"Compatriotas,
iniciamos todos hoy una etapa nueva de la Argentina. Iniciamos una etapa que
sin duda será difícil, porque tenemos todos la enorme responsabilidad de
asegurar hoy y para los tiempos, la democracia y el respeto por la dignidad del
hombre en la tierra argentina", dijo Alfonsín desde los balcones del
Cabildo, el 10 de diciembre de 1983, día en el que asumía como primer
presidente constitucional, tras casi ocho años de la más cruenta dictadura
cívico-militar de la historia del país.
Los Derechos Humanos
Impulsó la anulación de la autoamnistía dictada por los
militares y creó la Comisión Nacional
sobre la Desaparición de Personas (Conadep), que tuvo el objetivo de investigar
los crímenes cometidos durante el terrorismo de estado, y presentó, en 1984, el
informe “Nunca Más”. Un año después se llevó a cabo el histórico juicio a las juntas militares que condenó a los principales
jerarcas del régimen y que ubicó al país en el sitial de las pocas naciones del
mundo que juzgaron a los responsables de cometer genocidios. Sin embargo, la política de derechos humanos
tuvo su límite en las leyes de impunidad (Obediencia Debida y Punto Final) que,
asediado por dos intentos de golpe
militar, Alfonsín se vio obligado a enviar para su sanción al Congreso.
La administración de Alfonsín sufrió las acechanzas de las corporaciones económicas locales y
transnacionales. Logró la ampliación de
derechos civiles (ley de Divorcio Vincular) y apostó a la regionalización
con el impulso del incipiente MERCOSUR.
Tras el Plan Austral y un
incipiente proceso de sustitución de importaciones y de reindustrialización,
el país se vio interrumpido por un creciente proceso inflacionario y
dificultades fiscales. Alfonsín intentó dar un giro en el rumbo económico e
impulsó la frustrada privatización de algunos servicios públicos.
Tras el copamiento del regimiento de La Tablada por parte de
un grupo armado que respondía al Movimiento Todos por la Patria en enero de
1989, la situación se tornó cada vez más frágil. El último intento por reencauzar
al país fue el Plan Primavera, que fracasó en medio de un golpe de mercado, caracterizado por la hiperinflación, la corrida
cambiaria, el crecimiento de la pobreza y los saqueos a supermercados.
La crisis provocó el adelantamiento de los comicios
presidenciales al 14 de mayo de 1989 y Alfonsín cedió el poder a Carlos Menem
seis meses antes del final de su mandato y sin poder avanzar en la reparación
de la deuda social, ni en la desarticulación del modelo neoliberal implantado a
sangre y fuego por la dictadura.
El líder radical continuó gravitando en la vida interna de
su partido y en el orden nacional. Sus
actos, ya sea por su carisma e inteligencia o su honestidad palpable, lo
convirtieron en un político querido por la gran mayoría de los argentinos y
devino, así, en el verdadero símbolo de
la restitución democrática.
Falleció el 31 de marzo de 2009, acompañado por el pueblo de
toda la República a la que ayudó a dignificar con su lucha.
“La política no es
solamente conflicto, también es construcción”
Palabras de Raúl
Alfonsín. Octubre de 2008.
La intolerancia, la
violencia, el maniqueísmo, la compartimentación de la sociedad, la
indisponibilidad para el diálogo, la negociación, el acuerdo o el compromiso,
han sido maneras de ser y de pensar que constituyen todavía hoy una de las
principales rémoras y déficits con los que carga nuestra democracia.
Los argentinos hemos
vivido demasiado tiempo mirando hacia atrás. Hoy todavía hay rastros de ese
canibalismo político que ha teñido la práctica política. La política implica
diferencias, existencia de adversarios políticos, desde luego.
Pero la política no es
solamente conflicto, también es construcción. Y la democracia necesita más
especialistas en el arte de la asociación política. No será posible resistir la
cantidad de presiones que estamos sufriendo y sufriremos, si no hay una
generalizada voluntad nacional al servicio de lo que debieran ser las más
importantes políticas de Estado, expresada en la existencia de partidos
políticos claros y distintos, renovados y fuertes; representativos de las
diversas corrientes de opinión que se expresan en nuestra sociedad.
© Contacto Político y
Agensur.info
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