Jorge Capitanich responde enojado a la senadora Laura Montero. |
Nacionales - “Me parece que usted se quedó en el (hotel)
Hayatt todo el fin de semana. La producción vitivinícola cayó un 27% el año
pasado”, le retrucó la senadora Laura Montero al jefe de Gabinete, Jorge
Capitanich, cuando éste habló de un crecimiento de la industria vitivinícola.
Visiblemente nervioso, Capitanich acusó a Montero de ser representante del
neoliberalismo. “Acá el liberal sos vos. Estuviste siempre con Menem”, le gritó
el chubutense Mario Cimadevilla.
La exposición del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, en el
Senado casi termina en escándalo ante la primera pregunta de la oposición que
estuvo a cargo de la radical cobista Laura Montero.
La mendocina y ex ministra de Economía de su provincia le
reprochó haber hablado en su exposición sobre un supuesto crecimiento de la
industria vitivinícola reflejado en la Fiesta de la Vendimia del último fin de
semana.
“Me parece que usted se quedó en el (hotel) Hayatt todo el
fin de semana. La producción vitivinícola cayó un 27% el año pasado. Desde 2007
los insumos aumentaron un 240% y la devaluación fue del 45%”, argumentó.
Le recordó que la provincia de Mendoza está sin presupuesto,
endeudada en dólares y con una paritaria que no puede cerrar.
“Y no se comparen con el 2003 porque es como compararse con
el diablo: Siempre vas a estar mejor. Desde ese año a 2007 se creció al 8 o 9%,
hasta 2011 al 3, 4% y luego al 1%”, recordó la mendocina.
“No puede ser que su único plan sea devaluar y subir las
tasas. Es la receta del Fondo Monetario”, afirmó. Por cierto no se trata de una
acusación al voleo, destacados economistas, como reveló hoy LPO, sostienen que
el actual ajuste no es otra cosa que una copia de las recetas del FMI para
combatir la inflación de las décadas del 50 y 60, hoy superadas porque
precisamente se demostraron inconducentes.
Visiblemente nervioso, detrás del atril que se hizo preparar
especialmente, Capitanich la salió a atacar desde lo personal, sin responder
los argumentos de la mendocina: “Usted estuvo en el oficialismo entre 2007 y
2009, hasta el voto no positivo de Cobos”, empezó su respuesta.
“Su cifras no son ciertas, pero te respondo sin números”,
siguió furioso por haber probado de su propia medicina, ya que en sus
conferencias matinales suele abrumar con números.
De hecho, habitual argumentador de cifras y balances, en su
ponencia introductoria el jefe de Gabinete había ensayado un paso de teatro al
tirar la carpeta en una mesa y desafiar a la oposición a contestar de memoria.
“Tengo todo acá y acá”, había dicho, tocándose con un dedo la sien y el
corazón.
Pero la embestida de Montero lo descolocó. Repitiendo un
argumento que le gusta a Cristina, el jefe de Gabinete se limitó a excudarse en
que la coparticipación a las provincias aumentó 1040% durante el kirchnerismo. “Por
lo que si hay problemas salariales es porque los sindicatos quieren maximizar
sus demandas”, aventuró.
“No me está contestando”, gritó Montero desde su banca y
exigía con furia respecto a la caída de las economías regionales.
La jujeña Liliana Fellner pedía callar a Montero, tarea que
no lograba concretar el vicepresidente Amado Boudou. “Si no le gusta la
respuesta no puede impedirla”, intentaba explicarle el vicepresidente a la
mendocina.
Parado como un conferencista, formato que eligió él en reemplazo
de la tradicional exposición mirando a la presidencia y de espaldas a los
senadores, Capitanich empezó a gritar.
“Usted me tiene que respetar porque yo fui electo gobernador
con el 60% y senador con el 67%”, la exigió y empezó a plantear cuestiones
estructurales.
“Sabe qué: usted es un fiel representante del
neoliberalismo”, la acusó y provocó la exaltación de los radicales.
“Acá el liberal sos vos. Estuviste siempre con Menem”, le
gritó el chubutense Mario Cimadevilla. Gerardo Morales tuvo que mediar para que
todo no se desmadre.
“El jefe de Gabinete está hablando en un tono agresivo así
esto va a terminar mal. No vamos a tolerar calificaciones personales”, dijo en
tono suave.
Miguel Pichetto se había ido del recinto y tuvo que volver a
ponerle los puntos al jefe de Gabinete.
“Acá no hacemos consideraciones personales de ningún tipo. Y
va para todos”, señaló, mirándolo fijo a Capitanich, que tuvo que bajar el tono
para el resto de la sesión.
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