acusaciones estériles, hay que hacer
políticas de estado concretas, sostenerlas en el tiempo. Todos deben
involucrarse.
El sistema jurídico
puede ser perfecto, pero se parece a un hotel cinco estrellas; sólo algunos
pueden acceder.
Por eso surgió un
movimiento de acceso a justicia que comprende numerosos derechos… son normas
especiales, que deben servir para solucionar los problemas de construir una
rampa de acceso; incluir a los excluidos, construir una ética de los
vulnerables.
La igualdad ante la
ley, la igualdad real de oportunidades tienen un significado central en el
desarrollo de las sociedades. La Corte sostiene una línea de fallos en este
sentido: derechos sociales de los trabajadores, de los jubilados, combate
contra la discriminación por razones de sexo, nacionalidad.
El estado de derecho
de nuestros días debe promover la diversidad. El mundo tiene buenos dirigentes
formados con ideas del siglo XIX, cuando
las sociedades eran homogéneas, pensaban todos igual hacían que todos pensaran
igual. Hoy es imposible. Las sociedades son diversas.
Las sociedades
declinan cuando toleran lo intolerable. Necesitamos una nueva categoría de
pensamiento político institucional.
Si la naturaleza es
diversa, también la sociedad lo es… El problema cómo se conduce una sociedad
con paradigmas divergentes. Hay que promover una cultura del encuentro.
Desde hace ocho años
esta Corte viene reclamando reformas en el Poder Judicial; y varios de sus
miembros hace diez o quince años que están en el tema. El centro de interés de
las reformas debe ser el ciudadano que quiere justicia.
La primera y más
urgente reforma es llevar la justicia a la gente, y no que la gente tenga que
ir al centro de las ciudades… La segunda, es hacer los juicios más rápidos.
Es nuestro deber
proteger la democracia dejando de lado las tristes y costosas experiencias del
pasado.
El derecho es hoy un
modo de proteger los derechos concretos del ciudadano común frente a los abusos
que pueda cometer el Estado o el poder económico, y de tutelar el entorno
ecológico para las generaciones futuras.
En la Corte les
decimos que esta es la casa donde se protegen los derechos del ciudadano, que fallamos según nuestras
convicciones, cualquiera sea el poder de
quien resulte afectado.
La crisis ambiental es
el principal problema que tenemos por delante. Vivimos una era de verdades
implacables, en la que la naturaleza está mostrando sus límites. Hemos vuelto a
tener temor a las tormentas, una inundación puede hacer que en 24 hs volvamos
no tengamos luz, agua, medicamentos, comida; la civilización es frágil. Las catástrofes ambientales y tragedias
sociales son cada vez más frecuentes.
Los gobiernos ceden
cada vez más a las presiones de las corporaciones para el uso irracional de los
recursos naturales. El nivel de protección ambiental no sólo no avanza, sino
que disminuye. Es falso prometerles a los jóvenes un futuro si al mismo tiempo
no se invierte en ese futuro; no hay futuro si hoy no se cuida el ambiente.
Debemos comenzar un
ciclo diferente, no se trata de cambiar el vagón del tren por otro, sino la
dirección de las vías. Conciliar la tradición nacional, la tradición
progresista y la republicana. El ciclo que comienza es la posibilidad de
construir un sistema de derechos de libertad, igualdad y sustentabilidad
ecológica en un sistema republicano.
Informe: CIJ
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